El próximo 4 de febrero se estrenará en la Biblioteca de Montequinto (Dos Hermanas, provincia de Sevilla), Viajes Quiméricos, de la poetisa Margarita Regalado y el bailarín de danza contemporánea Luis Sosa.
Como persona dada a las narrativas independientes, siempre me gusta estar al tanto de lo que las esferas más underground van creando, ya sea reinventándose o uniéndose al concepto más clásico que las forja. De ahí que esté esperando con tantas ganas algo tan prometedor como es el nuevo (y monolítico) espectáculo que Luis Sosa y Margarita Regalado vienen a ofrecernos. Este se trata de la pieza “madre” y, en cierto sentido, también reimaginada y novedosa de Cuando das el salto (una pieza mucho más corta que ya apuntaba maneras como viaje visual y auditivo único. La cual se ha estado representando desde el mes pasado con el cometido de presentar el poemario homónimo de dicha pieza). Utilizando su sobriedad y sencillez en la puesta en escena (que nos simplismo) ambos pretenden ofrecernos un espectáculo lleno de sorpresa, algo que promete que será un abrazo aún más pasional entre el mundo de lo lírico y el baile, entre el terciopelo de las palabras y lo metafísico de la exploración del sonido (o su falta). Según palabras de sus propios autores:
Viajes quiméricos busca brindar cuerpo y rostro a la interpretación de la poesía recitada.
¡Y qué autores!, porque si su anterior creación juntos ya levantaba las expectativas, sin duda sus carreras individuales ya deberían de hacernos desear ver que tienen preparado. Luis, como bailarín con amplia formación danza contemporánea y clown, y Margarita, una filóloga dedicada y escritora que maneja con pasión y esmero desde la prosa a poesía, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que hablamos de dos jóvenes con mucha trayectoria a sus espaldas y aun más en su futuro.
Desde su primer espectáculo esta pareja de artistas trata de llevar un nivel más allá en cuanto a fusión de poesía y danza se refiere. Luis no trata de representar lo literal que surge de la boca de Margarita, igual que ella no pretende hablar desde el costumbrismo de temas manidos, sino crear desde la base algo completamente nuevo y reivindicativo.
Hay muchas maneras que se me ocurren de animaros a que vayáis a ver este espectáculo, sin embargo creo que la más adecuada, y el ideal para acabar estas palabras, es con lo que sus propios autores os pueden decir de ella:
Viajes quiméricos une la danza con la música, la poesía oral en varios idiomas y el silencio para explorar el fecundo campo de la representación en escena del sonido. Sin recurrir a sobresaltos ni golpes de efecto, Viajes quiméricos anima al público a la intimidad y la reflexión en un espectáculo en que las explicitaciones dependen de la subjetividad de cada asisten.