Seleccionar página

Teatro TNT de Sevilla presenta el 6 y 7 de febrero, la aclamada Ópera de los Tres Centavos escrita por Bertolt Brecht, e interpretada esta vez, por Salvática Teatro. Les hablo de una obra musical que supuso antes y después tras su estreno en Berlín de 1928, en la cual los cantos populares, la música experimental, entre otras cosas; hacen de esta obra sea una garantía de entretenimiento, y de reflexión.

No es un secreto que la obra Bertolt Brecht tiene una vocación pedagógica y revolucionaria, para que los espectadores que se han permitido asistir a sus trabajos, salgan del teatro pensando sobre su lugar en el mundo, y más en concreto, el papel que cada uno interpretamos en esta decadente sociedad capitalista. Al menos, ese es uno de los mensajes que se pueden extraer de una pieza en la que la corrupción y la infamia, forman parte del día a día, y es difícil saber quiénes son los auténticos delincuentes en esta sociedad ¿La idea común de delincuente es un constructo ideológico, para velar los actos desalmados de otros que se erigen como ejemplo de moralidad? Estas y otras preguntas, se pondrán sobre la mesa.

Bertolt Brecht defendía la idea de diluir las diferencias entre el arte “culto” del “popular”, de tal manera que se democratice la cultura y la forma de abordarla. No es de extrañar que ese tipo de distinciones en los días que corren, se identifiquen como afirmaciones  que poseen un grado de clasismo y aporofobia. No obstante a principios del siglo XX, ese planteamiento no carecía de cualquier tipo de controversia, dado que llevaba consigo la necesidad de acercar a toda la población los contenidos que estaban a disposición de la burguesía intelectual, por más que muchos de sus integrantes conspirarán por cambiar el sistema.

 

Así se nos presenta esta obra en la web del Teatro TNT, esto es: La ópera de los tres centavos” es una de las obras más significativas e influyentes del siglo XX. Su estreno en 1928 supuso un acontecimiento sin precedentes en Berlín ya que suponía un cambio radical en la forma de concebir la ópera. Más de veinte temas musicales, algunos de ellos convertidos en canciones referenciales del siglo XX (La Balada de Mackie, La canción de los cañones, Yenni la de los piratas…) han sido interpretados por las más prestigiosas voces del mundo. Brecht la ubicó en la capital británica y su temática resulta de lo más actual: las mafias que trafican con la mendicidad, como hoy día sucede con los inmigrantes; la prostitución; la corrupción; la pobreza y el estallido de éstos. Pero lo que hace especialmente atractiva esta obra es su tono entre lo grotesco, la denuncia social y el cabaret”.

Es fundamental tener presente a la hora de ver esta obra, que a los colectivos más desfavorecido no conviene verlos como seres impotentes, como menos humanos. Más bien, como seres que también toman decisiones, seres con el potencial suficiente de reconstituir sus vidas con consciencia y acciones. Acciones que aunque no sean una garantía de que sus vidas llegarán a mejor recaudo por los frutos de sus esfuerzos, sí que ello los embarca como personas que dignifican sus vidas, a pesar de que la realidad estructural y demás condicionantes, les compliquen tanto salir de sus precarias circunstancias. Y si queda alguna duda, no es cuestión de justificar ciertos comportamientos que en nuestro imaginario colectivo son inaceptables; sino en realidad, les invito a hacer una reflexión profunda sobre cómo encuadramos a los más desfavorecidos: unos parámetros en los cuales la pena y la adjudicación, hacia los que les calificamos como «los otros», nos conduce a entenderlos como seres abyectos.

Comparte este contenido