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Un poco de arqueología musical: Keane comenzó como un grupo de versiones, allá por 1995. Poco a poco fueron consiguiendo cierto éxito, pero un día, se les fue el guitarrista. Lejos de tirar la toalla, Tom Chaplin (voz), Richard Hughes (percusión), Tim Rice-Oxley (teclados) decidieron seguir adelante, dejando a Tim como un importante responsable del sonido; Tim tuvo que enfrentarse a un desafío sonoro. El sonido de sus sintetizadores se tendría que expandir, sobre todo más adelante. Esta alquimia les dio un sonido muy distintivo, dejándolos fuera de lo corriente en el panorama musical. Esto fue en 2001.

 

Ya en 2003, se desató todo con un sencillo de adelanto que trataba acerca de intentar encontrar tu lugar en el mundo mientras ves a otros avanzar en sus vidas, inspirada en la frustración del grupo por no lograr avanzar, ironías del destino: Everybody’s Changing. Su primer álbum, Hopes and Fears (2004), alcanzó gran éxito comercial y crítico, con éxitos como Somewhere Only We Know.

El segundo álbum, Under the Iron Sea (2006), mostró un sonido más sólido, oscuro y experimental. En 2007, el multiinstrumentista Jesse Quin entró como bajista, aportando nuevos elementos instrumentales y creativos que se reflejarían más en los últimos álbumes. Perfect Symmetry llegó en 2008. A este le siguieron el EP Night Train y tras un breve receso, regresaron en 2012 con Strangeland. Entre 2013 y 2018, la banda se tomó un descanso durante el cual Tom Chaplin lanzó álbumes solistas y superó problemas personales típicos del rock. En 2019, Keane volvió con su quinto álbum de estudio, Cause and Effect, marcando su regreso a la escena musical con un sonido relativamente renovado, manteniendo su esencia.

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Bueno, lleguemos ya de una vez a la Plaza de España, un ocho de julio de 2024. Durante un concierto, el público está cantando cumpleaños feliz a un álbum. ¿Qué está pasando? En un suspiro, ya hace veinte años que Keane presentó al mundo Hopes and Fears. Es la primera visita a la capital de Andalucía de Keane. Lleno total. Que Hopes and Fears sea su mejor álbum puede ser tema de debate para algunos. Que el impacto fue el más grande, de eso no hay duda. De todos modos, su sonido no nos era del todo desconocido. Keane se situaba en aquellos días dentro del movimiento del Post-Britpop y el Rock Alternativo del Reino Unido, junto a bandas influyentes como Coldplay y Travis. El grupo adoptó este estilo, caracterizado por un sonido épico, melódico y emotivo, así como letras sencillas pero introspectivas, que evitan caer en el narcisismo, explorando temas que oscilan entre la melancolía y el optimismo. El uso de los sintetizadores de Tim Rice-Oxley y la personal voz de Tom Chaplin hacían y hacen del grupo algo genuino.

¿Qué se podía esperar de este aniversario? ¿Acaso interpretarían el álbum completo en su orden, seguido de una selección de sus mejores temas? No fue del todo así; El fuerte arranque con Can’t Stop Now desbarataba la ausencia de sorpresas. Ya para el segundo tema, menos mal, tirón de orejas de Chaplin a la organización. No esperaba que se hubieran instalado sillas en el recinto para el público. Así que instó al respetable a levantarse. Ahora sí que empezaba el espectáculo. El repertorio, como decíamos, giró en torno a casi la totalidad de Hopes and Fears, seguido de Under the Iron Sea, pero sin un orden que nos arruinara la sorpresa. Los ajustes o modificaciones en las canciones para su interpretación en vivo fueron escasos, lo cual, francamente, resulta agradable de vez en cuando, considerando lo que se ha escuchado con otros artistas, y además, esto provocó que el repertorio fuera un gancho a la mandíbula del público. Eso sí, los temas más intensos fueron más intensos, los más melódicos, más sentidos, con la voz de Chaplin inquebrantable y cómoda en todos y cada uno de los temas. Este frontman discreto, pero efectivo, esconde tras de sí otro líder; Tim Rice-Oxley podría ser quien más sudó la camiseta, siguiendo con cuerpo y alma cada uno de los compases, haciendo gestos con las manos, como si fuera el director de la orquesta Plaza de España + Keane. Chaplin expresó varias veces estar encantado del lugar y de la respuesta del público. También comentó que She Has No Time, una de las cimas de la noche, fue la primera canción «buena» que grabaron.

 

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Si bien es cierto que Somewhere Only We Know emocionó al público, para quien escribe estas líneas, el punto culminante de la noche llegó durante el segundo bis con Sovereign Light Café. La canción evoca los recuerdos juveniles de Tom, fusionando celebración y nostalgia. Y, como una curiosa coincidencia, esta canción es la favorita de Chaplin, tal como expresó durante el evento. Contrastando con esto, el grupo cerró con el emotivo retrato interior de una ruptura amorosa, Bedshaped, tan emotivo como poderoso, cerró una velada para el recuerdo.

Keane tuvieron (y tienen) la valentía de no tener demasiada valentía, y sin hacer de sus publicaciones continuistas, lograron esquivar la caricatura que Coldplay nos presentan desde su cuarto disco, más o menos, y siguen siendo muy fuertes y creativos con sus composiciones, a diferencia de otros grupos que dolería mencionar aquí. Súmale a esto que tienen un directo robusto y un repertorio variado, impactante y memorable.

 

Para Keane se acabaron hace tiempo las esperanzas y los miedos. Sólo queda seguridad, pop-rock y un directo de primera.

 

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