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Por Marisol Gándara

 

Como suicida confeso

para mi cuerpo quisiera el sabor de la última gota de veneno

ypapila gozosa exclamaría

¡Esta es la gota de líquido más valiosa

la cantidad máxima de perfección,

la que colma mis necesidades y deseos!.

 

El aroma de la partícula terminal  de gas mostaza

reclamo entre mis objetivos primeros

y el valor, tan etéreo,

se evaporaría por fin con mi alma

y restaría hallar sólo

la caída del cuerpo cuando sólo es masa,

escuchar como choca contra el suelo.

 

Quiero el sonido extremo de la caída,

el espectrograma exacto del último grito

del jadeo postrero

y el valor de la risa final

antes del velatorio y el duelo,

antes del inconmensurable silencio.

 

El tacto de la última piel reclamo,

el valioso vello repentinamente erizado,

la cálida emergencia del sudor antes del frío

la última llamada al hipotálamo.

 

Hallar el valor marginal,

el precio de  cada sentido antes del comunicable abismo

antes de la muerte

pero aunque se pretenda

improbable es el retorno,

contartela utilidad de las percepciones en el último instante

en el que los bienes se hallen extintos

clausuradoslos servicios

y todo halla por fin terminado.

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