El próximo 4 de marzo se estrenará en el Teatro Centro Cultural de la Villa (San José de la Rinconada, provincia de Sevilla), Memoria de la ceniza, de la mano de Sennsa Teatro. Seguramente será de esos estrenos que marcarán un antes y un después en la trayectoria de esta compañía, y nosotros los espectadores, tendremos la valiosa oportunidad de ser testigos.
La compañía sevillana Sennsa Teatro nunca deja a nadie indiferente, sea por la formación que imparten (la calidad de sus talleres intensivos de fin de semana, y los incontestables resultados de los cursos de preparación para entrar a alguna ESAD de España), sus montajes y sus métodos de trabajo que no ha dejado producir conversaciones de lo más variopintas. Además derrochan en cada uno de sus montajes, exigentes y arriesgados trabajos físicos que se reflejan en el cómo están en escena sus intérpretes; o qué decir sobre cómo enfocan los textos clásicos de los cuales parten para ofrecernos una reflexión sobre nuestra realidad actual, lo cual entre otras cosas, demuestra que estos textos son universales y atemporales.
Desde diciembre del 2019 no salen a escena (cuando cerraron un ciclo con la representación de Dead Hamlet), ello nos ha de llamar la atención para acercarnos a conocer el qué han estado preparando en todo este tiempo. Y que conste que estoy incluyendo lo que pudo haberles afectado la irrupción de la pandemia en marzo de 2020; sin embargo a dónde quiero llegar, es que en la entrevista que les hice a cinco de sus integrantes a través de este medio en junio del 2021 en su local, se comentó que más que cambiar la filosofía con la que llevan trabajando más de quince años, han reevaluado el cómo materializar ciertas cosas.
Por tanto, les animo a valorar ir a ver Memoria de la ceniza por ser una creación libre de teatro físico inspirada en las Troyanas y otros textos de Eurípides, Séneca, Virgilio, Marco Aurelio, Sartre, Pessoa, Müller, Primo Levi, John Milton y Gómez Pin; porque en el desarrollo de esta obra ha habido el asesoramiento literario y artístico de Sergio Tallafet (aunque ha sido escrita y dirigida por J. M. Mudarra); por lo que prometen sus imágenes en lo que respecta a su puesta en escena; entre otras cosas. Sin olvidar, que conviene acercarse a localidades de la provincia de Sevilla a conocer sus calles y sus espacios de representación. Es decir: Sevilla es una ciudad extraordinaria para ver artes escénicas, pero en otros sitios de esta provincia andaluza, también están pasando cosas. Y si encima, se trata de aproximarse al teatro del Centro Cultural de la Villa (en que éste comparte dependencias con salas de reuniones, de conferencias, aulas de formación, la Sala Maga (que acoge las exposiciones itinerantes programadas desde el área de cultura) y también es sede del Museo Paleontológico y Arqueológico de La Rinconada ‘Francisco Sousa’), pues, esta cita es digna de ser apuntada en vuestras agendas.
Sin más dilaciones les dejo con un adelanto:
Memoria de la ceniza es una historia de guerra y contra la guerra y sus consecuencias a partir de sus víctimas, las mujeres y los niños. Es la repulsa de la guerra, porque Troya no es sólo un lugar concreto, sino un lugar ubicuo, pues está en todas partes. Troya es todos los sitios donde se produce la masacre de inocentes, la crueldad, la aniquilación, la conquista, el abuso de poder, la esclavitud, la violencia contra la mujer, el exterminio. La injusticia. Símbolo de destrucción es Troya. De ella no quedaron más que sus cenizas. Tras el asesinato de todos los hombres, las mujeres son esclavizadas y sus hijos sacrificados o separados de sus madres para ser vendidos como siervos en el extranjero.
Memoria de la ceniza es también el símbolo de la mujer que llora por sus muertos. Esta es pues una obra basada en la historia, vicisitudes y desgracias de unas mujeres, las troyanas, que sufrieron no sólo la pérdida de la vida de sus seres queridos y de su tierra, sino que fueron obligadas a vivir como esclavas junto a los asesinos de sus propias familias, quienes además quemaron su ciudad. Homero, Eurípides, Séneca, Sartre y otros ya trataron el tema, pero en nuestra versión propone un enfoque donde la libertad, la necesidad de lucha por la justicia y la dignidad se sobreponen a la visión clásica del lamento por la pérdida.
Memoria de la ceniza presenta también el Caballo de Troya como signo inequívoco y universal de la estrategia, la mentira, la crueldad y la traición y por lo tanto como signo omnipresente de nuestras bajezas y contradicciones como seres humanos, que usamos nuestra inteligencia para destruir. Un caballo que está presente todo el montaje como recuerdo perenne de la ignominia, el asalto a las libertades y a la soberanía, y como recuerdo también de la humillación de los perdedores… pero ¿Quiénes pierden en realidad en una guerra?, ¿Quién puede considerarse vencedor de masacrar a seres humanos?
Memoria de la ceniza de Sennsa Teatro es por encima de todo una obra intensa, sugerente y poética, la obra de la rebelión de unas mujeres que no aceptan la esclavitud y que no olvidan el horror de la guerra, la violencia y la muerte.