Viva Suecia! Y no estoy hablando de la banda murciana pero sí del espíritu que inspiró a la banda de indie rock a bautizar así a la suya, gritando a los cuatro vientos su amor por bandas suecas. Cualquier persona que asistió o se quedó con las ganas de ir al concierto del 31 de Mayo en la madrileña Joy Eslava organizado por el festival Sound Isidro bien sabe lo que digo. Y es que bandas suecas de culto como El Perro del Mar y The Radio Dept no son tan fáciles de ver sobre nuestros escenarios.
“La revolución no será televisada, no será una reposición, hermanos: la revolución será en vivo» así rezaba el poema-canción de Gil Scott-Heron de 1970 en The revolution will not be televised y al contrario de lo que cantaba Dylan en el 64, no parece que los tiempos estén cambiando o sí que lo hacen pero a peor. Las aguas turbulentas que bambolean el mundo actual con el auge de la extrema derecha en Estados Unidos y en algunos países europeos como Alemania, Austria o su propio país Suecia, han conducido a Johan Duncanson y Martin Larsson de The Radio Dept. a dar un paso al frente con su último álbum Running Out of Love (Labrador, 2016) y posicionarse contra todo aquello que huele a podrido en la actualidad.
Ese mismo impulso, el de sentir la necesidad de reaccionar ante la realidad actual y expresar su desconcierto es la que ha sentido su compatriota Sarah Assbring más conocida como El Perro del Mar que ha explorado en su último trabajo, Kokoro (The Control Group, 2016), nuevas formas de derribar los muros que invaden nuestras fronteras.
La jornada del Sound Isidro arrancó con muchas calvas en la pista de la madrileña sala Joy Eslava que se iban poblando a medida que las bandas hacían su entrada en escena. La noche arrancó temprana con Fira Fem, tanto que no llegamos a tiempo.
Con la sala aún a medio gas en lo que a densidad de público se refiere pero muy delicadamente decorada con ramilletes de flores arropando cada uno de los micrófonos y soportes varios que formaban parte del atrezzo instrumental de El Perro del Mar ocupan sus posiciones los músicos que la acompañan que iban vestidos completamente de blanco. Inmediatamente después sale a escena Sarah Assbring con el pelo muy corto a lo Juana de Arco y también de blanco nuclear, vistiendo una especie de kimono que anuda a la espalda, de pata muy ancha y completamente blanco que rompe con un pañuelo rojo que le cae de la cintura a los pies y un paño a cuadros blanco y azul que lleva anudado en el codo. La vestimenta anuncia la Ceremonia que estamos a punto de presenciar.
El repertorio que van desgranando se centra prácticamente por completo en el último trabajo de la banda, Kokoro, salvo el tema Change of Heart perteneciente a su tercer álbum de estudio Love Is Not Pop del 2009. Palabra que en japonés significa corazón como la respuesta que Sarah ofrece a los tiempos que corren, más corazón para un mundo sin fronteras. Con su forma de bailar pareciera que estuviésemos asistiendo a un teatro de máscaras, sus movimientos mecen las canciones que se van sucediendo como un todo, desde Endless Ways con la que abren el disco y su repertorio de la noche hasta Nougat Mind con la que se despiden. Su música nos traslada al lejano Oriente, nos subimos en su alfombra mágica y nos dejamos embriagar por el perfume que emana su sonido influenciado por el folclore de la India, de China y Japón. Cuando el viaje termina no sabemos si aplaudir o decir Amén.
Aún queda el plato fuerte de la noche y es que El Perro del Mar ha dejado el pabellón bien alto y mientras volvemos a hacer pie se va limpiando el escenario eliminando la huella de Sarah arrancando las flores mientras el patio se va poblando de fans llenando los huecos libres.
Bajo una luz mínima, pareciera un negativo coloreado hacen su salida The Radio Dept. La iluminación se mantiene con esa textura durante todo el concierto, luz ténue y puesta en escena muy sobria, la mirada de Johan Duncanson apunta al suelo y rara vez conecta con el público. Ellos son más bien pa’ dentro como todo lo que te hace sentir su música, tremendamente introspectiva y con un sonido impecable.
En el setlist que nos prepararon cobran un especial protagonismo temas de su último trabajo, Running Out of Love, donde mantienen sus señas de identidad shoegazing y pop electrónico pero continúan creciendo incluyendo nuevas influencias como el house o el pop africano. Pocas bandas habrá que puedan presumir de la impecable carrera que llevan los chicos de Lund que han vuelto a dar en la diana con este nuevo trabajo contando con el beneplácito de crítica y público.
Con Sloboda Narodu, Committed To The Cause y We Got Game entramos en materia y vamos testando el nuevo álbum en directo que suena efervescente, va entrando y explotando suavemente dentro de cada quien.
Damos un salto 15 años atrás para recuperar alguno de los single que fueron construyendo la impecable reputación de la banda, David, New Improved Hypocrisy y en especial Never Follow Suit hacen las delicias de sus más fieles seguidores sostenidas por la melancólica voz de Johan.
Su repertorio se mueve entre canciones más críticas como Death To Fascism o Swedish Guns contra la industria armamentística de su país hasta canciones más bailables, Teach Me To Forget, que recuerdan a los mejores New Order. La parquedad en palabras durante todo el repertorio contrasta con la intensidad de sus canciones. Lo que tienen que decir, lo dicen a través de la música.