Seleccionar página

El CICUS (Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla) está acogiendo una nueva edición del ciclo Ahora Danza!  En la primera jornada, se representó Carretería (pieza interpretada por Jesús Benzal y Javier de la Asunción, que dicho sea de paso, está incluida en el Circuito de la Red Acieloabierto del 2023) y Todas las Despedidas (interpretada por Javier de la Asunción y Elena Castellanos) de Jesús Benzal; asimismo, se estrenó Un Dúo a cargo de Laura Morales y Álvaro Copado.

 

Foto: Rafa Núñez Ollero

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

Carretería y Todas las despedidas de Cía. Jesús Benzal (Sevilla/ Madrid).

 

Si se programa el mismo día estas dos piezas de este profesional andaluz y, encima las mismas abordan temáticas tan cercanas con un lenguaje similar, pues, me resulta inevitable hacer una crítica de estas creaciones en conjunto. Siendo que se complementan mutuamente, en la medida de que la una ayuda a comprender con mayor profundidad a la otra.

Tanto en Carretería como en Todas las despedidas se despliega un amplio repertorio de movimientos que, de modo u otro harían una suerte de equiparación de conversaciones, gestos y demás cosas por estilo a través de la danza dirigida por Jesús Benzal. Ahora bien, no con ello quiero dar a entender que cada acción de los intérpretes precisa ser traducida de forma “semántica”, ya que no me extrañaría que, hasta las personas involucradas en esta pieza no sabrían ponerles palabras. En este caso, les animo a descartar que detrás de todo esto opera la aparente paradoja que acabo de citar, en tanto cuanto que la danza es una expresión lo suficientemente independiente y compleja, para que se le supedite a una narrativa en donde predomine un discurso proveniente de un estudio de las ciencias humanas o la propia filosofía. Lo cual no es incompatible, con que el marco conceptual que se haya diseñado para que sostenga a todos los ámbitos de una misma creación, nos ayude a mantener un pie en la tierra, pensando, entre otras cosas, en que se dé lugar al diálogo entre el intérprete/creador y los espectadores. De lo contrario, dicha creación no sería más que una concatenación de acciones que se han ido desarraigando de su origen, convirtiéndola en un monólogo en el que terminaría siendo irrelevante emitirlo o no ante una audiencia.

Carretería y Todas las despedidas nos exponen al menos dos modos de cómo dos seres humanos con un fuerte vínculo interactúan entre sí. Y aunque parezca trivial, el que Carretería haya sido interpretada por dos personas que serían leídas como dos “chicos”, asimismo, que Todas las despedidas haya sido interpretada por una persona que sería leída por una “chica” y la otra por “chico”, nos induce a sacar conclusiones diferentes de ambas, partiendo las mismas, básicamente, del mismo lugar. Lo anterior, responde a que nuestra cultura occidental nos ha inculcado un imaginario compartido, en el que la amistad, la relación entre hermanos, etc.…, están muy diferenciadas de los intercambios afectivo-sexuales. Es decir: si los personajes son “chico” y “chica” se presume que su condición de “heterosexuales” tiene preponderancia, a menos de que la dramaturgia de la pieza se “esfuerce” en esclarecer de que la cosa va no por ahí. Y claro, si estamos en una obra en el que hay “dos chicos”, lo más común es que el tipo de relación entre los personajes no sea de pareja, a menos de que la dramaturgia de la pieza, se “esfuerce” en aclararnos que hemos de prestar especial atención a las “sutilezas” que dieron inicio a una relación entre dos personas homosexuales.

Foto: Rafa Núñez Ollero

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

Piénsese que ambas obras, bajo todas las circunstancias, fueron montadas y representadas en el contexto de una sociedad cisheteropatraiarcal. Por tanto, si estas dos piezas nos muestran modos de estar en el mundo del ser humano en medio de sus interacciones intersubjetivas, considero que Jesús Benzal acertó en que el “drama” de las misma haya estado en los cuerpos de los intérpretes. Haciendo de todos sus personajes seres universales, sin caer en tópicos o reproducciones que han sido vulgarizadas hasta la saciedad en nuestra cultura compartida.

Así, Jesús Benzal canalizó su necesidad de enfrentarse a estos temas con honradez e inteligencia, ya que en ningún momento pretendió “contarnos algo nuevo” sobre los mismos, sino que se limitó a representar a su lectura personal. Compartiéndola con quienes conectarían casi de inmediato, siendo que todos, en tanto seres humanos, hemos lidiado con los modelos de relación que nos desarrolló en Carretería y en Todas las despedidas: ¡De esto se trata hacer una abstracción sobre un tema universal!

Para dicha empresa, Jesús Benzal jugó a lo largo de la representación de estas dos piezas con lo impredecible y lo reconocible. Propiciando a que cada espectador tuviera la opción de escoger el cómo encarar a las mismas, casi como si hubiese ofrecido un poema o un ensayo que contengan, exactamente, los mismos contenidos. De tal forma, que quien se haya decantado por lo emocional y la mímesis, ha quedado tocado hasta el paso de unas cuantas horas; como también, quien haya querido encontrar “un libro de antropología” (por decir ejemplo) en estos dos trabajos, se habrá quedado saciado intelectualmente. De verdad, Jesús Benzal me ha dejando encantado y con ganas de ver más trabajos suyos.

Foto: Rafa Núñez Ollero

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

Un Dúo de Cía. Laura Morales (Sevilla). Estreno.

 

Sin lugar a dudas, este trabajo es un homenaje a todos los dúos que han hecho que practicar y ver danza sea algo que pasa de lo divertido, a lo emocionante, e incluso a lo bizarro. Lo cual dio margen a estos dos profesionales andaluces, para encontrar un “pretexto” para representar todas sus fantasías en torno a hacer un dúo. Por tanto, sus alusiones a películas memorables como Dirty Dancing o diversos géneros de bailes, sólo fueron el marco que les impulsó a exhibirnos un auténtico delirio que era tan tierno como travieso.

De inmediato, Laura Morales y Álvaro Copado supieron captar nuestra atención: la pieza empezó muy arriba… Lo que pasa es que tengo serias dudas  de si el despliegue de todo lo que han recogido a lo largo de sus trayectorias profesionales en todo aquello que han hecho en dúo (como bien se nos advierte en la sinopsis), ha hecho de este trabajo algo redundante. por ello quizás le vendría bien un repaso de todo el material obtenido, para concretizar una “selección final” que les condujese a dotar de mayor profundidad a la dramatúrgica de Un Dúo; o por el contrario, yo no conecté con esta pieza. Dicho esto, no voy a negar que quizás esta pieza la hubiese dirigido de otra forma, más no he de menospreciar el trabajo de profesionales que merecen mi respeto y apoyo.

Empezando porque mi labor como crítico de artes escénicas, entre otras cosas, implica asumir la responsabilidad de que mis palabras podrían influir en que un trabajo sea más o menos estimado por los programadores y sus espectadores; o por qué no decirlo, podría afectar a que los profesionales en juego, retoquen una serie de aspectos de su pieza en vez de otros. Por ello, creo que se ha de saber diferenciar entre lo que a uno le resulta menos afín, con aquello que uno haría de otro modo. He allí que Un Dúo me parece uno de esos trabajos que hacen madurar a nuestras miradas, e incluso a ser más sinceros con nosotros mismos.

 

 

 

 

 

Comparte este contenido