Apenas se habían apagado las luces tras las última escena de TO`ROTO, y una clamorosa ovación con todos los espectadores en pie, se apropió del Teatro Távora. Y tengo la intuición de que esta fue una de esas noches, que han favorecido que el ambiente de este teatro sevillano sea tan especial para sus espectadores, como para los profesionales que han representado sus trabajos allí.
Les reconozco que cuando leí la sinopsis, pensaba que era posible que diese con una pieza hecha por un grupo de militantes por los derechos civiles de Chile, que precisaban reivindicar sus demandas a través de un medio no violento, como lo son las artes escénicas. Por tanto, asumí el riesgo de haberme encontrado con una suerte “panfleto político”, carente de un discurso lo suficientemente desarrollado, como para tratar a sus interlocutores como menores de edad. Pero, afortunadamente, TO`ROTO se supo desmarcar de esa línea de trabajo con mucha elegancia. No con esto quiero decir, que esta pieza no tenga una vocación de visibilizar las consecuencias de cómo han sido deshumanizadas las personas más olvidadas de este país latinoamericano; sino en realidad, la cuestión está en que los integrantes de La Huacha Circo-Teatro, apostaron por mostrarnos el lado más entrañable y tierno de los dos personajes principales de esta pieza, sin que ello nos prive, a nosotros los espectadores, de conocer cuáles eran varias de las razones del por qué vivían en tan precarias condiciones.
Me refiero a dos personas sin hogar que su país les había depositado al campo de lo abyecto, de lo que no tiene lugar en el espacio público (con todo lo que ello supone). Aquí no es cuestión de victimizarlos ni tratarlos con condescendencia, sino como seres humanos que a pesar de todas las vejaciones que han tenido que sortear, sus cabezas siguen lúcidas; aún son capaces de amar; de soñar por un futuro en el que vivan con dignidad; y demás cosas que nos dejaban en claro que a pesar de que habitaban en un entorno tan hostil que buscaba que desapareciesen (sea dejándolos morir, o bien expulsándolos de cualquier rincón en el que se puedan esconder de una sociedad, que los ha convertido en parte del “eco-sistema” de una gran metrópoli), ellos se las ingeniaban para sobrevivir con los suyos.
He allí que haya sido tan trágico el asesinato del adorable amigo del protagonista de esta pieza, en manos de un sádico funcionario que no perdía la oportunidad de maltratar y erradicar todo aquello que su “programación”, percibía como indeseable para “la construcción de un Chile que mereciese estar orgullosos”. Lo anterior responde, a que dicho funcionario actúo como una herramienta al servicio de homogeneizar y disciplinar a todos los ciudadanos de Chile. Eso sí, bajo la premisa de que la disciplina en el comportamiento de éstos, ha de estar a la par de la reducción al mínimo de cualquier tipo de medida que persiga compensar las enormes desigualdades entre las personas de arriba y las de abajo, que se ha perpetuado a lo largo de los años de la historia de este país. De tal modo, que se vive en un “sálvese quien pueda”, y el que quien no consiga salir airoso de estar sobre este terreno, en esta persona recaerá toda la responsabilidad. Lo más inquietante de todo esto, es que TO`ROTO no se enmarcó en un espacio temporal concreto, sino que su narración podría haber pasado hace décadas durante la dictadura de Augusto Pinochet; en la, digamos, más que mejorable transición a la democracia en Chile; durante los meses del Estallido Social que se desencadenó en octubre de 2019, bajo las dinámicas cuanto menos controvertidas, del presidente de gobierno de aquél momento, Sebastián Piñera…
Quizás más de uno que esté leyendo este texto, y que no haya visto este estreno de esta compañía chilena residente en Sevilla, se pregunte el cómo fueron incorporando estos profesionales parte de sus recursos en el campo del circo o de la interpretación escénica, en el desarrollo de TO`ROTO. Pues, el caso fue que los que integran a La Huacha Circo-Teatro llevaron a cabo un ejercicio que roza lo pedagógico (sobre todo a las personas que nos estamos muy familiarizados con el mundo del circo), en el sentido de que todo el virtuosismo en la ejecución de sus acciones y la “fantasía” (por llamarlo de alguna manera) de las que supieron valer, no hicieron más que ilustrarnos la gran carga alegórica que residía en cada uno de los elementos de esta pieza. Esto es: Tanto el personaje del funcionario como el del hombre sin hogar, fueron estilizados con ciertas claves clown (en cómo se desenvolvían en el espacio corporalmente, incluso en la forma de reaccionar a los estímulos a los que se fueron enfrentando); asimismo, las interacciones entre los dos personajes protagonistas, nos fueron presentadas bajo una concatenación de imágenes oníricas, que consiguieron compatibilizar el proceso de conocerse y hacerse buenos amigos, con conducirnos a nosotros los espectadores, a un contexto tan extra cotidiano, que cualquier recurso que estuviese bien estudiado tendría cabida en TO`ROTO.
Por tanto, cabe afirmar que TO`ROTO es un trabajo hecho con inteligencia y muchísimo mimo. Se notaba que en estos profesionales hay un sentido de lo propio en el interior de sus corazones, con respecto a este proyecto. Siendo que defendieron este trabajo con un cariño y una convicción que conmovía y la vez les dotaba de magnetismo, a lo que fuere que hiciesen sobre el escenario. Bastaba asomarse de vez en cuando, al espacio que tenía reservado el músico encargado del ambiente sonoro de TO`ROTO, o qué decir del baile del pañuelo, que uno no sólo deseaba que dicha escena durase unos diez minutos más; sino que además, apetecía aprender a bailarlo. Ambas cosas son un par de ejemplos, que me hicieron sentir que los integrantes de La Huacha Circo-Teatro nos hubiesen invitado, a nosotros los espectadores, a ver un ensayo general en su espacio de entrenamiento desde la confianza que se le concede a un buen amigo.
Aún podría comentar muchas cosas más, porque es una pieza que está compuesto de numerosas capas. Capas que nos brindan un acceso directo a diversos puntos de vista, desde cuales uno podría sacar conclusiones que aunque en un principio difieran en temáticas, ello no significa que uno nos las pueda articular, tras haber descifrado a la Totalidad que hace de TO`ROTO un buen trabajo, que merece ser programado en diferentes escenarios de España y Latinoamérica. No obstante, no quiero dejar de animar a los que integran a La Huacha Circo-Teatro, a que sigan profundizando en esta pieza, que vuelvan a estudiar con detenimiento cada escena… con la idea de que TO`ROTO alcance llegar mucho más lejos de lo que ha conseguido en su exitoso estreno. Tengo la intuición que ni ellos mismos han caído en la cuenta, de las maravillosas cosas que están por hacer como compañía de artes escénicas.
Maravillosa obra que me emocionó hasta las lágrimas, reflejo critico sobre nuestra realidad chilena! Expresión artistica muy diversa que integró circo, baile y canto! Felicidades!!