Arte en Achtung! | Por Laura García 

Un mapa poco acertado guía al ansioso visitante escaleras arriba. El ascensor puede resultar poco seguro por obviar alguna parte importante del recorrido recomendado. Al final, una escalera mecánica que baja y el primer impacto: los tejados de Madrid se rinden ante nuestros ojos.

Así es el esbozo de la propuesta que Antoni Muntadas ha introducido en el Museo Reina Sofía y que recorre cuatro plantas del edificio. En esta retrospectiva del artista la idea es la obra en sí misma, como bien dictan los cánones del arte conceptual que entusiasma a Muntadas.

Los espacios que se abren al visitante conforman la visión del mundo que tiene el artista catalán. Bajo el nombre de “Entre/Between”, la exposición se divide en nueve ‘constelaciones’ habitadas por las preocupaciones de su autor en torno a temas culturales y políticos. La muestra se desarrolla alrededor al espectador, avasallado por fotografías, proyecciones, sonidos e instalaciones que le sitúan en esa posición intermedia, entre las cosas que piensa, siente y captura Muntadas.

No hay grandes historias ni un perfecto desenlace. Tan sólo la vida contemporánea reflejada, por ejemplo, por la luz de tres flexos que interrogan los conceptos de mirar, ver y percibir. O una gran pantalla que muestra en detalle las manos entrelazadas de algún orador anónimo, seguro orgulloso de su posición de poder ante el mundo.

Es, de hecho, el concepto de poder el que inspira una emblemática obra de Muntadas que, presente en esta exposición, resulta de las más impactantes. The Board Room (1987) recrea una sala de juntas cualquiera en la que trece retratos de conocidos personajes de la política, la televisión y la religión cuelgan de las paredes, alrededor de una mesa y por encima de la moqueta roja. Como boca tienen un pequeño monitor que reproduce parte de sus mejores discursos. Un rumor superpuesto de palabras vacías se crea en la sala y recrea  así una perfecta atmósfera del poder.

Intencionado o no, las mismas ventanas del edificio dibujan en las blancas paredes de cada sala excelentes vistas de Madrid a través de sus rejas. Un regalo visual perfecto y cambiante que completa la visita.

Al cabo del recorrido, puede que el visitante se sienta un tanto confuso o perdido por la laberíntica composición del museo. Es posible que estén también un tanto pensativos y saturados de conceptos. Es normal, no se preocupen. Después de todo, se trata del trabajo de Muntadas, donde el visitante se convierte en mente crítica y parte esencial de la propia obra.

Situación 2011

La exposición incluye este año un nuevo proyecto que continúa el estudio que Muntadas emprendió en 1988 sobre las instituciones que acogen sus trabajos. En este caso, Situación 2011 sitúa en un espacio vacío de cada planta del edificio un estudio sobre las ampliaciones de los museos y sus implicaciones futuras.

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