Segunda jornada en Nos Alive, la más rockera e interesante con Killimanjaro, Savages, The Cult, The Kills, y el broche final de Foo Fighters dando un concierto apoteósico, demostrando que son referentes de entrega absoluta dentro y fuera del escenario.
Jornada maratoniana que empezaba a plena potencia con Killimanjaro, abriendo el escenario Nos Clubbing. Escuchando al trío de Barcelos se nos hace más llevadero el abandono de las tablas por parte de Black Sabbath. Desde que conocemos a Killimanjaro tenemos la tranquilidad que el hard rock sigue vivo.
Killimanjaro son un canto vigoroso, acompañado de guitarras poderosas y ganas de crear buena música sobre un escenario teñido de rojo. José – guitarra, Masquete – bajo y Joni -batería, sacan la esencia del rock con mayor octanaje, punteos profundos, para canciones rebosantes de furia, potencia y rabia.
Tras el estupendo concierto de Killimanjaro cambiamos rápidamente a la carpa, que ya está abarrotada, porque las chicas mandan y Savages vienen a dejar claro que el rock en femenino pisa con fuerza. Sobre un escenario en penumbra Gemma Thompson empieza a distorsionar su Jaguar exprimiendo acople tras acople, como preámbulo de la entrada triunfal del resto de la banda.
Camille Berthomier alias Jehnny Beth tiene un poderío vocal extraordinario, llena de una rabia misteriosa, heredera de Siouxsie Sioux, y ademanes de pantera negra sobre el escenario. El torrente vocal dialoga con una guitarra vigorosa que amartilla cada frase ahondando en su intensidad, creando una atmósfera densa y oscura.
Los aplausos son unánimes, momento donde agradece al público su apoyo y recuerda el estreno de este segundo álbum Adore Life como espina dorsal del bolo, sin olvidar los temazos de su debut Silence Yourself. Sin pausa alguna, Gemma Thompson recorre con la púa las cuerdas a lo largo del mástil de forma reiterada, puntea en la base del puente y arremete con el trémolo, alargando las notas. Mientras Ayse Hassan rasguea primero en el bajo las mismas notas, para luego continuar a puñetazos con el mástil, momento que Fay Milton utiliza para hacer lo propio con caja, plato y bombo.
La locura se desata con Hit Me, cuando Jehnny Beth abandona el escenario para erguirse entre la multitud sustentada por los tobillos y posteriormente surfear entre el público que la lleva en volandas. Pero todavía queda el apoteosis final rebosante de empoderamiento femenino con Fuckers y la totalidad de asistentes coreando:
No dejes que los cabrones te depriman
No dejes que te priven de esta canción
No dejes que se pregunten por qué frunces el ceño
O que roben la emoción de sentirse joven
No permitas que te alejen de mí
Y llega otro de los grandes momentos de la noche: The Cult. Vamos a ver gente, cuando llevábamos pañales esta gente hacía rock de calidad, así que despertar. Ian Astbury se desespera con el público que está muy tranquilo disfrutando de la banda.
A la derecha del escenario Billy Duffy pletórico, concentrado y poderoso con un arsenal primoroso de guitarras (Black Falcon, Les Paul y White Falcon) que esgrime conforme se desarrolla el concierto. Han pasado muchos años, y queda grandes rescoldos de esas llamas al entonar himnos imperecederos como Wild Flower, Rain, Dark Energy, Sweet Soul Sister o She Sells Sanctuary.
Arropado sobre un fondo de escenario ocupado por cuatro preciosas azucenas blancas, Ian Astbury aparece con parte de los dedos vendados, su voz está mucho más calmada, pero sigue siendo poderosa. Junto a él Billy Duffy como bastión esencial para llevar a buen puerto esta energía con sus punteos infinitos y rasgueos electrizantes.
Larga vida al rock & roll.
Parafraseando al cineasta, diremos que un buen concierto comienza con una explosión y a partir de ahí es cuestión de subir y subir. Pues eso es lo que hace Dave Grohl con Foo Fighters, te encarama a la cresta de la ola en la primera canción y así sigues navegando en lo más alto todo el tiempo. Ataca del tirón All My Life, Times Like These y Learn to Fly donde el público estalla y Dave Grohl es capaz de reconducirnos con maestría con el inicio de Something from Nothing «dame una llamarada, estoy petrificado como en un partido a punto de chutar, así que ahí voy» que va subiendo de ritmo y potencia para enlazar cuidadosamente con los acordes de The Pretender momento que el público corea «te mantienen en la oscuridad, y sabes lo que todos pretenden, te mantienen en la oscuridad y así todo empezó»
El concierto acaba de empezar y los de Seattle ya han dejado claro que va a ser el mejor concierto del Festival, hacía mucho tiempo que no venían, seis años para ser exactos, y va a ser una noche muy larga y Foo Fighters van a cantar junto al público lo más fuerte que puedan. Es hora de presentar a la banda y aprovecha su toque de simpatía para que Pat Smear, Chris Shiflett o Nate Mendel versionen a Ramones o Queen. Durante Blitzkrieg Bop Dave Grohl rompe una de las cuerdas de su guitarra, pero no pasa nada, no será la última, así que le toca el turno a Taylor Hawkins para cantar Cold Day in the Sun.
Dave Grohl rasga la guitarra y se desgañita sólo concentrado en el concierto para darlo todo al público, y se lo agradecemos de todo corazón, conjugando fortaleza y sentimiento «un día de estos la tierra caerá bajo tus pies, un día de estos tu corazón dará un último latido y se detendrá, un día de estos los relojes se detendrán y el tiempo no significará nada, un día de estos nos lanzarán bombas y todo será silencio». Son instantes que te ponen la piel de gallina, pero sin respiro vuelven a la carga My Hero, White Limo, Arlandria y Rope.
Llega la sorpresa de la noche, para interpretar La Dee Da, sube al escenario Alison Mosshart de The Kills, dos animales desbocados compartiendo micro, melenas al viento y voces desgarradoras. Es momento de Monkey Wrench dedicada a los fans más antiguos y Dave Grohl salta del escenario y corretea por entre el público.
Otra preciosidad emocionante con Wheels «sé lo que estás pensando, caemos en barrena, puedo sentir cómo nos hundimos, recuero a todos los que he amado y me brillan los ojos, y cuando miré al cielo ya nada importa» … en mitad de la canción Dave Grohl nos confiesa que el no tienen miedo a viajar en los aviones, pero justo antes de despegar ese día había una enorme tormenta en Madrid, lo más fácil y razonable era no volar, pero hacía un montón de años que no venían, estuvieron esperando unas horas y se embarcaron para venir. Esto les honra como una grandísima banda dentro y fuera de los escenarios.
Pero seamos claros, Foo Fighters vienen a arrasar y el torbellino final no puede ser otro que Run, This Is a Call, Best of You, Everlong, demostrando que sus temas son imperecederos y pueden combinarse entre ellos perfectamente aunque entre unos y otros hayan pasado más de dos décadas. Y Dave Grohl es capaz de estar gritando durante dos horas y media, si el público tiene ganas de rock & roll. verdaderamente nos das lo mejor de lo mejor de ti.