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Foto – ilustración: Ana Isabel Gil

En la ahumada sala del Monk de Roma, después de la apertura melódica postrock del digno Malmö y unos minutos de espera, finalmente Management dolore postoperatorio sale al escenario, con mucha carga y la mecha encendida .

Luca Romagnoli no se niega a sí mismo, es apasionante, tiene energía para parar un tren. Ritmo preciso y bien integrado con las guitarras afiladas pero sobre todo con los pensamientos, los teoremas y las melodías de Luca. Con cinismo e ironía de sus comentarios, llegan al público con furia y le hacen emocionarse y cantar como si no hubiera un mañana. Sí, porque el día de mañana no podría estar allí.

Un aspecto muy latente en MaDe DoPo es el de la muerte, hablan de él, bromean sobre el encanto de nuestra vida transitoria, y mientras tanto las piezas se suceden intensamente, hasta que quedan sin aliento en el escenario y en el pasillo.

A la mitad del concierto, una breve pausa deja espacio para que la banda respire y Luca abrazarse con su guitarrista Marco Di Nardo. Se aprecia que también pueden acariciar instrumentos y micrófonos, interpretando a Curami de CCCP y su penúltima obra McMAO, Il Cantico delle fotografie.

Incluso los temas que son más delicados y sofisticados en el disco toman un gran impulso y revolución punk en el live, que podrían aplanar el resultado. No nos importa, lo que importa es la sustancia y aquí no falta.

La banda regresa al fuego y al público en Irreversibile, Incubo stupendo, Pornobisogno y el infalible Naufragando, sencillo tomado del último disco de 2017, Incubo Stupendo.

El líder no duda de su entusiasmo y se lanza al público desde el escenario, bien acogido y transportado en el bullicio, para broche final de un buen concierto, y nos han sabido transmitir ese leitmotiv: “No es el dolor de vivir, sino la alegría de vivir mal.”

Foto – ilustración: Ana Isabel Gil

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