Por Marcos Nebreda
En la comarca vasca del Alto Deba se fragua desde hace tres décadas uno de los centros neurálgicos de la innovación en España. El Polo Garaia es un espacio de intercambio de ideas, de cooperación y de toma de contacto entre la sociedad y los agentes generadores de conocimiento. “Nuestra empresa es de I+D, innovación por desesperación”, asegura Andoni Gartzia llegado directamente desde Mondragón a A Coruña para transmitir a los emprendedores gallegos esquemas de éxito a través de una herramienta fundamental; la creatividad.
Precisamente la apuesta por el talento y las buenas ideas llevaron a Andoni a hipotecar su casa para respaldar a un innovador prolífico y con visión de futuro, Antonio Guerra. Más de 40 patentes y 25 años dedicado a la innovación avalan su carrera no siempre plagada de éxitos pero sí de mucho esfuerzo y dedicación. En su haber está el logro de diseñar una bicicleta estática para competidores que se adelantó a la tecnología digital y que logró exportarse a más de 25 países. Antonio invirtió 100 millones de las antiguas pesetas en poner en marcha su idea en un tiempo en el que internet sonaba a película de ciencia ficción.
En su carrera por innovar, este creador acaba de dar un paso más con la materialización de un revolucionario modelo de bicicletas para el futuro. Se trata del modelo Noomad, un sistema de dos ruedas delanteras y entre las que se puede transportar desde una maleta a la silla de un bebé. La idea surgió en 2006 y ha visto la luz tras seis años de espera y gracias al impulso y respaldo del Polo Garaia de Innovación. La Noomad es la única bicicleta que tiene homologado el transporte de carga. El eje de dos ruedas estable y seguro permite acoplarse a cualquier bicicleta, pude cargar con pesos de hasta 25 kg y dispone de un sistema de suspensión y frenado. Existen once modelos diferentes con otros tantos sillines pensado para la mujer. A Antonio se le ocurrió la idea para mejorar la movilidad y eso que llaman sostenibilidad “de la que todos hablan pero que nadie te dice cómo conseguirla”.
El proceso ha conllevado un coste de 500.000 euros y el eje delantero de dos ruedas se comercializa desde los 400 euros. Para su creación Antonio ha seguido la máxima de Steve Jobs, “no preguntes nunca al usuario y dale lo que crees que necesita”. “Diseñé el vehículo ideal pensado para mí como ciudadano, el innovador debe ser egoísta”. Recomienda también a los innovadores que pretenden comercializar una patente ser escrupulosos a la hora de revelar su idea pero sí ceder parte de la misma a alguien que la quiera desarrollar para poder sacar el producto adelante. “Registrarla implica un elevado coste durante 20 años y no la vendes puede arruinarte la vida”. Este creador ha dejado muchas en el camino por no poder mantenerlas.
Además apuesta por la externalización para fabricar los productos porque irse a los mercados asiáticos permite abaratar costes de fabricación y así generar un producto más barato a la venta en España que suponga un mayor beneficio y propicie más puestos de trabajo aquí.
Noomad Bike Presentation from noomadbike on Vimeo.
Zapatillas enlatadas y un juego de estrategia universal
La creatividad de Antonio no sólo se reduce al ámbito del transporte de dos ruedas, sus brillantes ideas han propiciado muchas otros productos a punto de salir al mercado. Es el caso de unos protectores para pies desechables a modo de zapatillas, realizados en látex, silicona o materiales similares y totalmente adaptables al pie. Fueron ideados para esas situaciones de cansancio tras largas caminatas o estancias prolongadas.
De momento se han fabricado cinco hormas diferentes de colores variados y el modelo se ha ido mejorando. La idea de Antonio es comercializarlas envasada en pequeñas latas disponibles en máquinas expendedoras y en lugares estratégicos como aeropuertos, hospitales, museos o incluso en piscinas. Sueñan incluso con que un personaje famoso se decida a ponerlas en una entrega de premios y conseguir así crear una tendencia.
Andoni Gartzia y Antonio Guerra han logrado también desarrollar un sencillo juego potenciado en el Polo Garaia de Innovación. Se trata de un juego de mesa de estrategia y de carácter universal. Un cuatro en raya en una pirámide cuyos pisos se pueden girar 360 grados. Lo vieron a la venta en una feria de juegos en Alemania. El molde se fabricaba en China y decidieron apostar por el proyecto. “Está destinado a cualquier persona del mundo e incluso lo usan escuelas de negocios para saber si sus alumnos apuestan o no por el riesgo”, asegura Antonio. Una idea sencilla y exportable que ambos han trasladado al mundo digital convirtiéndole en una aplicación para Iphone e Ipad. 70.00o euros de inversión y dos años de trabajo después hoy ya se cuenta entre los 50 juegos de estrategia más descargados en 15 países y en agosto tendrá su campeonato mundial. Vender ideas propias con visión global para un mundo sin fronteras. Esa es la clave de un tándem innovador que apuesta por la internacionalización como modelo desde España. Sus resultados los avalan y demuestran que es posible destacar con dos herramientas básicas: la creatividad y la amplitud de miras.
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