Por Marisol Gándara
Sólo tienes que entrar dentro del papel del intercambio,
dejar que te lubriquen la oreja
o el ojo.
Seducirte es sólo una parte ínfima del modelo.
Después estaba que entregaras,
geométricamente tus coitos,
biológicamente cada una de las eyaculaciones
religiosamente las plegarias finales,
filosóficamente silencios,
comunicar cada una de las posiciones
en el mapa de las sábanas;
geografía básica, sin contemplaciones,
hasta alcanzar un pico de decibelios
y una estadística de fines de semana o días sueltos
y si no te piden nada económicamente
es que eso quizás fuera amor
o libre comercio.
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