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Yo no voy a pasar de las instituciones públicas, es el deber de las instituciones públicas, apoyar este tipo de iniciativas. Yo creo que sería una enorme irresponsabilidad

Entrevista a María González, directora del festival de danza contemporánea de Sevilla, Mes de Danza, tras el comunicado, barbecho. Donde se nos informaba que el festival queda suspendido hasta nuevos aviso por los incumplimientos de los compromisos, por parte de las correspondientes administraciones públicas.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Es una mañana de primavera en Sevilla, fresca, con brisa, el olor del azahar nos envuelve; pero no nos llega a distraer para que nuestra predisposición para intercambiar reflexiones, puntos de vista, dado que había mucho de qué hablar, después del comunicado oficial del pasado 5 febrero, el del “barbecho”: en el cual la organización del festival de danza contemporánea de Sevilla, “Mes de Danza” (que lleva 26 ediciones ininterrumpidas programando danza contemporánea), nos anunciase que el festival no se desarrollaría en el año 2020.

Sus proyectos como “mi cole baila” y “bailar mi barrio”, forman parte de su carta de presentación, en la cual enmarcan los principios que les mueve: el sacarle partido a la danza como medio, de dinamización social y cultural a diversos ámbitos de nuestra sociedad, que por un motivo u otro, difícilmente les llegarían este tipo de disciplinas a los ámbitos en el que comúnmente se desenvuelven, complementando su formación, su forma de vivir la danza.

Iniciativas que pasan también, por lo que supone la programación de lo que ellos llaman, “espacios singulares”: donde se representan piezas de danza en espacios públicos, resignificándolos: invitándonos a los que residimos en Sevilla, a convirtirlos durante ese tiempo que duran las piezas en cuestión, en un lugar que vaya más allá de sitio de paso, para así podamos sentir a esta ciudad  algo más nuestra. Es que nos llevan de un lugar a otro, incluso nosotros los espectadores hemos podido conocer rincones insospechados; mientras en realidad esta organización, lo que está haciendo es escoger un lugar u otro,  adaptándose a las necesidades concretas de las piezas.

Lo anterior se ve bien equilibrado, con las piezas de danza que se programan en sala, respondiendo a la demanda de que hay piezas que por un motivo u otro, conviene hacerlas en la neutralidad que ofrece un escenario cerrado: sea por la intimidad que se promueve, la necesidad de uso de luces, etc…, no obstante, además nos recuerda que la danza tiene un valor, que merece y mucho, que se le pague una entrada, que los intérpretes también reciban este tipo de retribuciones que les ayuden a dedicarse a la danza para subsistir al menos dignamente, y seguir creciendo en su disciplina: yo siempre lo digo, en la vida se nos ocurriría pedirle a un nutricionista que haga una dieta personalizada para darse a conocer, porque le gusta mucho ejercer su vocación, o cualquier cosa por el estilo que se les dice, tan insultantemente a personas de algún sector de las artes escénicas, por más involuntario o inconsciente que se haga.

O qué decir del taller que se suele hacer en cada edición del “Mes de Danza”, impartido por uno de los profesionales que ha bailado en la edición en cuestión; dirigido a los estudiantes de 5º y 6º de la especialidad de danza contemporánea del conservatorio profesional de danza Antonio Ruiz Soler de Sevilla. Esta iniciativa contribuye a que dichos estudiantes tengan contacto con el trabajo, con las investigaciones de profesionales en activo, que reciban formación de profesores diferentes a los que les corresponde en ese curso durante una semana de forma intensiva. Hecho que supondrá una gran inversión en su formación, que se materializa gracias a la coordinación del “Mes de Danza” con responsables de dicho conservatorio. Y como se lo pueden imaginar, esta es una de las iniciativas que tiene otro de los grandes proyectos de este festival: “Danza y Educación”.

En fin, me quedan muchas más cosas por comentar, pero prefiero dar paso a los contenidos, que salieron a lo largo de la hora de entrevista, que tuve con María González:

Una ciudad (Sevilla), que la tenemos demasiado asociada a otro tipo de manifestaciones artísticas

Si, curiosamente cuando empezamos a programar en el “espacio singular” con Fernando Lima, había una reflexión que mira tú qué paradoja: en una ciudad, en una región en la que se vive mucho en la calle. En la que el espacio público es muy habitado, un espacio de encuentro; curiosamente, no se utiliza para ninguna forma de expresión contemporánea, al contrario de otras ciudades, en otros países. Donde el espacio público no es un espacio tan vivo.

En Francia, por ejemplo, hay muchos festivales de artes de calle; en otros países como Noruega, Suecia, el espacio público también es un espacio no sólo escénico; sino también de artes plásticas. Es muy habitual que en el espacio público, se haga una exposición de escultura o de intervenciones varias.

Y este fue el reto que nos planteamos con Fernando (Fernando Lima), donde el espacio público sea también un espacio, donde también se pueda visibilizar expresiones artísticas contemporáneas. Lo cual es una paradoja en un sitio como este que es un espacio vivo, no hayan expresiones contemporáneas, ello tiene su lógica: el arte contemporáneo reflejado en el espacio púbico, suele darse cuando el espacio público se ha muerto. Me refiero, en países como Noruega o Suecia, el espacio público naturalmente, es un espacio menos utilizado y se van a inventar “formas artificiales”, para reactivar y redinamizar el espacio público. Realmente, aquí en Andalucía, aquí en Sevilla, no lo necesitamos: el espacio público está vivo. Otra cosa es que yo como ciudadano, yo como artista, también me apetezca ver este espacio público utilizado y dinamizado, por formas contemporáneas de expresión artística.

En esa línea ¿Crees que con estas 26 ediciones del festival, éste se ha convertido en una tradición en Sevilla? 

Ojalá lo fuera, pero está visto que no. Porque he tenido que anunciar un “barbecho” (se refiere al comunicado oficial de suspensión del festival en el año 2020). Lo anuncio porque confío y espero, que esto realmente sea un barbecho y nos permita en el 2020, a todos revitalizarnos y buscar nuevas formas para seguir.

Las nuevas fórmulas las tienen que encontrar todas las instituciones.

Hubo una entrevista que fue publicada el pasado 21 de febrero, en el Diario de Sevilla, donde comentabas de que por tú parte, en el 2021, volverían a la actividad del festival ininterrumpidamente: en el caso de que hubiera un cambio de condiciones, básicamente por parte de las instituciones ¿Tienen algún tipo de propuesta? ¿Qué cosas consideran ustedes necesarias, para que volvamos al escenario anterior?

 Hay una condición sine qua non, que es un compromiso a medio largo plazo. Me refiero, el no tener que cada año desde hace 26 años reunirnos con “todo Dios”, para renovar las ayudas.

Yo considero que un proyecto de más de 26 años, que ha demostrado que es un proyecto necesario, es un proyecto bien gestionado: debería tener un compromiso a medio largo plazo por parte de las administraciones. Y por supuesto controlando que mi trabajo esté bien hecho.

Pero en fin, el no tener que volver año tras año, el reconducir las ayudas. Sino que las ayudas se puedan reconducir, en dos a dos años, lo que permitiría también, una planificación mayor y poder meternos en proyectos de mayor envergadura: tanto a nivel local, nacional, como internacional.

Sin embargo, han escogido en este año 2020, dejar al festival en suspensión ¿Por qué no en otro momento? ¿Ustedes se han enfrentado a muchos desafíos antes? ¿Qué fue los que hizo decir: ahora no más?

La deuda, es decir: yo tengo una deuda ahora mismo, que nunca ha sido tan grande. O sea, yo no me puedo permitir, seguir adelante sin antes haber saneado la tesorería interna.

Los problemas siguen siendo los mismos desde hace muchísimos años: hemos tirando para adelante toreando. Pero este año lo que ha pasado, es que ha habido un problema de gestión y de desfase, tanto por parte de la Junta de Andalucía, como por parte del Ayuntamiento de Sevilla.

Esta deuda de 125 000 euros, que ahora yo llevo arrastrando personalmente, es lo que hace que no pueda, aunque quisiera: seguir adelante como en ediciones anteriores. Simplemente, no me lo puedo permitir.

Tengo entendido, que el festival lo gestionan desde una entidad sin ánimo de lucro, “Trans-forma” ¿La condición jurídica de la misma, en la que se desenvuelve no le permite otro modelo de financiación, que el de solicitar ayudas a las administraciones públicas?

No es el modelo jurídico lo que limita, porque yo como asociación cultural  sin ánimo de lucro, puedo optar al mismo tipo de ayudas como festival. Otra cosa sería, el producir espectáculos, eso es otra cosa.

Digamos, que para organizar un evento cultural, yo puedo hacerlo perfectamente, desde una asociación sin ánimo de lucro. Puedo optar a ayudas de fundaciones, de instituciones públicas…, la limitación no está en el carácter jurídico de “trans-forma”. Está en lo que tenemos entre manos, es danza contemporánea ¿A dónde voy buscando patrocinadores privados, para danza contemporánea?

Por otro lado, yo no voy a pasar de las instituciones públicas, es el deber de las instituciones públicas apoyar este tipo de iniciativas. Yo creo que sería una enorme irresponsabilidad, por mi parte decir: “paso de las instituciones públicas”.

Es un problema trabajar con las instituciones públicas, pero el reto está en que lo hagan bien, y nos apoyen.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

De algún modo, es una declaración de intenciones sus proyectos: “mi cole baila”, “bailar mi barrio”, “educación y danza”, “espacios singulares”…, ustedes tienen una vocación de servicio público. Ustedes dan cosas que las instituciones públicas descuidan, o no atienden, priorizan otras cosas, etc.

¡Absolutamente!

¿Cómo hacer valer ello? ¿Además de practicarlo, reivindicándolo con la programación que ustedes aportan? ¿Cómo hacer entender a las instituciones públicas, que “mi cole baila”, “bailar mi barrio”, tienen un peso, un alto valor añadido para la ciudad?

Pues no lo sé: yo lo he intentado de todas las maneras.

Yo creo que tiene que ver con los valores de nuestra sociedad en general, son valores de tipo cuantitativo que de tipo cualitativo. Es decir, nuestra sociedad en general, se rige por los valores económicos de las cosas. Los valores éticos, educacionales, son más intangibles: es más difícil cuantificar esto. Y allí está la enorme dificultad.

Volviendo al tema de la ayuda, que sacó la Junta de Andalucía a festivales hace tres años eso de ahora, antes no había ninguna ayuda regulada para festivales. Por eso yo iba todos los años a hablar con la Consejería de Cultura, y me decían: “a ver cómo te podemos ayudar, este año”. Y cada año, era un movidón y una aventura.

¿Es como si empezarán de cero cada año?       

Si, hace tres años la Junta de Andalucía sacó unas subvenciones que se llaman de “concurrencia competitiva”, para festivales, la misma para música, teatro, danza, circo…, todos iguales. Con una dotación el primer año, que me acuerdo, porque la cifra era de 350 000 euros para toda Andalucía: para todos los festivales, es decir, una cuantía absolutamente ridícula.

El “Mes de Danza” no salió mal parado por la veteranía: esto funciona con puntos. Número de público, número de ediciones, número de espectáculos, número de espacios escénicos, número de compañías, etc., y va sumando puntos. Pues nosotros por la veteranía, hemos llegado a los puntos necesarios para que nos concedieran la ayuda.

Y lo que yo llevo pidiéndole a la Junta de Andalucía, es que se vuelque también en valores de tipo cualitativos.

Al respecto de los proyectos que he nombrado. Gracias a las colaboraciones que ha posibilitado, los estudiantes de 6º de la especialidad de danza contemporánea, del Conservatorio Profesional de Danza, Antonio Ruiz Soler de Sevilla, puedieron bailar en la pasada edición, siendo dirigidos por la profesora Teresa Navarrete y de demás.

Eso tiene un alto valor añadido en su educación: el conservatorio pertenece a la Junta de Andalucía, y se supone que están custodiando la educación de todos estos estudiantes de danza. Entonces ustedes están haciendo cosas, que ellos no están cubriendo de alguna manera u otra.

Yo creo que no hay nadie en las administraciones, no hay ningún técnico de cultura que se pare a analizar, realmente, el proyecto para tener una valoración del impacto que esto tiene.

Yo me muevo con la palabra sinergia, esta es mi lógica, esta cosa de sumar ¿Dónde está la danza en esta ciudad? Obviamente, está en los centros de formación, Centro Andaluz de Danza, el conservatorio, la ESAD (en una menor medida, pero también es una espacio de formación en el que la danza contemporánea está incluida) ¿Cómo podemos incidir? En el caso del conservatorio, yo estoy a la escucha de lo que se me presenta.

Esto que comentas, fue una iniciativa de Teresa Navarrete, me llamó y me dijo: “María, tengo este proyecto ¿Cómo lo ves?” Y le dije que lo pensaría, para ver cómo podemos articular esto.

Hay cosas que surgen de mí, pero el valor que tiene el “Mes de Danza”, o el que yo pueda tener como responsable última de todo este tinglado, es que tenemos la capacidad de estar a la escucha.

Me consta que los estudiantes de la especialidad de contemporáneo del conservatorio, se sienten privilegiados por tener un festival de estas características en la ciudad en la que estudian.  

Hay que tomar en cuenta, que la inmensa mayoría, son estudiantes de instituto, son menores de edad: digamos, no tienen la capacidad de moverse a Barcelona, a Madrid, u otro sitio para ver danza. Además, los “espacios singulares”, lo hace mucho más asequible en lo económico.

Claro, es que además me gusta esta evolución: es que se tardó en que los alumnos del conservatorio fueran público del “Mes de Danza”. A mí me consta que a día de hoy, hay un equipo pedagógico que es cómplice del festival, invitando a sus alumnos a que vayan: pero siempre no ha sido así.

Entonces, es interesante ver como a día de hoy, los alumnos del Centro Andaluz de Danza, como los del conservatorio de Sevilla, son público del “Mes de Danza”.

Obviamente, ver danza en un tiempo concentrado, permite ver las cosas desde diferentes perspectivas. En espacios escénicos, como pueden ser: La Fundición, el Maestranza. Propuestas de aquí, de allá, propuestas compartidas, piezas cortas, piezas largas, “espacios singulares”, experimentos raros, etc…, es decir, en poco tiempo poder acudir a diferentes formatos.

Creo que esto es muy valioso, dentro de tu formación como bailarín.

El personal docente, suele insistir que los estudiantes necesitan referentes en los cuales verse reflejados por cualquier motivo: por sus investigaciones estéticas, por tipo de cuerpos. Entonces, de una manera u otra, ustedes aportan cosas que por tiempo disponible, cualquier decisión del curriculum educativo…, no están dentro de la formación de los estudiantes del conservatorio. Donde se trabaja, fundamentalmente, técnica.

Si, estoy convencida de eso. Además podríamos ir mucho más lejos

Te confieso que como directora del festival, yo llevo acumulada mucha frustración con este proyecto. También muchas alegrías, diciendo: “¡Qué bien lo hemos hecho!” ¿Tú sabes la cantidad de proyectos que se han quedado en el tintero, a lo largo de estos años? El querer hacer esto, o plantear esto, o imaginar lu otro. Para terminar diciendo: “vamos a simplificar, porque esto no es posible”.

En esa línea, quería yo preguntar: haciendo una evaluación de estos 26 años ¿Ustedes harían las cosas de otra manera? ¿O ustedes están convencidos que ustedes hicieron, lo que tenían que hacer?  

Pues puede parecer un poco pretencioso, pero con las limitaciones que hemos tenido, creo que difícilmente, lo hubiéramos hecho mejor.

Se podría haber hecho de otra manera, pero si el contexto hubiera sido otro. O sea, si el apoyo hubiera sido diferente.

No es tanto un problema de dinero, que también, pero el poder trabajar con más tiempo, más perspectiva. Así planificar más.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Ustedes tienen una relación fluida con otros festivales hermanos, de la Red Acieloabierto, a la cual pertenecen y con la PAD (asociación de profesionales andaluces de la danza) ¿Ustedes han planteado de un modo u otro, hacer un tipo de acción, reivindicación para que se visualice la realidad de este festival, de los otros (de la Red Acieloabierto), de las condiciones de los programadores, la de los bailarines?

Estamos en ello. Cuando llegue el festival yo quiero marcar su ausencia: tenemos ya en mente el spot promosional, de un festival que no se va a celebrar.

Y estamos pensando con la PAD, el cómo visibilizamos esta ausencia. La PAD tiene claro, y a mí me parece muy bien: que nadie va a bailar ¡faltaría más! Así realmente, visibilizar la ausencia.

Me he sentido un poco abrumada por la reacción del sector: ha habido mucho apoyo, mucha reacción. Las redes sociales, durante unos días, han estado muy activas para lo que manejamos.

Esto tiene que ver con  lo que de alguna manera denuncio, es la situación de todos los proyectos que necesitan de la ayuda de las instituciones públicas para existir: más o menos, todos estamos en esta situación. Una situación de fragilidad y de aguante enorme.

La capacidad que tenemos de aguantar, dependerá de nuestra capacidad de gestionar el estrés, de dormir poco, la capacidad que tengamos, personalmente, de financiarnos

Cuando se nos agotan todas esas capacidades, dejamos el proyecto desgraciadamente.

Esto es una cosa que afecta a todo el sector: programadores, bailarines.

Es conocido el informe que publicó la PAD el año pasado, sobre la situación de los bailarines andaluces. Un informe que abarca un marco como de a cada 5 años, y la situación es absolutamente dramática.     

Si. Yo soy programadora desde lo privado, y yo siento que estoy en el mismo barco: muchas veces hay una especie de separación, se pone el artista por un lado, el programador por el otro. Está claro que no es lo mismo, ser programador del “Mes de Danza”, que el programador del Teatro Central.

Realmente, deberíamos estar trabajando todos por lo mismo, es decir: se sea programador de una institución pública, desde una institución privada, o desde lo artístico. Nuestros objetivos deberían ser los mismos.

Yo no siento que formo parte de otro barco, que no sea el de contribuir un desarrollo a la sociedad de la danza contemporánea.

Volviendo al impacto del comunicado (“barbecho”): una de las razones de por qué ha tenido tanto impacto el comunicado, tiene que ver con esta aparente consolidación del proyecto, cuando se ve desde fuera, es decir: 26 años, creo que comunicamos bien. Si vas a la web, damos una imagen profesional ¡Somos muy profesionales! Y de pronto con este comunicado, he puesto de relieve la enorme fragilidad interna, hasta tal punto que tenemos que suspender.

Creo que esto ha sido muy impactante para la gente, es decir: “¿Cómo es posible que el proyecto “veterano”, se suspenda?

En la entrevista que he comentado, dabas a entender: es que parece que como hacemos el festival cada año, eso está allí. No hay que cuidarlo, no hay que mimarlo.

Este tipo de cosas, incitan a muchas reflexiones en el sector ¿Qué tipos de reacciones te has encontrado?

Por parte de las instituciones hay como esta voluntad de trabajar…, hay un deseo, en un principio, de reanudar en 2021. Pero el tiempo pasa rápido.

¿Percibes alguna reacción por parte de las instituciones públicas?

Algo así como: “¡Uy! somos corresponsables de que el “Mes de Danza”, haya suspendido su actividad”. Para que estas personas, hayan llegado a decir: “¡Ya Basta!”  

Por ahora no. Aunque por parte del ICAS, si: hay una constatación de que, efectivamente, hay una maquinaria que no funciona. Pero más allá de eso que es obvio, no se plantean cosas como ¿Qué se puede hacer para que esto funcione? ¿Qué se puede hacer con los proyectos de carácter cíclico, como es el “Mes de Danza”, como puede ser “Circada”? ¿Cómo se tiene que vincular las instituciones con este tipo de proyectos? ¿Hay posibilidad de crear una colaboración entre la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento de Sevilla, para apoyar de la mano a proyectos que ayudan a estructurar el sector?

Para mí proyectos como el “Mes de Danza”, no sólo es un proyecto de exhibición de espectáculos. Sino que a la escala de sus posibilidades, ayuda a estructurar el sector de la danza.

Ustedes llevan el nombre de Sevilla a dónde van, cada vez que tienen conversaciones no sólo por cosas de la Red Acieloabierto; sino que además, en cosas como colaboraciones internacionales. Como cuando ustedes viajan a diversos puntos de Europa, para ver danza, ver qué programarían en un futuro.   

Si, además te voy a decir: a la mayoría de los eventos internacionales a los que voy, estoy yo y un representante de Cataluña, que puede ser el Mercat, o el Grec. Prácticamente, hay muy poca presencia internacional de programadores de danza contemporánea españoles.

Manuel Yanes se mueve también a nivel internacional, pero se mueve a nivel de espectáculos muy reconocidos a nivel europeo. Yo estoy más en la búsqueda de nuevos talentos, de nombres emergentes.

Para quien no conozca este festival, me gustaría que nos comentaras ¿Por qué apuestan ustedes por esa combinación de programar a: bailarines consolidados, bailarines emergentes, otros locales y Andaluces; e incluso del ámbito nacional, e internacional?

La creación local es obvio, porque no se puede hacer un evento de estas características trabajando a espaldas de lo local. Más cuando ya sabes que esto es un desierto, es decir: si hubiera otros proyectos de alguna manera estructuras, consolidados que atendieran al sector profesional, pues, el “Mes de Danza”, quizás se podría convertir en otra cosa, y aún yo creo que es muy difícil ser un festival, y no tener en cuenta la creación local.

En lo nacional, para atender a la diversidad de los posibles en danza contemporánea, y porque creo que digamos que la dimensión nacional, quizás sería la dimensión en la cual un bailarín de aquí puede empezar a establecer una comunicación, una colaboración con este artista que nos viene de otra comunidad autónoma.

A nivel internacional, me parece obvio porque estamos hablando de un lenguaje universal como es el del lenguaje del cuerpo. Tenemos esa suerte, el de poder ver qué ocurre en otros países, es también interesante, forma parte de esta formación como público, o como artista.

Uno de sus proyectos que más yo destacaría, es “a carta blanca a”, donde ustedes programan cosas que fueron programadas en otros festivales, o teatros de otras partes de España.

En la edición anterior fue con el Teatro Victoria en las Islas Canarias. Y creo que esto forma parte del servicio público: muchas de esas piezas, por algún motivo u otro, no suelen ser programadas en los teatros de Sevilla, fuera de su festival. Tal vez lo delegan en ustedes.

Si.

Sin esto, no sólo pienso en los estudiantes del conservatorio, sino también, los mismos creadores andaluces, tienen  la posibilidad de ver esos trabajos. Porque ello posee unas incidencias en el futuro.

Está claro, porque además creo que es importante, que “a carta blanca a”, tiene esa característica de que es un foco: invitamos a una entidad de otra comunidad, consensuamos una programación.

Digamos que en el caso del Teatro Victoria, era muy canario, con la Fundición de Bilbao, era muy vasca. Sin embargo, con “D’Animala Lesquena” no era muy catalana; dado que tenía ese corte internacional, dado que van a imagen y semejanza del espacio, que invitamos.

Creo que es interesante para nuestro colectivo andaluz de creadores, percibiciban qué pasa en otra comunidad autónoma. El año pasado, si mal no recuerdo, hemos presentado 8 propuestas canarias, es decir: 8 propuestas que te permiten ya tener una mirada, de lo que se cuece, su tipo de lenguaje, cómo trabajan. También lo que provocamos, es una estancia prolongada de estos creadores aquí en Sevilla.

Está lo que se visibiliza en la programación, pero después está lo que ocurre de una manera natural, es decir: este bailarín canario que va a hablar con este bailarín andaluz. Te pongo un ejemplo concreto, en esta última edición la bailarina canaria, Laura Marero, que tiene un proyecto que se llama “danza en comunidad”, vio el trabajo de María Jesús de los Reyes, bailarina sevillana, y le pareció interesante, para este proyecto. Y se va a llevar la propuesta de María Jesús a las Islas Canarias.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

En vistas, a que se “acerca la ausencia” del festival, a finales del mes de octubre próximo ¿Qué tipo de reflexiones te han trasladado, o has percibido por parte del sector de bailarines y programadores de la misma escala, en la que ustedes se han estado moviendo? 

Ahora mismo hay mucha estupefacción. Yo le estoy diciendo a la profesión que aprovechen el impacto que está teniendo este anuncio, “barbecho”, más allá de que el “Mes de Danza” pueda tener un segundo ciclo de vida.

Porque de alguna manera este comunicado, ha visibilizado la enorme precariedad, el enorme desierto en el que estamos. Así reivindicar lo que necesita la danza una y otra vez.

Si desapareciera el “Mes de Danza” es una pena, pero también tengo claro que no me voy a aferrar desesperadamente a este proyecto. Después de la que he liado, que para mí hay sido una decisión muy dolorosa el decir “hasta aquí”.

Yo tengo claro que yo retomo en el 2021 si las bases son otras, yo de ninguna manera voy a retomar en las mismas condiciones, esto lo que tengo ¡Clarísimo!

Porque ahora con la distancia, me doy cuenta de lo cutre que es todo después de 26 años, es decir: no se puede trabajar en estas condiciones, no se puede.

Es insultante.

Ello es una forma de visualizar no sólo la precaria situación del sector de la danza; sino que también, de humanizar a quienes están detrás del mismo ¿Qué tipo de reflexiones te invita esto? Ya han pasado unas cuantas semanas del comunicado “barbecho”.

La conclusión a la que yo llego, una vez más, es que en esta ciudad es muy difícil crecer. Tengo la sensación  de que estamos en el “eterno empezar”.

Y la reflexión es, cómo poner en pie herramientas que nos permitan crecer de una manera orgánica, que nos permita crecer poco a poco. Creciendo en función de lo que se vaya desarrollando en la ciudad.

Yo lo decía en la entrevista que has citado: a mí me parece muy triste, que un proyecto como el “Mes de Danza”, que ha tardado años en conseguir un presupuesto digno, y cuando por fin lo consigue que es en estos últimos 5 o 6 años, algo digno pequeño. Ello se hace insostenible ¿Qué paradoja, no?

Si me vas a dar un presupuesto mayor del que me dabas hace 10 o 15 años, pon en pie las herramientas para que esto sea sostenible. Lo digo como institución, tendrás que pensar no sólo en la cantidad, pero también en el cómo lo das.

Además de esto anterior, el contexto en el que se mueven los estudiantes de danza del conservatorio: son muchos los profesores, muy legítimamente, que aconsejan a los estudiantes a que se vayan fuera de España. Así uno se puede desarrollar mejor como bailarín fuera de España, porque las condiciones son muy duras, llenas de incertidumbre

¿Cómo los estudiantes no van a responder a este tipo de propuestas, si en este país pasan este tipo de cosas? ¿Qué mensaje les estamos dando a los estudiantes, que estudian en las instituciones de este país?    

El mensaje es de un pesimismo tremendo, es que parece que no hay solución. Cuando realmente, está demostrado que aquí hay muchísimo talento.

Hay algo que me da muchísima pena: estuve viendo el espectáculo “XY” de un gran coreógrafo francés, Rachid Ouramane, esta compañía que estuvo en el Teatro Central, los pasados viernes y sábado (se refiere al 28 y 29 de febrero pasados), esta propuesta me pareció ¡Maravillosa! ¡Me impacto!

Eran como 19 intérpretes encima del escenario ¡una barbaridad! Aquello era de una inteligencia y de una sensibilidad brutal. Y de pronto, se me vino la idea de que la creación andaluza se ha alimentado muchísimo de los espectáculos, absolutamente maravillosos, que hemos podido ver en el Teatro Central, es decir: yo como público me siento una privilegiada. Otra cosa, es que yo no piense que el Teatro Central se haya gestionado bien como teatro público.

Pero la calidad artística de lo que hemos tenido, y como creo que los creadores andaluces se han alimentado de esta programación del Teatro Central, al igual que el “Mes de Danza” ha contribuido. Pero nosotros, estamos más en un pequeño/mediano formato.

A través del Teatro Central hemos podido ver mega producciones. Tú ves esto, y se te despierta la imaginación. Pero por otro lado, las instituciones públicas no han puesto en pie las herramientas para mínimamente, desarrollar un 10% de lo que se está dando en este Teatro Central. Es muy frustrante.

Ello lo estoy viendo con el circo, es decir: el Teatro Central reabrió en 1995, después del período de la Expo de 1992, y hemos visto ¡Lo mejor de la danza contemporánea a nivel internacional!

Ahora Manuel Yanes con el fenómeno del nuevo circo, está empezando a programar circo, y está ocurriendo lo mismo que sucedía con la danza contemporánea hace unos años.

Entonces, no nos pongas la “miel en los labios”, y después…, esto habrá que trabajarlo conjuntamente. A la administración le agradezco enormemente que posibiliten una programación de nivel internacional. Pero si yo después como creador me dan éste como mi referente de calidad, pon también en pie, los mecanismos que favorezcan que yo me pueda acercar a esto.

Evidentemente estoy exagerando: pero parece que sólo se hace buena danza en Bélgica, en Holanda       

¡Dale tú los medios a los creadores andaluces! ¡Dale tú un espacio en condiciones! Que no hay espacios en condiciones para trabajar ¡Dale una ayuda en producción, en condiciones! Para que puedan producir ¡Es que no se puede comparar! ¡No se puede comparar!

Es decir, los creadores andaluces, están creando en una situación de precarización brutal. Lo que yo no sé es cómo siguen creando, es del orden casi del milagro.

Yo acabo de ver 120 vídeos para la selección del circuito de las salas alternativas, donde he tenido que hacer una selección de 25 vídeos. Bueno, de esos 25, si mal no recuerdo, hay 3 o 4 propuestas que son andaluzas, y me daba vergüenza: me dirán, yo selecciono desde Andalucía…, pero la verdad, que procuro ser de lo más objetiva, es que no voy a quitar estas propuestas andaluzas, porque son buenas.

Hay nivel, hay talento en Andalucía, pero claro siempre se hacen cosas en formato de solo, de dúo. Un formato de lo mínimo para encima de un escenario. Pero el talento está.

Matxalen Bilbao (bailarina veterana del País Vasco) comentaba que cuando trajo al “Mes de Danza”, la pieza “Gear” hace unos 3 ó 4 años, ella decía: «la gente se sorprende porque traigo tantos bailarines».

Las compañías dicen que es casi una locura sobrepasar el dúo, o el trío: eso se ve en las piezas que se programan.

Claro, es que hay una tendencia ahora mismo en danza contemporánea, que es curiosísima, que estoy convencida que es para contrarrestar este fenómeno, del solo, o del dúo. Ya si  montas un trío, esto ya es una “súper producción”.

Sin embargo, está pasado mucho en danza contemporánea, que es contar con la comunidad para hacer un espectáculo. Yo he programado este tipo de propuestas, porque me parece interesante; pero creo que tiene que ver, en el poder trabajar como artista, como creador, el poder trabajar con un grupo numeroso de personas. Lo hemos visto con Pere Faura con “Sweet Fever” (edición del “Mes de Danza” de 2018), que necesitaba de 40 ó 80 personas, para que el espectáculo se hiciera.

Lo hemos visto en la edición pasada, con acto de inauguración de Alberto Cortés, que necesitaba de 8 a 12 personas de público de danza, para poder conformar el espectáculo. Y así te contaría muchos ejemplos.

¿Pero nace ante una necesidad? Porque muchos querrán trabajar, también, con profesionales, sean 5 ó 6 bailarines. Para así, seguir desarrollando sus necesidades creativas.

Claro, no es lo mismo trabajar con un cuerpo, que con dos, tres, con cuatro, con diez, que con veinte. Cada número de cuerpos humanos encima de un escenario, te ofrece nuevas posibilidades.

Entonces, tú, tu formato, en asuntos de producción, va a estar limitado a un solo, un dúo, o como mucho un trío; pues indagarás por ahí. Pero hay otras posibilidades, que no los tienes a mano.

Después ya no sólo la cantidad de cuerpos humanos, que tú tengas encima del escenario para tú, como coreógrafo, director artístico poder trabajar: sino ya la parafernalia técnica, el poder utilizar o no, elementos escenográficos más o menos impactantes. El poder trabajar un diseño de iluminación más o menos complejo, esto requiere tener un espacio de trabajo, además, acondicionado técnicamente. Es decir, es muchísimo la producción.

Pues una ayuda a producción, te va a permitir investigar durante 15 días o 15 meses, y no te estoy diciendo ninguna tontería: hay producciones de tal complejidad, que el período de producción puede ser de más de un año, en otros países. Aquí no, desde luego.

Pues así está la danza…

Así está la danza.

Pero con quedarnos una nota optimista, creo que aquí hay muchísimo talento: no conozco un sector, no sólo de aquí, sino de aquí y de allá, más trabajador que el de danza contemporánea. Son gente de una disciplina, y de una capacidad de trabajo que a mí me emociona. Y yo creo que por allí, la danza contemporánea se va a seguir salvando.

Pues estaremos atentos. Muchas gracias por atendernos.        

Es un placer cuando te entrevista alguien que conoce el proyecto.

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