Por Marisol Gándara
De que poco sirve acumular
nombres
sobre la cama,
continuar con la adición
o la adicción
de rostros sobre la almohada.
Todo nuestro bien
no son nuestros bienes
de arañazos y cuerpos,
ni siquiera las guturales de kilómetros, gritos y jaculatorias
pronunciadas al borde del aliento.
Hay un punto de articulación que no acapara la garganta.
De que poco sirve acumular
palabras
acciones
valores
sin campo de batalla
nuestro peso en ficciones,
dibujados equilibrios
que sólo temporalmente
cogen en el espacio de una gráfica.
De que poco sirve
acumular
nada.
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