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Entrevista, Achtung

Por Violeta Rodríguez | Fotografía  Antía García Sendón

Califica su música como pop de autor y asegura que compone canciones contundentes que si fueran un postre serían una mousse de chocolate. Ha crecido como persona junto a la artista y eso se nota en sus discos que pasan de la ingenuidad más soñadora a la realidad más guerrera. Ha tenido malas experiencias y por eso ahora autoedita sus trabajos y hace labores de despacho. Dice que no volverá a subirse a un escenario con ropa que no sea la suya porque no engaña a nadie. Asegura que está por encima de la política pero está de acuerdo con la discriminación positiva hacia el gallego.

Nos encontramos en un bar de A Coruña que bien podría ser la oficina de Silvia Penide.

No esperaba menos que encontrarte leyendo la Rolling Stone. Siempre me gustó la música. Empecé a escribir canciones casi por inercia. Soy autodidacta y me gusta contar historias.

Cuatro discos dan para muchas historias. El último, Las Erres Dobles, da un giro y deja de lado el drama, pero hay algo de melancolía. Sí, melancolía positiva. Las Erres Dobles son distintas en cuanto a forma y a contenido porque llevo escribiendo desde los 13 años y ahora tengo 32. En ese tiempo cambias un montón: las primeras canciones eran muy ingenuas. Ahora sigo siendo sincera, no hablo de nada que desconozca, hablo de mi universo penidesco.

¿Cómo se sienta uno a escribir una canción? Para mí es como una vocación religiosa, una llamada. Me suele pasar cuando estoy en la cama o viajando. La primera selección la hago yo, la segunda criba es del público.

Me da la sensación de que las cosas o se hacen a tu manera o no se hacen. Sí, sobre todo con mi carrera que yo me la guiso y yo me la como. En el último disco incluso me lancé a la autoproducción junto a Juan de Dios Martín. En trabajos anteriores también tuve suerte con las discográficas, me dejaron hacer lo que quería pero entonces no participaba en labores de despacho. Con Las Erres Dobles descubrí que ése también es el trabajo del artista, no sólo los escenarios. Antes era una ingenua, hoy no volvería a dejar esa tarea a otras personas. Yo organizo mi banda porque estoy en un momento muy delicado, en la línea roja de mi carrera: no soy una primeriza pero tampoco soy una artista consagrada.

¿Has tenido alguna mala experiencia? He tenido problemas con los pagos y hojas de ruta. Te puedes ver tocando en sitios a los que tú no irías y con ropa que no te pondrías porque no te sientes cómoda. No es que sea importante una cosa u otra, pero es todo parte de una puesta en escena y tienes que estar al cien por cien. revista-achtung-entrevista-silviapenide-musica-discos

¿El ambiente es machista? No lo creo.

¿Es fácil moverse entre la burocracia? El que está muy catalogado es fácil de mover en los despachos, pero en mi caso ni yo sé definirme. No me considero cantautora al uso y tampoco creo que esté dentro del indie; yo diría que hago un pop distinto, de autor, con raíz. Son canciones contundentes que si fueran un postre serían una rica mousse de chocolate.

Mencionas muchas veces la incertidumbre económica. Eres una artista responsable. Es que yo crecí con Silvia Penide. El que es despreocupado es porque no le tocó el momento de seguir peleando por lo que quiere de verdad o porque tiene apoyo económico. Sí hubo momentos de inconsciencia cuando empecé porque los discos salían como churros, pero luego te das cuenta de que el público quiere más y desea que lo nuevo también le guste. Quieres además gustar a los críticos sin decepcionarte a ti misma. Cantar y escribir es lo que más me gusta hacer. Si quiero seguir tengo que tomármelo en serio. Aunque si esta conversación la hubiéramos tenido hace algunos años sería distinta. De hecho, habría llegado tarde.

Trabajas en otras cosas además. Depende de los períodos. Esta profesión es una montaña rusa. Hay momentos tranquilos y otros como 2010 cuando invertí en grabar Las Erres Dobles lo que gané con el tercer disco. Ahora, con la vista puesta en el quinto trabajo, tengo un empleo para poder ahorrar.

En tu ciudad, en A Coruña, y en Galicia hubo un cambio y gobierna el Partido Popular.
¿Te influye como artista? Soy una privilegiada porque siempre estoy por encima de la política, pero te llegan historias para no dormir.

¿Y en relación al idioma gallego? Creo que hay una discriminación positiva y necesaria. No todo vale, pero me parece justo que se apoye a quien canta en nuestra lengua. En todo caso, yo también escribo en gallego y es una experiencia distinta. Debemos cuidar nuestras raíces porque es como cuidar a la familia, que es la que está siempre ahí. Saber de dónde venimos. Para no perder el norte.

Tu norte está en Arteixo. Sí, y de momento me quedo por aquí.

Mientras la música siga sonando. Es el hilo conductor de la vida.

¿Qué canción, que no sea tuya, te alegra? Yo creo que Undestructible de Gogol Bordello. En el otro lado, Perfect Day de Lou Reed.

De las tuyas, la que me arranca una sonrisa es Soy Feliz. Le debo mucho a esa canción, es de las primeras.

Se agradece cuando un artista te da una excusa para reír sin más, gracias Penide por esta charla y hasta otra.

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