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Por Bárbara Bécares

El barrio antiguo de Hanói es una gran mezcla entre el caos de una ciudad y las costumbres tradicionales de una población rural. No pierdas la oportunidad de recorrer todas sus calles. Sin embargo, por las noches pasa de ser Vietnam a ser un improvisado ‘desfase de guiris’

| Salir de fiesta nocturna por Hanói

Ya dice un dicho popular que ‘donde fueres haz lo que vieres’. Es un dicho muy práctico cuando te vas de viaje. Si intentas obtener, en algún país que visitas, algo propio de tu cultura, pero no de la de ellos, probablemente el resultado no será del todo satisfactorio. Por ejemplo, pide un chorizo con huevos más allá de los Pirineos y a ver qué obtienes. Pero bueno, centrándonos en el tema: los vietnamitas no son gente de discoteca y, la verdad, ni de fiesta en general. La mayoría de la población local nunca jamás ha estado en un bar con música alta y luces apagadas. Salir de fiesta por el casco antiguo de Hanoi, lugar donde se concentran los turistas de la ciudad, supone darse un paseo entre estadounidenses, australianos y británicos desfasando, con las chicas medio desnudas, como si estuvieran en Ibiza y no en Vietnam. A partir de las doce, hora del toque de queda, todo consiste en dar vueltas hasta que algún bar sortee a la policía y abra. Eso te dará unos minutos de tregua para bailar, hasta que otro policía se entere de la movida, venga a cerrar el bar y la búsqueda comienza de nuevo.

Si lo que te gusta es conocer las culturas locales de los lugares que visitas, la fiesta del casco antiguo de Hanoi no tiene nada que ver. Opta por tomarte unas Bia Hoi a partir de las siete de la tarde en bares del mismo casco antiguo (la Bia Hoi vale unos 18 céntimos de euros) y hazte amigos que te inviten a alguna cena en su casa. En las casas se juntan los amigos de la familia, beben vino de arroz, y ríen y comen juntos y cantan alguna canción tradicional en la sobremesa.

Parque Buda. Algo que merece la pena visitar si tienes que pasar un día en Vientián

Yo ya había oído que en Vientián no había nada, pero a causa de un engaño de la persona que me vendió el billete de autobús, dí a parar a la capital de Laos. No tiene nada de malo. Es bonita, limpia, tranquila…. Pero no te da ninguna impresión de estar en Laos. Es como una ciudad muy nueva, recientemente creada y a gusto del turista. Paseando por Vientián habrá ocasiones en las que no sepas si estás en Asia o en Europa. Lo que tiene es que, con la pobre infraestructura del país, todas las carreteras un poco (sólo un poco) decentes, pasan por Vientián, pero si tienes pocos días, no pierdas mucho tiempo por aquí.

Cerca de Vientián está el Parque Buda. Las excursiones organizadas cuestan entre 20 y 40 dólares. Teniendo en cuenta que Laos es un país muy seguro, ¿por qué no pasas por la estación de autobuses y vas por tu cuenta al parque? El transporte y la entrada serán unos 2 o 3 dólares.

| Koh Samui

Tailandia tiene islas maravillosas que visitar con muchísimo encanto. Koh Samui es de las más populares pero no tiene nada de encanto. Un simple lugar muy turístico. Podría ser en Asia o podría ser un barrio de Benidorm. No tiene personalidad, ni mucho rastro de que donde estás es en Tailandia.

La mejor calle de Koh Samui, donde comer comida callejera típica de Tailandia. Aunque está lleno de turistas, al menos esta calle parece un poco más Tailandia que el resto de la isla.

| Autobuses de Tailandia dirigidos a turistas

Yo, que soy una experta en viajar ‘low cost’, os aseguro que, a la hora de tomar un autobús en Tailandia, mejor optáis por los estatales, más caros, que por los autobuses que ponen para turistas (en los que, de hecho, no se permite entrar a los tailandeses), que son muy muy baratos.

¿La razón? Muchas son las historias que se oyen a los visitantes sobre robos y estafas en dicho tipo de autobuses. Es decir, todo apunta a que el hecho de que ofrecen ese servicio tan barato es porque luego se llevarán los ingresos por otros medios menos legales. Conozco dos casos de personas a los que les robaron todo lo que llevaban encima, que no era poco (en casos así, acudid a la policía turística, no os lo creeréis pero funciona totalmente, porque las autoridades ‘Thai’ se esfuerzan en mantener una buena imagen del país). Hay historias de que a veces hasta duermen a los pasajeros con un gas para poder rebuscar entre sus bolsos. Supongo que no todas las compañías son iguales, pero más vale curarse de espantos. Los autobuses estatales son muy seguros y la atención inmejorable, por eso que os comentaba que en Tailandia, el gobierno realmente se esfuerza por dar buena imagen al visitante. También veréis que están llenos de personas locales (si algo es consumido por la gente local, es que es bueno).

| El autobús que te traslada de la frontera entre Tailandia y Camboya hasta Siem Reap

Hablando de autobuses, la mayor tortura es comunicar Bangkok con Siem Reap. Para ir de Bangkok a la frontera hay diversas opciones, entre ellas uno de los autobuses estatales mencionados que te darán un muy buen servicio. Pero tras cruzar la frontera, la cosa cambia. Camboya es un país muy muy muy muy pobre. Y en un país pobre, la gente tiene que buscarse la vida (aunque sorprende que, una vez en Siem Reap, es raro que alguien te pida dinero o intente estafar, teniendo en cuenta las condiciones en las que vive la población local). Parece ser que el PoiPot, la ciudad fronteriza, hay dos compañías organizadas para que de ninguna manera el visitante consiga pillar el autobús oficial. Harán que tomes uno de sus autobuses, un poco más caros que el oficial (es no es mucho, igual gastas 4 dólares de más), pero el problema es que van parando constantemente, para que consumas comida y bebida en restaurantes de amigos suyos, te hacen perder el tiempo y al llegar a tu destino te dejan, en realidad, a unos kilómetros de distancia y ya será por la noche porque se encargan ellos de parar durante mucho tiempo a lo largo del trayecto. Allí habrá muchos tuk tuk, también compinchados con todo el tema, esperándote para llevarte a tu alojamiento por otros cuantos dólares más. Dicen que a veces te llevan a otro hostal diferente, de sus amigos, para rematar el engaño.

Cruzando la frontera de Camboya a pie. Toda una experiencia. Probablemente los policías camboyanos se están echando una siesta con la cabeza apoyada en el mostrador donde tú tengas que sacarte el visado (en el que te estafarán unos cuantos dólares inevitablemente). No te asustes. Es que hace mucho calor.

A mi llegada a Siem Reap, viendo el panorama, opté por caminar fuera de este recinto y tras caminar unos minutos, tomar otro tuk tuk de los miles que están siempre a la espera de clientes en los bordes de la carretera. Así, al menos, sabía que no eran parte de la compañía que me estafaba.

La vuelta de Siem Reap a Bangkok es similar. Te dirán que se tardan unas 8 horas. No los creas. Lo normal es tardar casi el doble porque constantemente paran el autobús o furgón en restaurantes de amigos para que hagas gasto.

| Montar en elefante en Chiang Mai

Esto es bastante personal. Nunca he sido partidaria de usar animales salvajes para entretenimiento humano, pero muchos viajeros me dijeron que de las mejores cosas que habían hecho era montar en elefante en Chiang Mai (que normalmente viene acompañado de un trekking y otras actividades como rafting en un barco de bambú, por ejemplo). Por eso decidí a probarlo, pero fue peor de lo que me esperaba. El elefante en el que me tocó subirme se quejaba así que el domador se pasó todo el tiempo clavándole un palo con un pincho de hierro sobre la sien, donde tenía una herida. Mientras los elefantes esperan a que lleguen nuevos turistas a pasear, están atados con unas cadenas muy cortas que no les dan espacio a la movilidad. Unas semanas más tarde conocí a una chica que trabajaba en una granja de elefantes y me contó que realmente se hacían aberraciones y que había lugares, como en el que trabajaba ella, cuya función es ayudar a los elefantes a acomodarse a la vida salvaje y a no tener miedo del humano. Pero este tipo de lugares, donde también permiten a los visitantes interactuar con los elefantes, son mucho más caros.

| Pattaya

Si quieres ver a europeos (muy) mayores paseando con jovencitas asiáticas, vete a Pattaya. Si no te apetece ver tal espectáculo, evítalo. No tiene mucho que hacer la ciudad, más que este turismo sexual, que te encuentras en cada esquina de la ciudad.

Algunos de los cientos de bares de Pattaya donde los europeos entrados en años acuden a encontrar ‘acompañantes’ asiáticas.

| Sepilok

La isla de Borneo es famosa por sus orangutanes, esos primates que son casi humanos. Los orangutanes están peligro de extinción en Malasia, a causa de la actividad humana: deforestación, caza furtiva… Hay lugares en los que los profesionales trabajan alimentando a los animales, con el objetivo de que, poco a poco, puedan volver a ser independientes en una selva con, cada vez, menos árboles. El centro de Sepilok para mí fue una decepción. Es muy turístico y los orangutanes parecen más bien monos de circo, ya que los sitúan en plataformas con cuerdas que unen unas con otras y los visitantes los observan desde otra plataforma alejada, tras una barra. Además, como es turístico, la entrada es demasiado cara para lo que te ofrecen y es que, probablemente, como sucede con muchos lugares de Borneo, ha sido privatizado y está gestionado por una empresa y no por el estado.

Orangutanes del centro de Sepilok. Parece más un espectáculo de circo que otra cosa.

La decepción de Sepilok probablemente llegó porque anteriormente había visitado el centro de orangutanes en Kuching, también en Borneo pero en la provincia de Sarawak. Menos turístico, gestionado con fondos públicos y más auténtico. El visitantes puede pasear cerca de los oranguntanes, a cierta distancia eso sí y en silencio, pero hay más interacción y puedes hablar, en voz baja, con sus cuidadores, para que te cuenten la historia de los animales que te rodean, sus manías y hábitos…

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