El sábado 5 de abril de 2025, Sevilla se convirtió en el epicentro de una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años en Andalucía. Según la Subdelegación del Gobierno, más de 20.000 personas participaron en la protesta, mientras que los organizadores estimaron la asistencia en 100.000. Convocados desde las ocho provincias, los manifestantes se reunieron bajo el lema Contra el Desmantelamiento de la Sanidad Pública para exigir mejoras en la atención sanitaria y denunciar la precariedad que afecta al sistema público de salud.
Andalucía se encuentra a la cola en gasto sanitario público per cápita, junto con Madrid, siendo las comunidades autónomas con menor inversión en este ámbito.
Sin embargo, Moreno Bonilla se vanagloria de haber incrementado los presupuestos sanitarios, pero la inestabilidad del personal continúa con contratos precarios, el cierre de plantas en hospitales y las listas de espera siguen siendo una realidad.
– Los datos en sí mismos no mienten, pero pueden ser manipulados para dar una interpretación engañosa.-
Al revisar estos presupuestos supuestamente expansivos, se revela que el incremento económico beneficia principalmente a las farmacéuticas y grandes grupos de medicina privada, a los que se derivan los pacientes del sistema público.
La manifestación, convocada por las Mareas Blancas y respaldada por los principales sindicatos del sector, como SATSE, CSIF, CCOO y UGT, partió desde la rotonda de José Laguillo y recorrió las principales calles de Sevilla hasta el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno de la Junta de Andalucía. Entre los participantes, se encontraban profesionales del sector sanitario, líderes políticos y personas comprometidas con la defensa de la salud pública.
Durante el recorrido, los manifestantes alzaron la voz contra lo que consideran un desmantelamiento progresivo del sistema sanitario público. Las críticas se centraron principalmente en la creciente privatización de los servicios, el aumento de conciertos con hospitales privados y los recortes en los recursos destinados a la atención primaria. Las principales quejas se centraron en la saturación de los centros de salud, las interminables listas de espera y la falta de personal en hospitales y centros de atención primaria. A estas dificultades se suman las acusaciones de que el gobierno regional está favoreciendo a las empresas privadas y las farmacéuticas en perjuicio del bienestar de los pacientes.
En un contexto de creciente presión sobre la sanidad pública andaluza, líderes políticos como María Jesús Montero (PSOE), Inmaculada Nieto (Por Andalucía) y José Ignacio García (Adelante Andalucía), también se unieron a la manifestación. Durante sus intervenciones, coincidieron en señalar que la gestión del sistema sanitario en Andalucía está provocando un ‘grave deterioro’ de la calidad de los servicios.
El manifiesto final de la manifestación hizo un llamamiento a mejorar las condiciones laborales de los profesionales de la sanidad, especialmente en un momento en que el sector enfrenta un aumento en las cargas de trabajo sin una correspondiente mejora en los recursos. Además, se exigió un incremento del gasto sanitario per cápita, mayores inversiones en infraestructura sanitaria y un freno a la privatización de los servicios básicos.
Esta protesta no es un hecho aislado, sino parte de una serie de movilizaciones que comenzaron en 2022 y que, según los organizadores, continuarán hasta lograr cambios sustanciales en la política sanitaria de la Junta de Andalucía. La convocatoria contó con el respaldo de profesionales de la salud, partidos políticos y colectivos ciudadanos que defienden la sanidad pública como un bien común.
La gran afluencia de personas y la contundencia de las demandas reflejan la creciente preocupación de la ciudadanía por el futuro de la sanidad pública en Andalucía. En un clima de creciente malestar, los manifestantes enviaron un mensaje claro al Gobierno: La sanidad pública no se toca. Esta manifestación histórica dejó claro que, en un contexto de privatizaciones y recortes en los derechos fundamentales. los andaluces no estamos dispuestos a permitir que nuestro derecho a la salud sea vulnerado.