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No es especialmente ingenioso afirmar, que sea lo que sea que se quiera transmitir ante un grupo de interlocutores, se precisa  dar con cuál es el medio que más se adecué a lo que se va a emitir. Imagínense cualquier obra de artes escénicas que les haya fascinado (por el motivo que fuere) siendo adaptada a un de texto, de una pintura, de una película, etc.… Seguramente la misma se quedaría en el marco de la sugerencia o de la aproximación, dado que en dicho acto comunicativo está también operando que quien hace de las veces de emisor, se ha valido de todo aquello que lo hace estar familiarizado con el formato que usa de canal para que su mensaje y las imágenes elegidas, lleguen tal cual éste entiende que han de ser recibidos por sus interlocutores.

 

El punto está en que al margen de que esta profesional japonesa esté especializada en la danza butoh desde hace décadas, uno ha de hacerse a la idea de que en medio de ejercicio de transmitir algo no es imprescindible que detrás del mensaje en juego, éste sea sustentado por un contenido semántico. De tal manera, que el emisor tiene entre sus manos focalizar sus esfuerzos en ser el “catalizador” más eficaz, con el fin de facilitar que aquellos que formemos parte de su auditorio, conectemos con ello como si fuese algo que nos está pasando a nosotros mismos, no como aquello de lo cual estamos siendo testigos por alguna eventualidad.

Así, Before the Dawn se erige como un trabajo en el que, nosotros los espectadores, “acompañamos” a Yumiko Yoshioka durante su reencuentro con el interior de su imaginario personal. Y lo que nos saca a la superficie, se podría definir como la “ventana” de la cual ella nos ofrece asomarnos para que los unos y los otros nos reconozcamos en tanto seres humanos, a través de hacer alusión a lo que ella ha traducido de sí misma. Por tanto, los estados corporales y emocionales que comparte con el público, se derivarían de los que ella ha pasado durante el proceso de hacer la síntesis que ha hecho posible la representación de esta pieza; que dicho sea de paso, hemos tenido el privilegio de que haya sido programada dentro de la presente edición del Festival Fest.

 

¿Lo anterior implica que Before the Dawn no posea un valor por sí mismo? De ningún modo. A lo que quiero llegar, es que cada ser humano expone lo que es, mientras se está embarcado en el tránsito del horizonte al que se dirige consciente o inconscientemente.  Dando pie a que lo que veamos de una persona o grupo de personas  sea una “fotografía” de lo que han vivido al respecto del tema que ha seleccionado para comunicar lo que quieren comunicar. O dicho de otra manera: el tema escogido no es más que el sendero por el cual el creador/intérprete en cuestión, apuesta para continuar su viaje mientras se sigue enfrentando a su condición humana.

En esta línea, Yumiko Yoshioka supo tenernos, a nosotros los espectadores, entregados de principio a fin a lo que nos  estuvo planteando. Concatenando sus acciones de un modo tan fluido y orgánico, que nos conducía de un lugar a otro en cuestión de un parpadeo, sin que ello suponga que estuviese realizando cambios abruptos y demás cosas por el estilo. Era increíble  la suavidad y contundencia con la que llevaba a cabo su interpretación de una pieza que demandaba mucho compromiso.

No me cabe duda de que ella posee una “imaginación enloquecida”, que aunada con la críptica belleza de la danza butoh, han formado parte de una confluencia de elementos que se ha materializado en una manifestación de lo lejos que se llega, tras haber alcanzado un grado de gran sofisticación como el que ostenta Yumiko Yoshioka. Tanto es así, que no es que lo que ella nos quiso comunicar haya pasado a un segundo plano, pero es que fue tan seductor el cómo ha hecho lo que ha hecho, que creo que lo más provechoso que debíamos haber respondido nosotros los espectadores, es dejarnos guiar por ella, mientras su mensaje se iba impregnando en nuestro interior.

 

Su amplío repertorio de movimientos, los cambios de vestuarios, su relación con los dos montículos de arena que habilitó sobre el escenario, un inteligente y efectivo diseño de iluminación, etc.… Son varios de los recursos con los que esta profesional consiguió que este trabajo nos lleve a los confines de su mundo interior desde todos los frentes, sin que ello se confunda con una especie de “recital” de una gran maestra y bailarina de danza butoh (que en parte también lo ha sido). Posibilitando que lo que la noción del tiempo de nosotros los espectadores, se haya quedado en suspensión. Tal y como si  a Yumiko Yoshioka se le hubiera autorizado a largar la representación de Before the Dawn, hasta donde ella lo hubiese visto conveniente y justo terminó en el tiempo previamente estimado.

Before the Dawn de Yumiko Yoshioka ha sido de las piezas más espectaculares, inspiradoras y exquisitas que he visto en lo que va de la temporada 2022-2023. De verdad, qué de cosas nos queda por aprender, por contagiarnos de esta danza y sus grandes maestros. A pesar de que llevan ya unas cuantas décadas,  diversos profesionales repartiéndose en diferentes puntos de la geografía de lo que llamamos “occidente”.

 

 

 

 

 

 

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