Por Patricia Hernández
Reconocimiento, fama y ventas llegan, a veces, con una muerte singular
La industria musical no pasa por su mejor momento, miles de copias piratas de discos pasan cada día delante de todo el mundo, ya sea en el bar del café, ya sea en la calle que pasas para ir a coger el metro. La industria musical se está hundiendo y el barco se lleva con él a miles de cantantes y autores que ven como las ventas de sus álbumes caen en picado completamente. Según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) solamente en España las ventas de álbumes de artistas locales se han reducido en un 65% en cinco años. Algunas conocidas soluciones para artistas y grandes multinacionales para vender discos son, o vestirse con trajes hechos de carne de animal cruda para llamar la atención -véase Lady Gaga- ponerse implantes en los glúteos,-véase Nicki Minaj- o la conocida por todo el mundo y que nunca falla –casi sin excepción- morir, sobre todo si es en circunstancias que sean fuera de lo común.
Sí, señoras y señores que hace tiempo que perdieron su estrella, quedando relegados al olvido, de repente mueren y se convierten en artistas súper ventas. Mucho mejor si la muerte ha sido trágica, pues las ventas crecen considerablemente. Son muchos los casos de cantantes muertos en extrañas circunstancias y muy frecuente que la muerte del cantante en cuestión vaya seguida por semanas consecutivas de números uno en las listas de ventas. Más allá del archiconocido Michael Jackson o el venerado Elvis Presley, hay un sinfín de historias de cantantes que no se han oído tantas veces pero que son iguales o más perturbadoras que las conocidas por la gran mayoría.
El 3 de febrero de 1959 es famosamente conocido como “El día que murió la música”. Un trágico accidente de avión en Iowa quitó la vida a tres de los más prometedores cantantes de rock and roll, Ritchie Valens, que tenía solamente 17 años, The Big Bopper, que tenía entonces 28 años y Buddy Holly con 22. Valens, fue la primera estrella del rock hispano, más conocido por su popular tema La Bamba, solamente hacía un año que había empezado su carrera musical profesional. Fueron varios los sencillos editados tras su muerte, pero el éxito arrollador llegó en 1987 con la película La Bamba. Su banda sonora con la canción homónima estuvo 44 semanas en el chart de Billboard llegando al número uno y catapultó a Valens a la fama mundial, para quién aún no lo conocía.
Actualmente, Holly es mucho más importante por la enorme influencia que ha tenido sobre muchas generaciones de músicos. Su mezcla de estilo country y Rock&Roll lo llevaron a la fama a una edad muy temprana y está considerado uno de los mejores cantantes de todos los tiempos. Aparte de su look, con sus eternas gafas de pasta,es copiado hasta la saciedad hoy en día por miles de modernos del mundo.
Holly, que también hizo icónico el estándar de banda con batería, bajo y dos guitarras con su grupo The Crickets, dejó muchos éxitos tras su muerte, siendo el más vendido The Buddy Holly Story en 1959 y 1960 que llegó al puesto número #11 en Billboardy el puesto Número #2 en los charts de UK.
El siguiente nombre de la lista es Sam Cooke. Nacido en 1931 en Mississippi, pionero y padre del Rythm&Blues. Las circunstancias que rodean su muerte no han sido esclarecidas a día de hoy pero son bastante extrañas. La hipótesis que más se barajó y la que es oficial es en la que Bertha Franklin, que era la gerente del motel donde se hospedaba, disparó a Cooke en defensa propia, ya que, afirma que el cantante trató de violar a una chica y después se encaminó hacia ella. Otra versión, mucho más extendida, cuenta que le disparó el marido de su amante mientras huía. De todos modos, Franklin fue absuelta por homicidio justificado. Cooke murió el 11 de diciembre de 1964, a los 33 años, en el motel Hacienda en Los Angeles. Después de su muerte se editaron 14 singles póstumos, quedando en el top #50 en las listas, y 4 discos oficiales, de los cuales los dos primeros, uno en 1964 – Sam Cooke at the Copa- y otro en 1965 –Shake- llegaron al número #1 en las listas de Rythm&Blues de Billboard, revista musical estadounidense de referencia internacional con diferentes charts para los diversos géneros musicales. El cantante, ha servido de fuente de inspiración para muchos cantantes de soulcomo Otis Redding, Wilson Pickett o Aretha Franklin.
Otra curiosa historia es la del increíble cantante Jeff Buckley, nacido en California en 1966. Buckley murió ahogado mientras nadaba en el río Wolf, en Tennessee, el 29 de mayo de 1997, pero el cuerpo no fue encontrado hasta el día 4 de junio. Muchos dudan si fue un suicidio o un accidente. La historia de este fugaz cantante transcurre como tantas otras, pero con un final más sorprendente. Con 24 años se traslada a Nueva York y empieza a tocar en bares hasta que atrae el interés de los ejecutivos de Columbia Records. El cantante, poseía una voz excepcional de tenor, que se extendía entre casi 4 octavas y media de registro, siendo famoso por su falsete.
En 1994 ve la luz el único disco oficial que grabó en vida, Grace, que recién editado, no tuvo mucho éxito, pero poco a poco la crítica empezó a aclamarlo hasta convertirlo en uno de los discos imprescindibles de la historia de la música. Entre sus fans se encuentran artistas de la talla de Paul McCartney, Jimmy Page, Robert Plant de Led Zeppelin o Bob Dylan. Morrissey ha declarado que Grace se encuentra en su lista de discos imprescindibles. Tras su muerte, su posición de artista de renombre ha escalado, sobre todo gracias a la crítica. En el 2006 la revista Mojo calificó al álbum como el clásico de rock moderno nº1 de todos los tiempos, y nuevas reediciones en el 2004 y el 2007 volvieron a llevar al álbum a las listas de éxitos con números #1 en algunos países europeos como Irlanda, el puesto #26 en Australia o el #16 en Inglaterra.
Especialmente curioso es el caso de Michael Hutchence, líder, cantante y compositor de la banda de rock australiano INXS. Hutchence fue encontrado muerto en su habitación del Hotel Ritz Carlton de Sydney. El cantante había atado un cinturón en la parte superior del mecanismo de bloqueo de la bisagra de la puerta formando un lazo provisional con el que se ahorcó. Su cuerpo apareció desnudo colgado de un cinturón. La que era su novia en ese momento, Paula Yates, afirmó en un programa de TV, que todo “fue un triste accidente durante un juego sexual peligroso, la hipoxifilia”. Esta versión es la que más gusta a los fans de la banda, aunque en su sangre se pudieron encontrar restos de sustancias como la cocaína, el alcohol o el Prozac. El médico forense llegó a la conclusión de que su suicidio fue intencional. La causa oficial de su muerte fue un suicidio por asfixia. Tras la extraña muerte de Hutchence, el 22 de noviembre de 1997, la banda -que ha tenido varios sucesores de vocalistas-ha vendido más de 30 millones de discos.
Como una manera de morir especialmente particular, le toca el turno al cantautor de culto estadounidense Elliot Smith. Esta es la muerte en la que existen más dudas sobre si fue un suicidio o no, por las extrañas circunstancias en las que se desarrolló. Se apuñaló en el pecho dos veces. Su novia, que se encontraba con el cantante cuando ocurrió la tragedia, el 21 de octubre del 2003, dijo que habían tenido una pelea y que cuando salió del baño se lo encontró con el cuchillo clavado en su pecho. Ella cuenta que tuvo que ayudar a quitárselo y, que por esta razón estaban sus huellas dactilares en el cuchillo. La historia de Smith no es nueva. Como tantos otros, había jugueteado con las drogas y el alcohol y había llevado la pena a sus composiciones. Hablaba del suicidio constantemente y en sus conciertos salía al escenario borracho y drogado. Smith empezaba a tener cierto peso en el panorama musical del momento, en el 2003. Ése mismo año había sido nominado a un premio de la Academia por la banda sonora de la película Good Will Hunting dirigida por Gus Van Sant. Smith grabó una versión orquestal de «Between the Bars» para la ocasión, pero no se llevó el premio. A su muerte, le siguió la edición del álbum que estaba grabando, From a Basementon the Hill, con el que la crítica especializada fue muy benevolente y que llegó al puesto número #19 en Billboard, posición envidiable dadas las circunstancias de su última gira.
Si una cosa es cierta es que, un cantante muerto es sinónimo de dólares y eso las discográficas lo saben mejor que nadie. Saben el tirón mediático que hay detrás de toda defunción de cantante al que aún no le ha llegado su hora. Horas después del anuncio de la muerte de Whitney Houston su discográfica, Sony BMG, subió el precio de su disco de grandes éxitos en iTunes de seis euros a nueve y medio. De repente, toda la crítica y los artistas ensalzaban a una estrella que hacía mucho que se había apagado. Y es que muerte y prestigio van muchas veces de la mano. ¿Se aprovechan los magnates de una situación trágica? ¿O es que al morir el artista a todo el mundo le suena su música mejor que antes? ¿Necesita la gente idolatrar a alguien al que hace dos días ni escuchaba? Las búsquedas en internet y las ventas de álbumes se disparan, y el show, debe continuar.
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