OLA!: I new then/ Entredos/ Impasse ha sido el fin de curso de los estudiantes que se ha estado formando en la primera edición del programa de danza Take off Dance. Programa en el que sus participantes han contado con formación especializada de profesionales de diversas disciplinas de danza contemporánea y danza neoclásica, como también, acercarse al repertorio de algunas de las principales compañías europeas. Todo ello con la finalidad de que los mismo se conviertan en bailarines versátiles para enfrentarse a cualquier audición.
Este proyecto afincado en la sede de Funddatec Fundación para el Desarrollo Tecnológico, Sostenible y Circular en San Juan de Aznalfarache (provincia de Sevilla), está siendo dirigido por Johan Inger y Carolina Armenta. Profesionales con una amplia experiencia y conocimientos sobre lo que está pasando en las grandes compañías europeas. Lo anterior, es algo que nos puede dar una pista del por qué el lenguaje y la composición de cada una de estas tres piezas, nos resulta tan diferente a lo que se está moviendo en Andalucía.
No obstante, todas ellas contienen una cierta resonancia a creaciones de Víctor Ullate o Jiří Kylián. Síntoma de alguna de las influencias que habrá recogido Johan Inger (coreógrafo y director de OLA!: I new then/ Entredos/ Impasse) a lo largo de su trayectoria profesional, y no menos importante, estas piezas están tan bien diseñadas, que a cada uno de estos bailarines les habrá valido para ponerse a prueba en todos los sentidos. Esto es: ya no sólo estoy pensando en el grado de excelencia técnica que hay que llegar para salir airoso como intérprete; sino que además, la interpretación de cada uno de las escenas de estas tres piezas, supone pasar por numeroso estados corporales y de calidades de movimiento. Hasta el punto de que Johan Inger a través de sus bailarines, nos ha expuesto el cómo se bailaría desde posturas llevadas al extremo. Configurando a una serie de personajes que aparecen y desaparecen en consonancia a la corporalidad que adoptaban sus bailarines.
Así, nosotros los espectadores, hemos visto imágenes que oscilaban entre lo estilizado y elegante a lo grotesco, puesto que estas tres piezas no procuraban contarnos una historia como tal, más bien las calificaría como una concatenación de “cuadros” enlazados de manera formal. Ha sido tan subrayada la extra cotidianidad de las mismas que, las acciones de sus intérpretes eran lo suficientemente elocuentes como para que los que integramos al público, extraigamos una lectura a la medida de nuestros respectivos bagajes. Y en la primera mitad de la representación de I new then desistí de analizarlas intelectualmente, decantándome por su disfrute sensorial.
En paralelo, no paré de pensar lo lamentable que es que el programa Take off Dance sea visto como una de contadas “excepciones”. Un proyecto que aunque esté destinado a un perfil de bailarines muy concreto, el caso es que nivel de calidad artística de OLA!: I new then/ Entredos/ Impasse debería ser el común en los estudiantes que han terminando su formación en los centros educativos públicos de España. De lo contario, seguiremos entorpeciendo el desarrollo del talento que hay en este país, cosa que está directamente relacionada, con la falta de apoyo público y privado a algo que forma parte indisoluble de nuestro patrimonio cultural. Y no es que no haya buenos profesionales para invertir en tan ambiciosa empresa, falta consciencia y fe en el potencial de España de ponerse a la par de los países del centro de Europa. En esto, precisamente, también Carolina Armenta y Johan Inger nos están demostrando que es factible a día de hoy, al contar en Take Off Dance con docentes de primer nivel residentes en la propia Andalucía. Tales como: Isabel Vázquez, Pilar Pérez Calvete o Raúl Heras, y en lo que se refiera a repertorio, este año los estudiantes de Take off Dance llegaron a trabajar piezas y el lenguaje, por ejemplo, de la compañía jienense Marcat Dance.
En definitiva, la programación de OLA!: I new then/ Entredos/ Impasse me ha ayudado a confirmar que aún queda mucho por hacer por la danza en España. Pero, afortunadamente, si uno está atento y se afana en conocer las desiguales realidades del estado de la danza contemporánea en dicho país, uno verifica que la excelencia está a la vista, no en la imaginación de unos pocos.