Por Patricia Hernández
A finales de la semana pasada podíamos escuchar en todos los medios, sobre todo en los musicales, que había muerto Terry Callier. El cantante, murió el pasado sábado 27 de octubre en el hospital en su Chicago natal tras pelear varios meses contra el cáncer.
He de confesar que supe de la existencia de Terry Callier gracias a la colaboración que hizo con Koop. Estábamos en el año 2001 y el dúo sueco lanzaba su primer álbum, Waltz for Koop que contenía en el séptimo corte del disco, In a heartbeat, en el que colaboraba Callier. Como todo melómano hace, no se queda uno en la superficie, y empecé a escuchar álbumes y colaboraciones hasta llegar a sus primeras grabaciones.
Estamos en Chicago, principios de los años 60 y un adolescente de apenas 17 años hace una audición para el mítico sello norteamericano de soul y R&B, Chess Records, donde graba su primer single Look at me now. Desde Chess Records le ofrecen que se una al tour americano en el que actuaría junto a Muddy Waters y Etta James, a lo que su madre le contesta que no va a ir, pues la escuela es más importante.
Tras la primera desilusión, un par de años más tarde empieza a cantar por algunas coffee houses de Chicago en las cuales el músico confesó haber pasado “la mejor época de su vida” Es entonces cuando llega la oportunidad de grabar su primer disco, de la mano de Prestige Records, y en 1968 e influenciado por el músico John Coltrane sale a la luz The New Folk Sound of Terry Callier, en el que utiliza dos bajos verticales -el baby bass-, y dos guitarras rítmicas para crear un sonido propio.
A lo largo de los años 70 publicó un total de cinco discos entre el que tengo que destacar What Color is Love? Con la canción que lleva el nombre como una de las más bonitas letras y melodías que se tienen que haber escrito. Pero es que, a esto tenemos que sumar la profunda voz de Callier y es que ni los críticos expertos han sabido nunca como clasificar bien su estilo musical, si bien, no está encasillado solamente en el género folk, tampoco lo hace en el jazz o en el blues.
Hubo una pausa en su carrera musical en los años 80, en los que se centró en su trabajo en la Universidad de Chicago mientras se hacía cargo de su hija, ya que, necesitaba de un sueldo fijo, y aun teniendo el reconocimiento de la crítica tampoco llegó a ser un artista súper ventas.
La suerte igualmente estaba a punto de dar un giro inesperado a su carrera y es a principios de los años 90, cuando Eddie Pillar, del sello Acid Jazz, se puso en contacto con él para relanzar su carrera, ya que había rescatado algunos discos que estaban teniendo muy buena aceptación entre un público más joven. Como el mismo Callier afirmaba en una entrevista en el 2004 “En los siguientes años venía a tocar a Londres durante las vacaciones de mi trabajo habitual” Empezó a hacer varias colaboraciones con artistas de diferentes estilos musicales.
En su nueva resurrección volvió a hacer varios tours y lanzó varios discos. Cantó en el premiado disco de Beth Orton, Central Reservation (1999), colaboró con 4 Hero en «The Day of the Greys» (2001), con los ya nombrados Koop o en «Live With Me» (2006) de Massive Attack, los cuales también fueron los encargados de producir su último disco de estudio Hidden Conversations en el 2009. Varios recopilatorios forman parte de su discografía, pero cabe destacar Total Recall (2003) disco editado por Mr Bongo, el sello que editó sus últimos discos, en el que se pueden encontrar remixes de Zero 7 o de Funky Lowlives. Una de mis preferidas, el remix de Darker Than a Shadow por Mitchell & Dewbury, sin quitar méritos a la versión original.
Teniendo ya un mayor reconocimiento, se mantuvo activo hasta el final de sus días. Dicen que la música es eterna, que nunca muere, y es cierto, pues que la voz y el alma de Terry Callier siga siendo fuente de inspiración, y así, nunca olvidaremos.
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