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Por Diego E. Barros

Desde que el PSOE amagara con sacar de la tumba a Franco en vísperas de Difuntos llevamos una semana viendo pasear a hermosos cadáveres como mocitas por el viejo Chamartín. No ha quedado un ex presidente presentable sin desfilar como si realmente tuviera algo que decir. A estas alturas Aznar ya debe haber cumplimentado las gestiones para que Mariano encuentre una cabeza de caballo entre sus sábanas. Será cualquier día pero nadie se enterará. El presidente es un tipo discreto que sólo atiende a las inclemencias climatológicas como única respuesta ante preguntas incómodas. Con razón brilló por su ausencia en la presentación del segundo tomo (!) de memorias de su otrora valedor digital. Él y la mayor parte de la familia. Para recibir puñaladas le basta con abrir a diario los periódicos-no-amigos; presenciar en directo al lanzador de cuchillos sería un exceso.

Hay quien nunca se cansa del revival. Especialmente los productores de televisión. No descartemos que a alguno se le ocurra poner un día, no sé, a Melendi a comandar a un grupo de jubilados haciendo versiones de clásicos del rock. A mí el revival me gusta. De hecho no sé cómo hemos sobrevivido todo este tiempo sin la enésima reposición de Verano Azul. Si Chanquete no puede calmar nuestros ánimos no sé qué más podemos esperar. Mi gusto por el revival, como por tantas otras cosas, es responsabilidad de mis padres. Cuando me compraron el walkman vino con un casete de la Década Prodigiosa y a mí me pareció de lo más normal. El espectáculo debió ser tan lamentable que un día apareció mi tío por casa con una caja de zapatos llena de cintas y el mundo adquirió para mí el color de Led Zeppelin, CCR, Bob Dylan y demás benditos indeseables. Como cualquier adolescente, yo en aquella época estaba buscándome a mí mismo.

El PSOE ha tardado dos años en montar una yincana que apellida de ideas para dilucidar el tiempo que todavía le queda hasta encontrarse con el resto de la ciudadanía. No diré yo que Rubalcaba no sea un tipo inteligente como él sí dijo de Chacón. De lo que no tengo ninguna duda es que a tenaz hay pocos que le ganen. Tres años lleva contra viento, urna y encuesta. Y ahí sigue, esperando como cualquier adolescente a que se le pase la tontería.

Los partidos son familias mal avenidas y cuando pierden la herencia todo son reproches. Luego está IU y después lo de la Casa Real. La reticencia a aplicarle la cacareada austeridad en su presupuesto (17 céntimos nos cuesta a cada español, según el PP) sólo ha sido vencida por Pedrojosé. Gracias a él en Zarzuela ya sólo se utilizan cubiertos de plástico. Que no sé cómo no se le ha ocurrido todavía a un productor televisivo colocar una cámara en la cena de Navidad de palacio y acabar de reventar la audiencia a base de espectáculo. Pero antes que esto ocurra tendremos que conformarnos con la reunión socialista de este fin de semana. De ella ha dicho Elena Valenciano que quiere salir con un partido «más rojo, más morado y más verde». Es decir, un anuncio de Benetton.

 @diegoebarros

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