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El próximo 27 de enero se representará en el Teatro Lope de Vega (Sevilla), Malditas Plumas, de la mano de Sol Picó. Antes que nada les dejo con esta presentación de esta profesional valenciana:

 

A los seis años inicio mi pasión por la danza en mi querida Alcoy. Obtengo el diploma en danza clásica y española paralelamente. Pero pronto descubro el mundo de la danza contemporánea en el cual profundizo e investigo. Entre Barcelona, París y Nueva York, ciudades clave en mi aprendizaje profesional, pero sobre todo personal. A través de la investigación y la mezcla de diferentes géneros y elementos, como el clásico y el flamenco, he desarrollado un flamenco con puntas que, sin pretenderlo, se ha convertido en mi sello personal que algunos llaman “un lenguaje propio”.

Encuentro la inspiración para crear en la vida diaria, todo me causa curiosidad y es posible punto de partida para una primera improvisación: temas como el género, la inmigración, el fracaso, el poder o experiencias humanas como el miedo, el amor y el desamor.

A lo largo de mi carrera he creado más de 30 espectáculos, donde se combina el teatro de sala con grandes producciones de calle. En las que incluyo elementos tan urbanos como las excavadoras, fáciles de encontrar en cualquier lugar y que me han permitido recorrer el mundo. Con mi gran equipo de profesionales técnicos y de bailarines he viajado por más de 40 países. Lo que me ha aportado grandes momentos de felicidad artística y personal. La faceta creativa se nutre también de la pedagógica. Los talleres impartidos en lugares como la Universidad Carlos III, la Academia Nacional de Danza de Roma así como Conservatorios Superiores de Danza me han ofrecido importantes experiencias como docente.

Un goteo de premios des de 2002, con 10 premios MAX de las Artes escénicas, premios del público y el premio Nacional de danza de la Generalitat de Catalunya y del Ministerio de Cultura, han significado un gran reconocimiento a mi trabajo y mi dedicación a esta profesión.

Un lujo de vida.

Sol Picó

El que venga esta profesional a actuar al Teatro Lope de Vega supone  una aproximación a todo aquello de lo que hemos oído hablar. Es decir: sea porque se ha estrenado hace un tiempo en otra localidad de la geografía española, o bien porque, simplemente, hay quienes no hemos visto hasta un espectáculo de Sol Picó. Es curioso lo difícil que es “estar al día” en artes escénicas, siendo que esto no es como música que de un modo u otro, tenemos plataformas digitales como Spotify o You Tube, en donde en cuestión de horas, los artistas más consagrados alcanzan miles, centenares de miles de visitas en sus publicaciones…

 

Supongo que lo anterior, nos permite (entre otras cosas) justificar la permanencia de disciplinas como la crítica de artes escénicas, pues, las mismas precisan de mayores esfuerzos para que dejen de ser un “rumor” para la mayoría de la gente. He allí la importante labor de promoción y de pedagogía que se ha de hacer, desde la crítica de artes escénicas (al menos desde mi modo de entenderla). Piénsese que una Premio Nacional de Danza como lo es Sol Picó, hay quien dentro del propio sector (en especial en el caso de los más jóvenes) no la conoce, y mucho menos, ha visto uno de sus trabajos. Llegados a este punto, no sé si el comprometerme a asistir será suficiente, para si quiera acercarme a entender esta compleja realidad. Por lo pronto, les doy paso a un adelanto de Malditas Plumas:

¿Pueden existir dos universos artísticos más antagónicos que la danza contemporánea y el cabaret del Paral·lel? La respuesta es Malditas plumas, un espectáculo que derrumba este prejuicio a cargo de una coreógrafa y bailarina, Sol Picó, acostumbrada a ser libre y recorrer en sus montajes territorios estéticos insospechados.

En esta pieza, que da la mano al teatro y a las variedades a las que homenajea, Picó da vida a una vedette. Hay danza, comunión con el público, humor, homenaje y devoción. Una mirada tierna a un microcosmos, el del Paral·lel de los años 20, en el que la frivolidad y la crítica social compartían escenario y no era raro encontrar una audiencia variada en la que el obrero se codeaba con el burgués. Afincada en Barcelona desde que fundó su compañía en 1994, la alcoyana es hoy una de las personalidades escénicas imprescindibles para definir y entender la danza contemporánea en España gracias a una carrera con más de una quincena de premiados espectáculos como Bésame el cactusLa dona manca o Barbisuperestar y Paella mixta.

Yo quería ser vedette para cantar las cuarenta al mundo, para explicar lo que se siente cuando ya no puedes sentir por el miedo que te paraliza. Miedo a todo, a bailar cada día peor, a cantar, no tiene voz, a llorar, le dirán débil, miedo a la frustración (sueños que no ocurren)…aunque yo insisto, porque no soy fácil de tumbar”

Sol Picó

 

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