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Materia Prima es la exposición colectiva que reúne obras de los artistas Arturo Comas, Paz Pérez Ramos, Ana Arregui, Ángel Pantoja, Esther Morcillo y Guille Rodríguez. Comisariada por María Arregui Montero, la muestra propone una reflexión profunda sobre el alimento y su conexión con el placer, el poder y la ausencia en el arte contemporáneo. Podrá visitarse hasta el 20 de abril de 2025 en la emblemática Real Fábrica de Artillería de Sevilla, hoy transformada y resignificada como espacio cultural.

 

La exposición Materia Prima nos invita a reflexionar sobre un aspecto fundamental de nuestra existencia: la alimentación. La comida abre un vasto campo de debates que tocan las fibras más profundas de lo político, lo social y lo medioambiental. Los artistas que participan en esta muestra nos muestran que la alimentación no solo se limita al acto de consumir, sino que en su producción, distribución, comercialización e incluso en el modo en que la ingerimos, surgen complejas dinámicas de inclusión y exclusión. En este contexto, se revelan las poderosas implicaciones sociales que determinan quién accede a qué, y de qué manera. Es una cuestión de poder, identidad y, en muchos casos, de ausencia.

Este recorrido visual y conceptual nos lleva a entender que lo que comemos está cargado de significados que van más allá de la nutrición. Es, también, un reflejo de las tensiones y desigualdades que estructuran nuestras sociedades. Materia Prima celebra el acto de comer, y expone sus implicaciones como una de las fuerzas más influyentes en la configuración de nuestras vidas, nuestras comunidades y el entorno que habitamos.

 

Arturo Comas, en su proyecto Cosas de Casa, nos invita a reflexionar sobre la cotidianidad de un mundo que, durante la pandemia del COVID-19, se tornó profundamente extraño y distorsionado. En esta obra fotográfica, el artista nos presenta un bodegón inusual, en el que un peldaño de escalera sostiene una composición que, más que una simple disposición de objetos, podría considerarse una pieza escultórica. Las hueveras, tradicionales en su función, se transforman aquí en contenedores de algo inesperado: naranjas, lo que rompe con las expectativas y genera una reflexión sobre lo familiar y lo extraño.

 

Durante el confinamiento, Comas encontró nuevas formas de navegar la lógica de una realidad que, por momentos, parecía más irreal que nunca. Este trabajo nos invita a mirar el objeto cotidiano desde la poética de lo inesperado, proponiendo una mirada renovada sobre lo que consideramos familiar. En un contexto en el que el mundo exterior se volvía más incierto, muchos comenzamos a entender la normalidad como un lujo efímero; un recordatorio de que, a menudo, solo valoramos lo que sabemos que podemos perder.

 

La imagen, aunque desafíe la lógica racional, apela al sentido estético, un bálsamo necesario en aquellos momentos de desconcierto colectivo. A través de Cosas de Casa, Comas nos ofrece un respiro visual, invitándonos a encontrar belleza y poesía en lo que antes parecía rutinario, en una época de incertidumbre global.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

 

El proyecto Resurgir de Paz Pérez Ramos es un testimonio profundamente personal sobre la pandemia, un momento que detuvo al mundo y amenazó con detener también su propia vida —aunque, en su caso, la pandemia no logró callar su voz creativa. En esta obra, las mallas que la artista utiliza para componer la pieza provienen de los envoltorios que cubren productos cotidianos como cebolla, ajo o pescado. Estas mallas, humildes y funcionales, se transforman en símbolos de la alimentación cuidadosa que se volvió esencial para restaurar la salud y superar los efectos de la enfermedad.

 

A través de su manejo innovador de estos materiales, Paz Pérez Ramos crea un juego cromático que se despliega en composiciones abstractas llenas de realidad, belleza y esperanza. De este modo, la artista transforma un objeto comúnmente asociado con lo utilitario en una obra que eleva el significado de la sobrevivencia. Al hacerlo, evade la «contaminación» que estos envoltorios representan, otorgándoles un nuevo sentido a través de la poética del arte.

 

En Resurgir, Paz Pérez Ramos convierte su propia historia familiar en una manifestación artística que no solo habla de resiliencia personal, sino también de su compromiso constante con el respeto a la naturaleza, un tema que ha sido central a lo largo de su trayectoria. Este proyecto, cargado de significados y capas de interpretación, refleja el proceso de renacimiento ante la adversidad, invitando a la reflexión sobre la conexión entre lo humano, lo natural y lo estético.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

 

Ana Arregui invita al espectador a reconsiderar la percepción de los cuerpos y la noción de normatividad en su obra Racimos, una instalación que desafía los constantes juicios impuestos sobre los cuerpos de las mujeres y su sexualización. En esta pieza, la artista aboga por la ruptura de los cánones de belleza, normas siempre cambiantes y a menudo obsoletas, pero que, paradójicamente, siguen profundamente arraigadas en la sociedad.

 

Racimos establece una poderosa analogía entre el cuerpo femenino y el fruto, utilizando esta metáfora para reelaborar las connotaciones patriarcales que históricamente han sido atribuidas a los atributos de las mujeres como parte de una estrategia de control y sometimiento. Ana Arregui transforma estos elementos de opresión, subvirtiéndolos a través de una resignificación que, lejos de aceptar las imposiciones tradicionales, las cuestiona y desmantela.

 

Para la artista, la verdadera belleza radica en la abolición de los estigmas que, a lo largo de la historia, se han vertido sobre los cuerpos femeninos. En Racimos, los cuerpos se erigen no solo como símbolos de resistencia, sino como emblemas de poder y lucha, reescribiendo su historia desde una perspectiva de autonomía y empoderamiento.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Ángel Pantoja nos invita a explorar la belleza de lo común a través de su serie Granadas, donde la aparente sencillez compositiva oculta discursos profundos y, en ocasiones, desgarradores. En esta serie, una granada-artefacto, en una clara referencia al espacio que habitamos, «estalla» para revelar su verdadera naturaleza: la fruta que le da nombre. De esta forma, cada objeto, ya sea quebrado o detonando, desvela su esencia, superando las barreras de su apariencia externa.

 

Pantoja nos recuerda que muchas veces, la información que percibimos e interpretamos sobre los demás es solo una fachada, una imagen exterior que oculta una realidad más compleja e interior. A través de este acto de ruptura, el artista nos invita a mirar más allá de las superficies y a cuestionar las capas que nos rodean, tanto en los objetos como en las personas.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

Blanco por fuera
rojo por dentro.
Rojo, lo vivo.
Blanco, lo muerto.
Pero no olvides
nunca este juego:
Todo, en el fondo,
guarda un secreto.

Javier Salvago (poeta – Paradas, Sevilla, 1950) sobre la serie Granadas de Ángel Pantoja

 

 

Esther Morcillo nos invita a cuestionar la construcción de la imagen y a dudar de lo que nuestros ojos perciben. En su instalación site-specific titulada Patatas fritas con huevo y algo de postre, parte de su Proyecto Luxury, la artista juega con lo explícito y lo sugerido, desfragmentando imágenes de productos alimenticios que son comunes en los folletos publicitarios de los supermercados. A través de esta estética, Morcillo reflexiona sobre el exceso de imágenes en nuestra vida cotidiana, el impacto medioambiental de estas publicaciones efímeras y, sobre todo, cómo la alimentación se ha convertido en un símbolo de distinción social y política.

 

La obra también aborda el lado oscuro de la relación con la comida, mostrando cómo la cultura alimentaria puede ser una fuente de culpabilidad, especialmente cuando los cuerpos que no se ajustan a los cánones de belleza, siempre cambiantes, son estigmatizados. La artista no solo estudia la imagen en su capacidad de composición y recomposición, sino que lo hace dentro de un contexto contradictorio donde conviven la sobreabundancia y la escasez, evidenciando las paradojas de nuestra sociedad contemporánea.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

 

La obra de Guille Rodríguez, titulada Silencio, se presenta como una instalación que nos invita a reflexionar sobre la memoria, la geografía y los secretos ocultos. En ella, encontramos una imagen impresa sobre lona que muestra una vista aérea de una zona geográfica. Sin embargo, esta representación no es un mapa tradicional, sino más bien el recuerdo reconstruido por el artista de lugares que ya no existen, pero que permanecen en su memoria. Esta imagen nos sitúa en el espacio de una finca donde, de manera ilegal, se explotaban caballos para la producción de carne mechada, un hecho vinculado a figuras con cargos políticos locales.

 

La base de esta obra se construye a partir del escaneo de una de esas carnes, extraída directamente de la finca, lo que agrega una capa de complejidad al proyecto. Las fotografías, especialmente la de mayor formato, capturan la soledad y el sufrimiento de los caballos. En ella, la silueta de uno de estos animales es apenas perceptible, pero su aflicción y desamparo se hacen profundamente visibles. A través de esta imagen, Rodríguez nos transmite la ausencia de ayuda y la crueldad que estos seres vivieron.

 

Este lugar, hasta entonces mantenido como un secreto compartido, se convierte en un espacio de denuncia, donde el maltrato animal y la impunidad política se entrelazan en busca de un beneficio ilegítimo. Silencio no solo expone la realidad oculta de esta finca, sino que también invita a la reflexión sobre las estructuras de poder que permiten el sufrimiento sin consecuencias, todo mientras nos enfrenta a la fragilidad de la memoria y la ausencia.

 

María Arregui Montero – Comisaria de la exposición

 

 

 

REAL FÁBRICA DE ARTILLERÍA

Av. Eduardo Dato, 58. 41018, Sevilla

Hasta el 20 de abril de 2025

 

  • Lunes a sábados de 11:00 a 20:00 h.
  • Domingos y festivos de 10:00 a 14:00 h.

 

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