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Por Bárbara Bécares

Desde que la crisis comenzara, donde la situación económica ya va mal, el mundo del periodismo se lleva la palma. Despidos, cierres de medios….. y directivos que siguen cobrando demasiado, no lo olvidemos. Las últimas cifras presentadas por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España  no podrían ser más claras: Desde noviembre de 2008 más de 10.000 periodistas han perdido sus puestos de trabajo en España y 70 medios de comunicación han cerrado

Con el cierre de grandes medios de comunicación en España han surgido otros. Periodistas que no piensan rendirse y que creen en lo que hacen, han aprovechado las ventajas de Internet para crear periódicos online, muchos de ellos que buscan mantener un carácter totalmente independiente, rechazando esas condiciones que muchas empresas que se anuncian a veces quieren imponer. Hasta ahora no suena mal.

Y esos medios hay que rellenarlos con información. Y, si es de calidad, mejor. Pero la calidad se paga. Lo más barato es, para quienes no sepan cómo funcionan a veces los medios de comunicación, tomar informaciones que llegan de las agencias de información y rehacer la noticia. Si el que la rehace es un becario (que puede ser que esté estudiando o que ya haya acabado su carrera de periodismo hace cuatro años, porque ahora el tema de ‘las prácticas’ se ha alargado en España de manera desorbitada, sin ningún tipo de regulación), pues mejor, más barato aún. Hasta puede salir gratis, porque hay becarios que no cobran. De hecho, hay becarios que gastan en trabajar, porque se tienen que pagar sus propios billetes de tren o autobús para llegar a la redacción.

Hace unos años acudí a una mesa redonda que se celebraba en un recién estrenado Caixa Forum del Paseo del Prado de Madrid, donde varios corresponsales hablaban precisamente de eso, de la bonita y a veces cansada y a veces injusta tarea del corresponsal. Entre otros de los ponentes estaba el recientemente fallecido Enrique Meneses. El señor Meneses, viendo que contaba con una audiencia mayoritariamente joven y, probablemente con sueños de llegar algún día a ser ‘corresponsales’, nos dijo que no había que esperar a que nos contrataran, que cogiéramos nuestra mochila al hombro y nos fuéramos a buscar historias y luego venderlas. Eso hizo él, hace ya años, de joven, por África.

No suena mal. Suena genial. Tenía razón. No hay que acomodarse. Si quieres algo, vete a por ello y no esperes a que te lo den. No esperes a que un periódico o una televisión te vaya a decir, recién graduado: ‘toma joven periodista, la llave de la oficina de nuestra corresponsalía en México donde trabajarás a partir de ahora’.  Eso no pasa ni en las más idealistas películas americanas en esas en las que, siempre acaba todo estupendamente bien y todos los buenos y protagonistas acaban cumpliendo sus sueños. Pero el problema llega cuando coges tu mochila, te vas por el mundo, te pagas un billete de avión a otro país o continente, conoces gente en  tu nuevo destino, haces entrevistas, aprendes, descubres, lees y, cuando quieres vender el resultado de tantas horas e incluso semanas de trabajo, los medios de comunicación españoles te ofrecen publicarlo, pero gratis. No hay dinero. La cosa está mal. Sé que la cosa está mal, pero también sabemos de muchos directivos de periódicos que no se han rebajado sus sueldos, mientras despedían al tercio de la plantilla de trabajadores diciendo que ‘había que ajustarse el cinturón’.

También digo que es algo distinto en los casos de medios de comunicación donde jóvenes periodistas deciden arriesgar y dar su tiempo libre a una publicación con la esperanza de algún día gustar al lector y conseguir fondos. Para el que no lo sepa, que en muchas conversaciones me he dado cuenta de que la gente no es del todo consciente de donde llega el dinero: este puede llegar de los anunciantes o de los lectores que paguen por información de calidad. Y no, ese euro que cuesta el periódico no da para mantenerlo.

Y es que, ese es  otro tema, la gente se queja de los periodistas sin ser ni un poco conscientes de que el dinero que mantiene el buen trabajo no cae del cielo. Y que si llega de los anunciantes, a veces pueden poner condiciones y que hay información MUCHO más allá de los cuatro periódicos que se conocen y de que si quieren, de verdad, información de calidad, que igual no está mal dar una aportación económica. Aunque también es verdad que muchas veces he vivido que esas facciones de la sociedad que tanto se quejan de la manipulación periodística, no se gastarían más que el euro que cuesta su periódico deportivo de cabecera. Un euro que les servirá para leer mucho sensacionalismo. Pero, centrémonos que ese es un tema que se nos va de las manos.

Hay gente que dice que si publicas tu trabajo gratis, puedes darte a conocer. Personalmente, creo que das a conocer que vas a trabajar gratis o, lo que es lo mismo, que eres un auténtico chollo.

Para Enrique Meneses, la información era un hobby.  Siguió escribiendo en su blog, mientras otro cable le mantenía atado al oxígeno que le permitía respirar. Para muchos que estudian periodismo, el hecho de escuchar historias, hacer entrevistas aprender y conocer nuevas realidades también lo es. Pero de algo hay que vivir. Y el periodismo, también es una profesión.

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