George Clinton, Duchamp, Memphis, Prince, Basquiat, Bootsy Collins, chuches Skittles y ángeles en la receta de este heredero del mejor funk. MonoNeon es un extraterrestre, incontestable descendiente de esos que el grandísimo George Clinton creó para su saga de ocho álbumes sobre la maniqueísta lucha del bien (Dr. Funkenstein) contra el mal (Sir Nose D’Voidoffunk), en aquellos gloriosos años 70. Podría, por ejemplo, perfectamente ser “Mr. Wiggles”, el DJ gusano que toca bajo el agua.
De voz chillona, el pasado fin de semana, el bajista MonoNeón emitió sonidos guturales casi de cómic, llevaba un mono de trabajador de obras públicas color… ¡neón! que alguien le regaló esa noche, una máscara de colores ácidos tejida en punto crochet, se parapetó tras unas gafas amarillas aún más neón si cabe; cubriendo el mástil de su bajo eléctrico con un calcetín a rayas color amarillo y salmón. De esta guisa ejecutó con asombrosa maestría su ya mítico Fender de colorines; así logró brillar y mantenerse a la sombra a la vez. La banda que le acompañaba evidenció su buen gusto a la hora de dirigir: Charlie Brown (teclados), Peter Knudsen (guitarra), Xavier Lynn, un monstruo de la guitarra eléctrica, y Devin Way (batería) que dio una master class con sus chops y marcó la pauta sobre la que la banda nos encandiló a todos. Hubo funk à la James Brown, P-funk, algo parecido al calipso, algo rock y unos bises que recordaron a The Time y Thundercat.
Conocido artísticamente como MonoNeon, Dywane Thomas Jr., este buen tipo surgido de un multiverso hiperfunky, es todo un músico experimental, cantante y compositor. Lleva años haciendo música; en 2015 trabajó con Prince y desde entonces se ha hecho famoso por su prolífico catálogo, sus composiciones microtonales y por subir a Youtube decenas de clips en los que armoniza riffs de su bajo con vídeos/memes trending topic. Originario de Memphis, Tennessee (06/08/1990), Thomas es un malabarista de las cuerdas convertido en ícono del internet bizarro (ese que endiosa y aplaude a los frikis). En su página web es donde da rienda suelta a su lado jazz-funk más experimental y what-the-fuck. Allí le podrás ver improvisando sobre la marcha sketches musicales free-style para bajo, tocando al son de cualquier cosa, lo que sea, todo vale: una carrera de Fórmula 1, una tía flipando después de comerse una guindilla ultrapicante, un debate político o Dave Chappelle versionando a Rick James en “Fuck You Couch”. Especial mención merece su adaptación de la serie de Youtube Angry Grandpa, desternillante, hilarante, altamente creativa y musicalmente virtuosa.
Thomas se crió en una familia musical. Hijo de un padre bajista (Dywane Thomas) y un abuelo pianista de jazz (Charles Thomas), empezó a tocar el bajo a la edad de cuatro años. «Mi padre toca el bajo con la mano derecha, no sé por qué cuando puso la guitarra en mis manos, yo la volteé y la toqué al revés, alejándome así de las lecciones formales”. Cuando tenía unos 11 o 12 años, actuó con Bar-Kays, tocando el bajo. Hizo una breve estancia en la prestigiosa Berklee College of Music. Solía practicar tocando música de Denise LaSalle (I’m So Hot), Ann Peebles, Al Green, The Bar-Kays, Johnnie Taylor, Parliament o el álbum Peace To The Neighborhood de Pops Staples. “Ensayaba esa mierda todo el tiempo».
Detrás de su máscara se esconde un virtuoso que un día decidió tocar un bajo para diestros, pero vuelto del revés, como si fuera zurdo (o como si le viéramos a través del espejo), algo complicadísimo de imitar. Su técnica es harto inaudita porque intercambia el orden “lógico” de las cuerdas, estamos ante un iconoclasta. Resultado: nadie -ni zurdo ni diestro, ni moderno ni clásico- toca como él.
El tío de la colcha
Actualmente, MonoNeon se encuentra inmerso en la gira The Quilted One Tour (El de la colcha, en inglés) que lo llevará a Francia, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Suiza e Inglaterra. A nuestro país, vino, vio y venció en la promoción de su último álbum -con portada en plan Pedro Bell- There Goes That Man Again Turning Water Into Gin & Juice (Diggers Fatory, 2022), y a dos días de estrenar su sencillo “Quilted!” Tanto sus feligreses como los peces gordos de la crítica especializada, congregados todos en la Sala Sol de la capital del reino, cayeron rendidos a sus pies tras casi dos horas de deflagración vintage/futurista. “La mejor visita del funk desde Thundercat”, opinó Pedro García, uno de los grandes conocedores del género y dueño de la mayor colección de vinilos P-funk de estos lares. “Mezcla de muchos legados musicales, pero singular y virtuoso. Con tipos así, el funk nunca morirá”, opinó Frank Steinherr, periodista musical. “Es el híbrido entre George Clinton y Prince”, clamaba Miguel Sutil, director de la revista y editorial Enlace Funk. Las hipérboles y comparaciones están justificadas.
¡Qué ganas tenia de que llegara este día!
Para decirte que serás mi amor Demos un buen paseo por tu guetto favorito Vayamos al super de la esquina a pillar unos Cheetos picantes.
“Hot Cheetos” (MonoNeon, My Feelings Be Peelings, 2019). |
2:05 de la noche
Todos los super acaban de cerrar Pillémonos unos fish & chips Y vamos a ese lugar que llamamos hogar. Tú eres mi amor.
“Fish, Chips and Sweat” (Funkadelic, Free Your Mind And Your Ass Will Follow, 1970). |
“Hot Cheetos”, ese bonito guiño a la picardía de Funkadelic, estuvo entre las joyas que MonoNeon tocó esa noche. Enamoró con ráfagas metaleras en “Supermane”, con flow en “Invisible” (al parecer, su manifesto), con sacarronería y militancia pro-hierba en “Women, Water, Weed”, con autoestima y empoderamiento en “Basquiat & Skittles”” y con ese bis memorable “Life Is A Glittery Fuckery” (entre muchas otras) que evidenciaron el estado de gracia por el que pasa desde hace ya un lustro, por lo menos. En plena era del reggaetón, MonoNeon mantiene vivo el funk precisamente porque nos recuerda los ritmos de P-funk y Parliament, de Bootsy y de Prince. Así sonaba la buena música antes de ser sampleada y mezclada artificialmente por ingeniería de software.
MonoNeon lleva grabados más de veinte discos en solitario, a los que se suman múltiples colaboraciones junto a remarcables colegas. Su enfoque experimental ha sido comparado con el de John Cage. La noción de arte conceptual juega un papel definitorio tal como se refleja en sus grabaciones de principios de 2011, año en el que cambió su pseudónimo de Polyneon a MonoNeon (un 26 de octubre, para ser exactos). Comenzó a desarrollar su idea loca de acompañar lo que escuchaba en emisoras AM/FM con improvisaciones al bajo (algunas de ellas se pueden escuchar en su álbum Introspection of PolyNeon). El concepto «Polyneon» le llegó a través de la introspección, justo cuando dejaba de pensar en convertirse en un gran músico, según su propio relato.
¿No te gustaría ser invisible?
¿Estar presente sin que el mundo te vea?
¿Ser quien quieras ser sin que nadie te juzgue?
Invisible (MonoNeon, 2020).
Basquiat, VanGogh, Duchamp y el dadaísmo
Fuertemente influenciado por el arte de Marcel Duchamp, MonoNeon se ha convertido sin duda en una de las estrellas en ascenso más enigmáticas del mundo del bajo en los últimos años. «Es la libertad, la anarquía, la rebelión, la autonomía hacia lo que gravito en el dadaísmo. Marcel Duchamp fue el primer dadaísta del que me di cuenta al leer sobre John Cage». Lo plástico parece adquirir importancia en lo musical. Thomas Jr. es famoso por su “bajo readymade», inspirado en su amor por el dadaísmo y otros movimientos artísticos de vanguardia. Las características principales del «readymade bass» es el calcetín ordinario que cubre todo el clavijero, y el nombre «Polyneon» o “MonoNeon” en el cuerpo. El uso de cinta adhesiva de colorines y otros elementos mundanos se ha convertido en su estilo visual definitorio. Van Gogh y Basquiat también aparecen en su cosmos; en cuanto al pintor multicolor de Nueva York, el bajista siempre lo ha descrito como “un ángel de neón”.
Estoy pensando en los colores del arco iris
con una olla repleta de oro al final
Estoy de pie, fingiendo ser Basquiat
Me como mis skittles, llevo mi corona puesta
Y doy la vuelta a mi ceño fruncido.
Basquiat & Skittles (Basquiat & Skittles Album, 2021).
Prince, el padrino
Thomas fue el último bajista con el que Prince trabajó antes de su inesperada muerte en 2016. La canción “Ruff Enuff” que llegó a ser lanzada como sencillo en la plataforma Tidal (enero de 2016) es una de las que el genio púrpura estaba puliendo cuando nos dejó; el álbum póstumo tan esperado por sus fans lleva por título opcional Black Is The New Black y tiene a un MonoNeon de tan solo 25 años, a Kirk Johnson (batería) y a Adrian Crutchfield (saxofón y vientos electrónicos). Tocaron unos seis bolos en Paisley, también grabaron; a partir de ahí, el extraterrestre de la colcha se dio a conocer en el mundo entero. «Prince me contrató como bajista para la banda de Judith Hill (una de sus protegées), eso fue a principios de 2015. Luego, a finales de 2015, me invitó a Paisley Park para tocar en su banda. Me dejaba tocar lo que yo quisiera, nunca me decía qué hacer a menos que escuchara algo que no le cuadrara”.[1]
[1] Sharma, Amit. “Try To Transcribe Stuff; Go Out And Find Things That You Can Use In Your Own Playing”, Guitar World, 05/11/2020.
El hombre de neón ha ganado un premio Grammy, por su participación en el álbum de Nas 2020 King’s Disease. Flea, de los Red Hot Chili Peppers, se ha referido a él como «el puto mejor bajista eléctrico». MonoNeon ha colaborado con artistas como Mavis Staples, George Clinton, Pete Rock, Ne-Yo, Mac Miller, Georgia Anne Muldrow, Phil Lassiter, Ghost-Note, y ha tocado en el Festival de Jazz de Newport, el Festival de Jazz de Montreal, el Festival de Música SummerCamp, el Festival Internacional de Jazz de Melbourne y muchos más.
Hoy, hasta la prestigiosa Fender se ha sumado a la lista de pilares del mundo del espectáculo que reconocen y premian su más que indiscutible talento. Un bajo microtonal construido para MonoNeon por Tim Cloonan de CallowHill Guitars fue diseñado para tocar cuartos de tono. El “MonoNeon Jazz Bass V” es una declaración de intenciones: mitad chulería, mitad negocios serios. La Fender (Musical Instruments Corporation o FMIC) lo inventó para homenajear la singularidad del bajista y para invitar a artistas de todo el mundo a acercarse al instrumento con ese mismo espíritu curioso e inventivo que ha alimentado la carrera del músico de Memphis. El bajo eléctrico tiene un cuerpo de aliso con un llamativo acabado de uretano amarillo neón, complementado con un clavijero pintado de naranja neón y un pickguard. «Diseñar un instrumento que encapsulara el espíritu y la habilidad de MonoNeon fue tarea difícil, honrarle con un bajo Fender es un privilegio», declaró Justin Norvell, vicepresidente ejecutivo. «Trabajamos estrechamente con él para crear un bajo que no solo represente visualmente esa personalidad suya tan carismática, sino que también encarne su forma de tocar inspirada en el funk abstracto y microtonal”.
Ver en directo a este prodigio del funk es contemplar pasado, presente y futuro de un género que representa la libertad (la verdadera libertad), lo cool, lo virtuoso. Es una lección de música en la medida en que en su arte se asoman los más grandes, pero sobre todo porque en su ya extenso catálogo se puede encontrar esa tranquilidad que brinda el constatar in situ que la buena música nunca morirá, que el ser humano es hermosamente complejo y que los simples mortales de a pie siempre tendremos un sitio donde refugiarnos, donde salvaguardarnos de esta vorágine que es la vida moderna. Aunque ello implique apiñarnos con cervezas y buenas hierbas mientras apreciamos la belleza y la música en una caverna que proyecte sombras de neón.