Por Marisol Gándara
Si no puede ser el paradigma el que me sacie
deja al menos que sea la lengua
o las palabras,
que las manos en otra acción
sienten las normas de un modelo nuevo
y gocemos la ciencia o la brujería
de observar y experimentarnos
por los orificios por donde nos entra
por donde nos sale
la energía cósmica que aviva nuestra existencia
y fragmenta el tiempo en días.
Aprendimos de los libros,
de otras bocas,
la forma más correcta para colocar cuerpos y objetos,
la posición más nítida
pero la materia o la mente
por una persistencia del ensayo-error
descubrieron una forma que la forma contradecía
y aunque nos faltan las normas,
la preceptiva por la que se rige esta postura,
nunca podrán negarnos que contra la tradición
creamos un nuevo paradigma
y aún nos falta camino que andar,
piel por recorrer
porque no hay más final
que el final de la vida.
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