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Por Carmen Socías | Fotos  Víctor López Aguado

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Xoel López durante su concierto en La Riviera

Xoel López cerró anoche su gira “Atlántico” en La Riviera de Madrid, antes de poner rumbo a su Argentina amada, tras esa gira americana que nos lo devolvió con otro sonido y que ha venido para quedarse en el coruñés más gachego que nunca. Puntual y con la elegancia de “Caballero” comenzó Xoel un concierto que prometía y que se convertía en la segunda despedida para el protagonista en La Riviera, hace cuatro años dijo adiós a Deluxe desde las mismas tablas.

“Desafinado amor” mostró a ese nuevo Xoel que cruzó el Atlántico y sonó antes del primer hit de la etapa Deluxe “Historial Universal (El amor no es lo que piensas)”, cerca de dos mil personas dejaron de reprimirse y se pusieron a saltar, venían con ganas. “Llevamos tres canciones y no puedo con los huevos” decía un Xoel contento y muy cómodo en el escenario con una formación más que sólida y que han paseado por media España ese Atlántico, probablemente uno de los mejores discos nacionales del año.

Y con la maestría de quien lleva ya muchos conciertos este año Xoel intercaló los temas de su nuevo trabajo con lo que muchos esperaban poder cantar a voz en grito. “La gran montaña” nos devolvió a la nostalgia y al viaje, a saber que esa era una despedida, pero aún quedaba mucha noche por delante y alguna que otra travesura. “Parando el tráfico” tema de Lovely Luna,  proyecto con Xoel comparte con Félix Arias,  se convirtió en una cumbia que puso a bailar a los que quedaban parados, que ya eran pocos. Como una declaración de amor en toda regla Xoel sacó la garra y la delicadeza para su “Buenos Aires” querido, hablándole a una ciudad como el poeta trovador que mira desde la distancia. “Que no” transportó a la sala a los tiempos de Deluxe, lo más eléctrico de la noche, esa canción que quiere cantarse a grito pelado y con incontenible movimiento de cabeza. “El asaltante de canciones” y “Pájaros negros” se enlazaron recibiendo en el escenario el carismático Scott , admirador de Xoel que en su graduación versionó un tema de Deluxe, cuando La Riviera ya era una gran fiesta. Con su washboard y la esterilla colombiana de Carlos Freire sonó “La boca del volcán”.  En un mano a mano Scott presentaba “Reconstrucción” mostrando su virtuosismo con la armónica y el aplauso de quienes estaban debajo y encima del escenario. Una de las canciones más aplaudidas fue “Rostro de actriz”, que dedicó al antes músico que cómico Julián López presente en la sala, aquí Xoel se puso serio y sentado al piano cantó  “una de las canciones que canto en casa pero que en concierto nunca canto por falta de tiempo, pero hoy sí”, hablaba de “De vino y espejos”. Antes de recibir en el escenario a su compañero de andanzas Félix Arias, y el público demandando la presencia de Iván Ferreiro,  Xoel López se entregó con “El cielo de Madrid”, una canción que contó que compuso “cuando vivía en Madrid y bajaba por las noches buscando algo mejor y miraba el cielo de Madrid y decía igual alguna de esas estrellas es para mí”.  “Tierra” sonó con un Xoel sentado en el escenario, de rodillas, y mirándole al público a los ojos. A modo de plegaria llegó “Por el viejo barrio” otra de las canciones de Atlántico, sonaron todas menos “Joven Poeta” y “Postal de Nueva York”. El concierto entró en su recta final con un éxtasis deluxiano y el Xoel más beateliano con “A un metro de distancia”, “Réquiem(No fui yo)”  o “Los días fríos”.

Despidiéndose un Xoel eufórico comenzaron a sonar los acordes de “De piedras y arena mojada”, y allí no se movía ni un alma. El primer bis de la noche comenzó con dos temas de ese Fin de un viaje infinito (Virgin, 2007), quinto álbum de Deluxe que contenía joyas como “Ver en la oscuridad” y “El amor valiente”. La penúltima canción de la noche Xoel López quiso dedicársela a “mi compañero Juan de Dios que va a meterse en el estudio para no salir nunca más”. Psicodelia trovadora y ambiente de fin de fiesta prepararon el terrero para el “Adiós corazón”, canción que cerró, tras dos horas exactas,  el concierto y la gira de un Xoel López más gachego que nunca, y que nos dejó con un mambito dando vueltas en la cabeza. Así terminó el camino del Xoel Atlántico por nuestro país, a nosotros solo nos queda decirle andá Xoel, pero volvé pronto.

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 @carmensocias

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