#Series en Achtung! | Por Ignacio Prados
En los años 60 fue la invasión británica. Decenas de bandas del Reino Unido monopolizaban las listas de radio y de ventas de los Estados Unidos. The Kinks, The Who, The Zombie, Donovan y sobre todo The Beatles fueron algunos de los protagonistas de esta ola que tanta huella dejó en la historia de la música. Actualmente no es una invasión británica ni musical la que asola Estados Unidos, sino televisiva y australiana, una invasión protagonizada por actores que inundan la televisión americana. Oz, como la llaman los propios australianos, ha pasado de ser la “isla prisión” del antiguo Imperio Británico a ser una auténtica cantera de actores para el cine y la televisión estadounidense. Ejemplo de ello en la gran pantalla son Hugh Jackman, Russell Crowe o Nicole Kidman, pero hay muchos más en la televisión, que aunque a veces interpretan a personajes australianos muchas otras se ven forzados a ocultar su tan característico acento. De esta manera, Australia y su televisión ha pasado de ser conocida solo por su serie Los Rompecorazones, que amenizaba las mañanas de verano en La 2, a ser toda una potencia mundial en actores.
Fringe, la serie de J.J. Abrams, es el gran paradigma. De sus tres protagonistas, supuestos estadounidenses, ninguno lo es. Por un lado Joshua Jackson, Peter Bishop en la ficción, es canadiense, mientras que Anna Torv y John Noble, Olivia Dunham y Walter Bishop respectivamente, son australianos. Anna Torv era casi una completa desconocida, con papeles menores en series de su país y en la serie británica Mistresses, cuando la llamaron para protagonizar Fringe en el papel de Olivia Dunham, una dura y enigmática agente del FBI. John Noble no era tan desconocido, sobre todo para los amantes de la obra de Tolkien, ya que en interpretó a Denethor, senescal de Gondor, antes de encarnar al entrañable Walter Bishop, un genio que puede poner en riesgo el continuo espacio-temporal pero con el que nunca te podrías enfadar.
Si se sigue con australianos en papeles protagonistas en la televisión americana es inevitable nombrar a Simon Baker, Patrick Jane en El Mentalista, un médium que trabaja con la policía ayudando en la resolución de asesinatos. Otra protagonista es Yvonne Strahovski, hija de inmigrantes polacos en Sidney, que interpreta a la Agente Especial Sarah Walker de la CIA en la serie Chuck. Rose Byrne, nacida en Sidney y a la que se la pudo ver en películas como X-Men: First Class o La boda de mi mejor amiga, también protagoniza Damages, la serie de abogados manipuladores junto a Glenn Close. De la capital, Canberra, es Alex O’Loughlin, que tras protagonizar dos series canceladas en su primera temporada, Moonlight y Three rivers, triunfa ahora con la policíaca Hawaii Five-0, donde confirma la fama de los australianos de buenos surfistas y amantes de la playa.
Ya si se pasa al campo de los secundarios, destaca Ryan Kwanten, todo un sex-symbol, que interpreta a Jason Stackhouse, el hermano de Sookie en True Blood. House, la serie del médico menos políticamente correcto, también tiene un australiano en su reparto. Se trata del doctor Robert Chase, un intensivista australiano que tendrá sus choques con House además de una historia de amor con Allison Cameron. Jesse Spencer es el encargado de ponerle cara y voz a este personaje, que al contrario que los anteriores actores no tiene por qué ocultar su acento, algo que sí que tiene que hacer Hugh Laurie, el británico que interpreta a Gregory House.
Y estos son solo algunos de una lista más larga en la que se encuentran nombres como Emilie de Ravin, Claire en Lost; Toni Colette, Tara en United States of Tara; Nicholas Bishop, Peter Dunlop en Body of Proof, o dos de los protagonistas de una de las series más famosas de la CBS ya cancelada, Sin rastro, donde Anthony LaPaglia y Poppy Montgomery ocultan su origen para interpretar a dos agentes especiales del FBI.
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