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Yo vivo de la magia, cada moneda que me dan, forma parte de mis ingresos. Así de claro nos habló Taxxxán el mago, quien junto a su discípulo, Jailcard, nos fueron explicando de forma detallada en qué consiste la profesión que ejercen.

Es una agradable tarde de finales de octubre del presente año, en la  que nos reunimos con Taxxxán y Jailcard, dos magos, maestro y discípulo (respectivamente)…, y no hay mejor sitio para que ellos nos hablen de su oficio, “la magia de cerca”, que en la terraza de un bar en Sevilla. Ya que en las mismas, es dónde ellos se ganan la vida, es decir: Jailcard, nos comentó que en su forma de operar, primero piden permiso en la barra del bar que van a abordar, luego, se presentan a los integrantes de la mesa que les resulta más interesante, y de ser aceptados para mostrar su espectáculo (suele ser de unos veinte o venticinco minutos), despliegan su arsenal de cartas, y chascarrillos, para ganarse a su público. Quien al final, decidirá como valorará económicamente, lo expuesto. Y de allí a la siguiente mesa…

Todo esto parece muy sencillo e incluso inverosímil; sin embargo, hay un exhaustivo estudio por detrás (que se ha ido configurando a partir de ensayo/error, y no preocuparse por aparentar ser una persona pintoresca), que Taxxxán nos expuso más al detalle, esto es:

Primero, nada más llegar, vamos a los grupos grandes, porque dada mi experiencia, el acercarte a un grupo en la que todos estánn tomando una copa, es más fácil sacar dinero, que de una mesa en la que haya una pareja tomando una cerveza cada uno. Aunque a veces uno se sorprende: a lo mejor a la novia le gusta la magia, y el novio quiere quedar por encima, y te suelta un billete de 10 euros. Ello suele pasar por la envidia que le produce, que le hayas “robado” ese momento de alegría con la novia.

Claro, en una ciudad como Sevilla en la que buena parte de la vida social se desarrolla en los bares, no hay más que darle un par de vueltas, para localizar en esta realidad social una oportunidad para darse a conocer como mago, y así poder seguir desarrollándose como profesional. No obstante, la imagen que se suele tener de un espectáculo de magia, es de algo que se hace un escenario, en el cual se invita a uno del público para que se le haga el truco, y además, favoreciendo que haya mímesis, es decir: se trataría que los demás se sientan reflejados en aquél voluntario. Es más,  cuando vamos a un tomar algo en un bar, no nos plateamos que haya la posibilidad que nos venga un mago con un mazo de cartas de póker y nos muestre parte de su repertorio.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Jailcard: Eso juega a nuestro favor, porque la gente está acostumbrada a ver estas cosas en la pantalla de una televisión, y queda la sospecha que alguien que está encompinchado con el mago. Pero si uno se acerca a una mesa, y al final no es así, se quedan más impactados, porque no es lo mismo verlo en la tele o en un escenario, que a un par de metros.

¿Qué diferencias localizáis en la relación entre un mago y su público, cuando se hace “magia de escenario” y la “magia de cerca”? ¿Cómo reivindicáis este género?

Taxxxán: La diferencia a actuar en un escenario, es que la gente paga por ir a verte, y en la calle estás a expensas de lo que la gente quiera valorarte. Hay mesas que disfrutan con nuestra magia, pero a veces no nos dan ni un duro, por el motivo que sea…

Nos hemos ido modernizando usando la aplicación bizum (es una  forma de hacer pagos en tiempo real ,  de cuenta a cuenta a través de una aplicación de móvil, haciendo así muchos tipos de pagos), ya que es un método de pago que usa mucha gente, se está convirtiendo por costumbre darnos la propina por una transferencia de bizum.

Es un hecho que hay una tendencia en los últimos años, de que vaya despareciendo poco a poco el dinero en su formato físico, lo cual se presenta como un auténtico reto para que muchos artistas de calle, sigan desempeñando su oficio.

Taxxxán: Claro, al estar en una mesa de bar, hay quien te pregunta si tienes bizum: y es lo mismo como si te lo dieran en mano. Hay ocasiones en la que si la misma pasa por bizum, la valoración es mayor a la que normalmente hubiese sido en mano.

Tened presente que el mago Taxxxán lleva más quince años dedicándose a hacer magia en las terrazas de los bares (veinticinco años en la magia en general), especializándose en este arte de la “magia de la cerca”. Pero ¿Cómo empezó todo esto?

Taxxxán: Empecé por necesidad, porque me quedé en paro, de mi trabajo profesional de vigilante de seguridad. Y me eché a la calle, al no ver manera de alcanzar algún tipo de prestación, y teniendo preparados cinco juegos de magia, monté un espectáculo de veinte o veinticinco minutos por las mesas.

No tuve suerte las primeras veces, porque no sabía presentarme ante la gente. Y aunque yo me supiera los trucos a la perfección, no es suficiente si no sabes entrarle a la gente, o gastarle una broma. En cada mesa entro de forma diferente, por ejemplo: he entrado tropezándome, y les digo: “ya que estoy aquí me presento, les pido perdón, y luego les digo que uno de ellos tiene una carta detrás de la oreja, y se la saco”. De todas formas, me he encontrado en situaciones en donde me muestran que no están interesados, y me voy a otra mesa.

Me fue gustando como iba reaccionando la gente con lo que hacía, y además pedía que me valorarán por mi trabajo. Aunque es verdad, que sacaba menos de lo que me sacaría con un caché.

Por si les queda alguna duda, Taxxxán se muestra dispuesto a hacer sus espectáculos en un escenario. Pues, nos comentó que su primera actuación en dicho formato, fue en diciembre del año pasado: él está preparado para llevar su magia a bodas, cumpleaños…

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Taxxxán: “A todo lo que me llaman lo amoldo a mi gusto, tras un acuerdo con el cliente. Yo no soy de esos magos que se “viste de mago”, haciendo aparecer palomas…, no me va la magia con animales.

Yo vengo de ver como Tamariz pedía que colocarán a los niños a su alrededor, y eso al verlo hace que haga lo mismo. Ahora con las restricciones, hace que nos pongamos un poco más lejos.

Sí las restricciones, cómo olvidarlas…, pues, una de las cosas que nos resultara más interesante entrevistar a este par de “magos de cerca”, es conocer el cómo están sorteando está crisis sanitaria en la que todos estamos sumergidos hasta nuevo aviso. En especial, si recientemente la Junta de Andalucía ha dado órdenes de reducción de aforos en bares, toque de queda, confinamientos perimetrales entre municipios (salvo algunas excepciones); entre otras tantas cosas que se suman, a lo que ambos han sacar su ingenio para seguir ejerciendo en su profesión.

Taxxxán: Hay que ir por las tardes, ya que normalmente íbamos de 20h a 2 am, sin embargo ahora, vamos desde las 18h hasta que cierren los bares.

Jailcard: Lo cierto es que cuando la gente te ve con la mascarilla puesta, lo agradece. Y ello facilita a que nos abran las puertas para hacerles magia.

Taxxxán: En realidad, te vas encontrando quien está deseando pasarlo bien. Eso sí, siempre me desinfecto las manos antes de entrar a cada mesa, para que vean que cumplo con todo.

Hay locales que me pagan por lo que hago, y me piden que no me quite la mascarilla para nada. Ya que en ese momento soy un trabajador más.

Hay juegos que le hemos tenido que cambiar la presentación, porque suelo jugar que las cartas me salen de la boca.

¿Supongo que hay maneras más “estéticas”, más efectivas de presentar un truco?

Taxxxán: Siempre que sale una nueva norma, le damos vueltas a cómo hacer nuestros trucos. Es que nos encontramos ante una situación de que hay bares que no quieren magia, y que hay gente que es reacia al contagio.

Me ha pasado, que he ido a locales que me han pagado bien, y no entra la opción de propina. Y en cada mesa estrenaba un juego de barajas nuevo, pero nunca era uno profesional. Para que así la gente se sintiera más cómoda, porque dependemos de ello para vivir.

Les estoy hablando de dos magos que se suelen mover por la Alameda de Hércules, y en menor medida, por el Paseo Colón (ambas son zonas que están llenas de bares en la ciudad de Sevilla). Sin embargo, Jailcard nos comentó que les gusta ir más allá, esto es:

Jailcard: Vamos saliendo de Sevilla, y de la provincia. Hemos ido a Huelva este verano; si esto del COVID acabara pronto, que Dios lo quiera, pues un mes igual nos iríamos a Málaga.

No obstante, ellos son conscientes que nosotros los seres humanos somos seres de costumbres, que frecuentamos ciertas zonas, e incluso los mismos bares. He allí, que Jailcard añadiera, que de vez en cuando conviene ir variando de zona, dado que a mucha gente le cuesta entender  que uno no está de paso, sino que esto es un trabajo.

Jailcard: A ver, nos podemos encontrar dos opciones: primero, ya les hicimos magia, y por lo tanto, no quieren repetir por las razones que sean. O segundo, ya les hicimos magia, y esta vez vienen con más gente, para que sus acompañantes también lo vean.

Todo esto depende no sólo de lo que nosotros hacemos, sino que también, entra la subjetividad de las personas que están en el público, con respecto a lo que les ha parecido, o las sensaciones que experimentaron durante el show.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

Cuando oigo hablar a los artistas de calle de cómo reciben sus ingresos, me impresiona su tenacidad, e insistencia por un oficio que irradia incertidumbre, inestabilidad, entre otras cosas. Una suerte de poner a prueba todo aquello que nos vendieron cuando éramos pequeños, esto es: eso de, estudia incansablemente y conseguirás un “trabajo de verdad”….,  o qué tal, “tarde o temprano el esfuerzo será recompensado”. Pues, muchos de los que nacimos a partir de finales de la pasada década de los ochenta en adelante, llevamos viendo como en los últimos diez años, tener estudios superiores y el esfuerzo incombustible,  no son garantías en España para vivir dignamente.

Claro que los hay que lo han conseguido poniendo su salud en juego, o aventurándose al extranjero; pero a dónde quiero llegar, es que nos has tocado una época en la que tener estudios en medicina o en derecho, no es un inversión segura para conseguir una vida acomodada, lo cual nos emplaza a podernos plantear dedicarnos a esas profesiones que se nos han señalado como inciertas, por más que nos puedan resultar atractivas de ejercer. Y no vale decir que es bonito hacer teatro (por decir un ejemplo) como hobby, si tienes otra cosa que te dé tranquilidad económica, pero ¿acaso se nos ocurriría decirle algo parecido a un arquitecto? Dicho lo anterior, considero que este contexto, como nunca, nos permite equiparar las posibilidades de éxito dedicándonos a una cosa u otra (salvo excepciones muy específicas), ejerciendo desde el derecho a honrar estas profesiones como algo necesario para el desarrollo de nuestra sociedad,  y de cada uno de los individuos que apuestan por las mismas. Es más, es un acto de dignidad arriesgarse por desarrollarse profesionalmente por el oficio que fuese, si es a dónde a uno la vocación le ha llevado.

Impulsado por lo anterior, les pregunté a Taxxxán y a Jailcard ¿Qué les mueve a dedicaros profesionalmente a la magia? Es que muchas veces se promueve la idea, de que lo consiguen cuatro o cinco, o también, que la magia está bien como un hobby para pasarlo un buen rato.

Jailcard: Desde mi punto de vista, quien se dedica a la magia sabe que quien trabaja en algo que le gusta, no trabajará nunca: siempre estarás disfrutando de tu hobby. Que al mismo tiempo, te ayuda económicamente.

Taxxxán: Nosotros pensamos igual. En principio lo tenía como un hobby, y pensaba que no iba a pasar a algo profesional. Después vi, que a la gente le gustaba y encima, me generaba dinero.

¿Cómo romper el mito de que la magia es un espectáculo de “fuegos artificiales”, o algo que sirve para entretener a los niños en un cumpleaños? ¿Cómo plantear que la magia es una profesión como otras tantas?

Taxxxán: Es algo similar a ir un día al teatro sin que uno le guste, y sale contento. Porque es algo que atrae.

La magia sigue siendo algo que no se considera todavía como arte. Pero creo que es algo que le gusta a todo el mundo, y es bien recibido. Pero también, los hay que no le gusta que le engañen.

Jailcard: Nosotros solemos diferenciar entre el “público escéptico”, y al que llamamos, el “público capullo”. El primero es aquél que intenta pillar la trampa, pero aún así disfruta. Al ser ellos así, nos hace intentarnos superar y sorprenderles, y normalmente, lo conseguimos.  Y el “público capullo”, es el que intenta tirarte las cartas al suelo, o mojártelas con cerveza, para echarte de la mesa.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

 

¿Me imagino que los del “público escéptico” que “se dejan hacer”, serán un reto divertido a enfrentar para ustedes?

Taxxxán: A mí me encantan, porque te ayudan a aprender más vocabulario, te ayudan a tener más reflejos,  e incluso, me llevan a ser más gracioso.

Por lo general, en nuestro trabajo el escéptico de la magia va del “gracioso del grupo”. Entonces, cuando tú llegas y con nada que hagas que le guste a la gente, ese público se vuelca contigo, y a él lo dejan de lado. De repente, estás en una competencia de quien llama más la atención. Después, ese es el que más propina te da, porque quiere que te vayas.

Y cuando “le superas”, la gente se le “echa encima”, de buen royo, y le dicen: “te ha dejado callado”.

Dicho lo anterior ¿Por qué a la magia no se le suele incluir en las artes escénicas, tal y como sucede con la danza o el teatro?

Jailcard: Porque aún hay quien lo ve como un juego, esas personas no lo consideran como algo serio. Para Juan Roda (campeón de mentalismo de 1999) dice que un mago es un actor que hace el papel de mago.

Entonces un mago, un actor, un cantante…, como artistas, expresan un sentimiento para que los que disfrutan del espectáculo, sientan lo que el artista quiere.

¿Sin embargo cuando ustedes abordan una mesa, no está claramente delimitado el espacio  del público y el del escenario?

Jailcard: Si es como los grupos de baile que se ponen en Plaza Nueva (plaza céntrica de la ciudad de Sevilla).

¿Se sienten ustedes más cercanos a los artistas de calles?

Taxxxán: Yo sí, siempre he querido ponerme desde el punto de vista contrario, es decir: a mí me sorprendería más una persona que se acerca y nos hace un juego de magia, en vez de alguien que está en un “escenario”. Me gusta, pero el que está en un escenario puede tenerlo todo preparado, ya que está desde antes de que yo comprara la entrada.

De hecho hay gente que nos lo dice, que lo que nosotros hacemos en más difícil, debido a que uno no sabe cómo te encontrarás al público. En cambio, cuando vas a un teatro y vas a ver a un mago, se aplaude al final del espectáculo. Mientras en la calle hay más interacción, y por ello te enfrentas con que haya dos personas que  están hablando, aunque le estés haciendo un truco a alguien de esa mesa. Y hay que adaptarse a ello, e interactuar con todos, poniendo los cinco sentidos.

¿Qué diríais a los jóvenes que se estén planteando dedicarse a la magia?

Taxxxán: En un principio les recomendaría un libro de magia: “Carto-magia fundamental” de Vicente Canuto. Si esa persona lo lee, y después de dos semanas habla conmigo (una vez que se lo haya recomendado), yo sé que esa persona le interesa la magia, más allá de aprender un par de juegos: es un libro que está al alcance de todos.

Jailcard: Lo bueno que tiene la magia es que puedes  aprender de los libros. Pero la gran mayoría de estos libros no están a la vista de todo el mundo, sólo nosotros los magos, sabemos dónde localizarlos.

Me imagino que opera un gran grado de confianza, a la hora de decidir enseñar algo de magia a alguien. Primero, estarían ustedes mostrando vuestros trucos, lo que les deja “desnudos” al mostrarles lo que hay detrás. Sin mencionar, el tiempo que hay que invertir en aprender esta disciplina.

Taxxxán: Por eso cuando les he dado a uno de mis aprendices  un curso intensivo, les he cobrado un alto coste.  Ya que así, tengo la seguridad de que si esa persona ha invertido ese dinero, sé que desea llegar a más.

De esta manera, se fue desarrollando esta entrevista desenfada y llena de sonrisas cómplices, a estos dos “magos callejeros” que nos han aproximado a los entresijos que sustentan este “arte del engaño: que con sus trucos y trampas, se hace creer que lo que es ilusión es una realidad”. Así bien nos definía a la magia, Jailcard…

¿Hay algo que les gustaría añadir?

Taxxxán: Cuando nosotros hacemos magia, intentamos que la gente se divierta: El que la gente se sorprenda más o menos, eso es cosa del momento. Así intentamos hacernos un nombre y que la gente se quede con él, no tanto con que ha venido un mago, sino que ha venido Jailcard, o Taxxxán. Lo cual nos viene bien para que nos contraten para alguna actuación.

Espero que nos veáis a mi aprendiz y a mí, por las calles.

Foto: Juan Antonio Gámez

Foto: Juan Antonio Gámez

                                

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