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Durante la representación de  Cluster, una autoficción generacional no paraba de asociar este trabajo con Spolier Alert: No Somos unos Youtubers Cualquiera de La Lola Boreal/Aurora Diago (por si tienen interés este es el enlace), en el sentido de que si esta última pieza nos aproxima al imaginario de las personas que se les ha encuadrado en la Generación Z, en el que los testimonios que salen a la luz y los personajes proceden de una profunda investigación escénica, están basados en las propias experiencias de quienes lo interpretan (con alguna que otra licencia, a favor del propio proyecto). Lo que me lleva a citar una de sus frases para conectarla con esta creación de La_Compañía exlímite: “¿Qué será de nosotros en quince años?”. Pues, quizás Cluster, una autoficción generacional nos serviría de modelo de qué tipo de resultados  nos encontraríamos si los involucrados con Spoiler Alert: No Somos unos Youtubers Cualquiera, quisieran seguir con esta línea de trabajo.

 

La cual, posiblemente, sea un vestigio de que en ambos montajes se hayan valido de recursos albergados en el Arco Iris de Deseo de Augusto Boal, bajo la finalidad de ir preparando una serie de personajes cuya verosimilitud está sujeta, en que son personas que nos podemos encontrar en cualquier sitio. Así, sus testimonios son planteados tras haber hecho una profunda indagación sobre cuáles son los deseos y “contra deseos” en el proceso de trabajar experiencias, que en sí  mismas, son lo suficientemente elocuentes como para montar una pieza de ello. Por si queda alguna duda, aquí no se trata de hacer “terapia” (aunque no se ha de pasar por desapercibido que puede tener consecuencias terapéuticas, en quienes se hayan vinculado de algún modo); sino que la cuestión está, en llevar hasta sus últimas consecuencias el que las artes escénicas se hacen, entre otras cosas, para comprendernos a nosotros mismos (en lo individual y colectivo), mientras se comparte con quien asista a la representación juego, aquello que se haya alcanzado durante las correspondientes sesiones “a puerta cerrada” de investigación, montaje y ensayo.

Foto: Luz Soria

Foto: Luz Soria

 

Asimismo, Cluster, una autoficción generacional se nutre de cuestiones localizables en el teatro físico; el teatro naturalista; el uso de las nuevas tecnologías; romper la “cuarta pared” para generar un diálogo más directo entre el público y lo que sucede en escena; o por qué no mencionarlo, en estructuras narrativas propias de populares sitcoms, como puede ser el caso de ¿Cómo conocí a vuestra madre? (por decir un ejemplo). Les estoy hablando de una creación multidisciplinar que consiguió enlazar de un modo magistral y exhaustivo, distintos registros para dotar de mayor énfasis y fantasía a los que se está representando, relacionándolo con el cómo está contando su experiencia  el personaje que disfruta de su “turno de palabra”. De tal forma, que resulta secundario si se ha exagerado o no en los contenidos que se han transmitido al público, ya que a lo que hay que atender es el cómo vivió y qué tipo de incidencia ha tenido en la vida del personaje en juego, para que dicha experiencia haya ocupado un lugar en este trabajo de esta compañía madrileña.

Por tanto, aquí no sólo se trata de visibilizar diversas experiencias que se complementarían unas con las otras, generando una suerte de “mapa” de los territorios en los que se desenvuelven las personas que se nos ha situado en la llamada Generación Millennial; sino que además, de caer en la cuenta de qué manera los condicionantes en los que han coincidido las personas de dicha generación, se podrían poner en común en el cómo cada individuo en juego lo ha ido sorteando. Y aún así, en ningún momento la estructura de este trabajo de La_Compañía exlímite no procura que, nosotros los espectadores, nos quedemos con conclusiones concretas. Más bien lo definiría, como que estos profesionales constituyeron un contexto que nos ha permitido sumergirnos en un entorno en el que hemos de escuchar y reflexionar después.

Foto: Luz Soria

Foto: Luz Soria

 

En esta línea, Cluster, una autoficción generacional nos sugiere poner en práctica la idea de que aunque el cómo gestionamos tal situación no se puede cambiar, si está a nuestro acceso reconducir sus incidencias en el presente, de cara a facilitar una reconciliación, al menos, con nosotros mismos. No obstante, son tantos los testimonios que sacan relucir las interpretaciones de Javier Ballesteros, Pablo Chaves, Leticia Etala, Beatriz Jaén, Ángel Perabá, Néstor Roldán, Belén de Santiago y Laura Santos, que lo factible es quedarse con los que nos llaman más al atención (por el motivo que fuere), y aún así, uno termina haciendo un seguimiento desigual de lo que se ha quedado de la obra. Lo cual me ha producido frustración en tanto espectador, porque tengo la convicción que todos y cada una de los testimonios que se exponen en esta pieza, son de sumo interés.

Lo anterior, es una de varias de las consecuencias de que este trabajo dure unos 210 minutos. Esto es: Si bien es cierto que está justificado en lo formal, que se haya equilibrado el peso de cada testimonio en esta pieza, mientras en sus respectivas representaciones los demás intérpretes/personajes están como un apoyo; no pienso que la práctica de la fórmula que llevaron a cabo los integrantes de La_Compañía exlímite, no nos libre, a nosotros los espectadores,  de la sensación de haber leído una novela de doscientas páginas en un solo día. Y por más que haya sido una novela divertida, inteligente, hecha con mucho mimo, magnética, valiente, etc… (tal y como calificaría mi experiencia con Cluster, una autoficción generacional ), no voy a eludir que es complejo conseguir dedicarle la entrega que merecen todos esos testimonios, en las condiciones en que se representó este trabajo.

Foto: Luz Soria

Foto: Luz Soria

 

En paralelo, he de reconocer que cualquier decisión que se tome en casos como el de esta pieza, tendrá sus contrapartidas; como también, no sé cuál sería en este momento la mejor solución para dar respuesta a lo que estoy señalando. Sí, Cosas que no puedo resolver de una misma manera a cuando a uno le nace la inclinación de volver a un ejemplar de una novela, que uno precisa leerla des otro lugar y momento vital (por así decirlo). De todas formas, confío que estos profesionales habrán reflexionado de este tipo de cuestiones, y aunque los resultados  de las mismas no me terminen convenciendo, ese no sería uno de los motivos que disiparían mis ganas de conocer todo lo que han hecho y están por hacer, estos magníficos profesionales.

 

 

 

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