Las piezas de Teatro Foro parten de un caso particular (o en su defecto, de algo proveniente de un ponerse en diálogo con la realidad que nos rodea, en relación a un tema en concreto) con la idea de hacer preguntas a, nosotros los espectadores/espect-actores, sobre las estructuras que hacen parecer “normal” aquello que nos despierta preocupación.
Y por supuesto, este es el caso de Tripas de Salamandra Cía. Teatro Social, dado que los personajes de Gloria y Pablo son tan verosímiles en el cómo interactúan entre sí, que uno puede reconocer con relativa facilidad las cosas de las cuales hemos oído tanto hablar y hemos vivido en carne propia, para así darnos un tiempo para dar con el modo de reconducirlas. De todas formas, cuando uno de los espectadores/espect- actores han intentado reproducir sobre el escenario una propuesta que se ha planteado en el foro, pues, se ejemplifica el por qué en ocasiones resulta inabordable cambiar las dinámicas a las que todos estamos acostumbrados a llevar a cabo, o hemos sido testigos desde el rol de una “tercera persona” (por así decirlo).
Aún con todo, no es cuestión de desmovilizar a nadie a transformar el entorno que le rodea, ni el dejar de reconocer que muchas de las dinámicas que se han hecho hegemónicas, siguen siendo contingentes. O dicho de otra manera: Una pieza de Teatro Foro, entre otras cosas, tiene el cometido de darnos a entender que el poder que opera en cada situación concreta de nuestras vidas, es susceptible de ser trasladado a un lugar en el que todas las personas involucradas se aúnan para que su supervivencia y el desarrollos de sus respectivos proyectos vitales, no supongan que en el proceso se pase por encima de nadie. De tal forma, que el poder resida en la capacidad de los involucrados en la resolución de conflictos sin que se ejerza ningún tipo de violencia. Mientras se es consciente que de una eventual confrontación con un otro o unos otros, es una oportunidad de transformación del contexto en el que se está emplazado, dirigiéndose uno con los que nos relacionamos, hacia un nuevo escenario en el que las lógicas de inicio se vean reconfiguradas.
No con ello quiero decir que esa “nueva coyuntura” vaya a estar libre de violencias o de cosas que se han de reajustar (una vez que se expongan sus correspondientes consecuencias), pero al menos se ha pasado por una nueva experiencia en el que se ha ejercitado con el uso de herramientas que están diseñadas para garantizar una convivencia más equilibrada entre los seres humanos en juego. Seamos francos, los que vivimos en los llamados “países occidentales” estamos más o menos familiarizados con los valores que han inspirado a los Derechos Humanos; no obstante, es una realidad palpable que su aplicación ha sido desigual e incluso contradictoria, entre todas las personas que habitamos este planeta. Es más, son conocidas las bases de las teorías que sustentaría una vida digna de cada ser humano, pero a la hora de generalizarlo, parece que hay quien al final, digamos, no se cuestiona qué lugar está ocupando en el mundo.
Precisamente ese el caso del personaje que interpreta Paco Caro, pues, Pablo es un individuo que lejos de haber vivido una vida cómoda, si que se ha beneficiado de que el personaje de Gloria (el cual es interpretado por Patricia Turjillo) se le haya inculcado que, pase lo que pase, las cuestiones del hogar y de los cuidados de la hija que tienen en común, han de ser atendidas casi que a cualquier precio. Si bien es cierto, que Gloria no se muestra resignada a que las cosas que suceden entre ellos en tanto pareja y padres se perpetuarán en el tiempo. Es un hecho, que la fórmula de la que se ha valido Gloria hasta ahora, no le ha asegurado tener una relación con Pablo en el que prime una comunicación fluida, un reparto equilibrado de tareas, la responsabilidad afectiva con el otro y con uno mismo, etc…
A quien señale a Tripas como un trabajo que cae en tópicos propios de las reivindicaciones de inspiración feminista, le diría que los que integran a esta compañía andaluza, ha sabido plasmar de un modo inteligente, frontal y elegante; una serie de problemáticas que muchísimas mujeres encarnan en su día a día, hasta el punto de que se ven abocadas a invertir en salud y el protagonizar opresiones de las cuales se habrán negado a protagonizar. Eso sí, Patricia Trujillo y Paco Caro evitaron que el personaje de Gloria quede como una víctima tanto en la obra como en el foro, porque dicho personaje lucha sin descanso y lleve consigo una cuantiosa cantidad de derrotas. Esto es: Tómese en cuenta que Gloria sabe de que desde que conoció a Pablo ella debió marcar límites de un modo más firme, de tal modo que los “chantajes” y menosprecios (voluntarios o involuntarios) de Pablo no se den lugar entre ellos. Sin embargo, Pablo se comporta como si ello no fuera para tanto, como si fuesen cosas que pasaron una o dos veces, como si él no fuera el único en este mundo que comete errores…
Pero ¿Habrá alguien que se atreva a “culpar” a Gloria de esta viciada situación, lo cual por otra parte, seguiría legitimando este tipo de dinámicas en su vida y en el de otras tantas mujeres? ¿Acaso, en el fondo, estamos diciendo que Pablo no da de su parte en otros ámbitos, aunque no sea “tan evidente”, como lo que da de sí Gloria para que todo siga en funcionamiento? Creo que lo más edificante es poner el foco en no tanto en que ambos hagan exactamente lo mismo en respuesta a sus responsabilidades individuales y compartidas; sino más bien, en empezar a poner en el centro que con coordinación, voluntad y algo creatividad, se puede perseguir como objetivo el cuidado del otro y el de uno mismo, en consecuencia. Y a continuación, tocaría dar con las estrategias para que estos principios no se desvirtúen en su práctica. Aún así, esto sólo sería un punto de partida en el que tocará seguir explorando hasta el último de nuestros días.
Lo digo más que nada porque considero que la complejidad de este temas, entre otras cosas, se afinca en tanto y cuanto se desvela de una manera diferente en cada caso, por ello no hemos de actuar con superioridad moral, ni de cualquier otro tipo. Aunque no se ha de negar, que los patrones que se repiten los lleguemos a identificar, y ello nos es útil para intentar prevenir y revertir situaciones de lo más indeseables e innecesarias (he allí el gran valor que poseen metodologías como lo es el Teatro Foro). En paralelo, me pregunto si de verdad hay quien tras ver Tripas, piensa que el desesperante comportamiento del personaje de Pablo, se debe a que él es mayor de los egoístas y machistas de este mundo; o quizás, esto sólo podría pasar en el interior de las relaciones cisheteronormativas… Desde luego que nos desenvolvemos en un marco que urge refundar, como también, que las “fisuras” que hemos dado dentro del sistema cisheteropatriarcal serán de lo más esperanzadoras para ponernos a trabajar, pero aquí estamos operando con variables que se manifiestan de manera irregular, al tratarse de cuestiones que involucran a la condición humana (con todo lo que ello supone).