La programación de esta jornada de este festival perteneciente a la Red Acieloabierto fue: Farisa de Danae & Dionysios, Resistance Moviment de Maciej Kuźmiński Company, Vacío Espiritual Richard Mascherin, La declamación muda de Cía. Melania Olcina y Solas Candela Capitán.
Farisa- DANAE & DIONYSIOS
Sí se da el caso de que uno converge en su camino con alguien que, al tiempo, se convierte en un “compañero de viaje”, es cuando se cae en la cuenta de que cuidar del otro también es una forma de preservar la integridad propia. Si bien es cierto que muchas cosas en la vida pueden ser entendidas como “antipáticos trámites” hay otras que, durante su desarrollo, desplazan a la obtención de nuestros objetivos a sólo ser la dirección a la que nos dirigimos. Así, ese otro nos “humaniza”, en tanto y cuanto que nos dejamos de tratar a nosotros mismos como “vehículos” para lograr un “fin mayor”.
No es cuestión de llegar a desprestigiar a quien invierte toda su empresa en la obtención de una serie de objetivos, sino en realidad, de comprender que la mayor parte de nuestras vidas es un “mientras tanto”. Se trata de un aprender a estar en el presente e incluso a lidiar con nosotros mismos. Piénsese que nunca estamos solos del todo, siempre habrá alguien con quien nos toparemos. Otra cosa es que las identifiquemos como “personas de paso”, o los individuos que portan los “rostros” que representarían una parte indisoluble de nuestras biografías.
Este tipo de cuestiones son la que fueron constituyendo la atmósfera en la que se desarrolla Farisa. Pieza en la que se nos expone cómo se fue afianzando un vínculo que, probablemente, hará que esta “travesía” se extienda hasta el último de los días de sus protagonistas. De cualquier modo, me atrevería a decir que ellos todavía no son capaces de distinguir qué tan determinante ha sido lo que han vivido juntos o si están a punto de cambiar de “rumbo”.
He allí que los movimientos de Danae & Dionysios han sido puestos al servicio de expresar diversos estados mentales y emocionales de sus personajes, los cuales fueron a la par de cómo evolucionaba la relación que había entre ellos, no para cuantificar qué tanto habían avanzado en el momento en que está enmarcada Farisa. Justo esto, es lo que hace de esta pieza algo hermoso y conmovedor.
Celebro dar con trabajos que nos inviten a profundizar tanto como queramos. De tal manera, que “descifrar” una pieza no sea un “reto”, sino algo que cada vez que lo volvamos a “visitar”, se adecúe a lo que estamos buscando en cada momento de nuestras vidas.
Resistance Moviment – MACIEJ KUŹMIŃSKI COMPANY
A lo largo de la representación de Resistance Moviment Daria Koval nos plantea su versión de cómo ella y muchos de sus compatriotas ucranianos, han estado viviendo una guerra que ha cambiado y ha arrebatado numerosas vidas. Sin embargo, esta pieza no procura explicar el por qué de la misma o ampliar conocimientos al respecto de cosas por estilo. Por tanto, a la hora de analizarla, uno ha de focalizarse en el valor que tiene un testimonio en sí mismo.
Ahora bien, Daria Koval y Maciej Kuzminski compusieron un trabajo en el que se expone el cómo el cuerpo de Daria Koval ha digerido todo esto, sin caer en “melodramas” ni una instrumentalización que esté al servicio de los intereses de terceros. Lo cual honra y dota de contenido a Resistance Moviment, en la medida de que ninguno de los individuos de las partes involucradas de esta guerra, quedan deshumanizados.
He allí que el motor de esta creación sea la estilización de las emociones y pensamientos que han estado atravesando a Daria Koval desde hace más de dos años, esto es: la estructura y la ejecución de los movimientos de esta profesional no debe evaluarse bajo parámetros convencionales, porque este trabajo es un “canal” en el cual ella está intentando reconstruirse como ser humano, a pesar de que habite en un entorno que no le ha ofrecido las atenciones que precisa y merece. Por esto y muchas más cosas, estos profesionales se valen del proyecto Resistance Moviment para que de aquí pueda salir algo que le resulte útil de algún modo a toda la humanidad, ya que, al fin al cabo, no hay manera de dejar las cosas tal y como si nada hubiese sucedido.
Si es que “bailar” lo que nos duele o aquello que nuestra mente no alcanza avanzar bajo la finalidad de determinar una conclusión, nos posibilita ir más allá. Quizás se dé el caso de que no consigamos hacerlo universalizable, sin embargo, basta aproximarse a disciplinas como la de la danza butoh, para calibrar lo provechoso que es esto en todos los sentidos.
Y justo lo que hizo que saliese de dudas sobre la calidad de este trabajo, fue la sincera entrega de Daria Koval para con esta causa, lo demás está para fundamentar a Resistance Moviment como una obra de artes escénicas profesional, que debería seguir girando por todo Europa y el resto del mundo.
Vacío Espiritual – RICHARD MASCHERIN
Al igual que en Caer, Caer, Caer, este profesional canario, va configurando una atmósfera que sitúa a su personaje protagonista en una situación en el que ha sido “arrojado”, es decir: él generó un contexto en el que la pieza se va “derramando” durante su representación, situando al mismo como un elemento más del “cosmos”.
Y si se da el caso de que alguna imagen de Vacío Espiritual remite a uno o a varios de sus espectadores a cuestiones relacionadas con su cotidiano, es porque dicha pieza está fundamentada en un profundo trabajo de abstracción sobre el por qué el sujeto contemporáneo se la pasa ingeniándoselas para evitar la sensación de vacío y, por extensión, de soledad. Así, la vida también se convierte en una “trepidante historia” en la que uno se encomienda a ligar una emoción fuerte tras otra, como una forma de esperar a la muerte.
Muestra de que el sujeto en juego deja de ser el “protagonista” de su vida, transformándose en un “extra” de tantos de una película, en la que todo está operando gracias a un “piloto automático” que conduce a un “barco” sin rumbo fijo. Se trata de un sujeto que intenta “fundirse” con una lectura del mundo en la cual se sabe “insignificante” y “sustituible”. Por tanto, ¿por qué no “embriagarse” con una situación que le permite no tener miedo a la muerte y a sus consecuencias? Y llegados a este punto ¿Por qué no hacer “experimentos” sobre los límites físicos y mentales del ser humano con uno mismo?… Es tal el grado de disociación del personaje que interpreta Richard Mascherin que, no es de extrañar, que su forma de desenvolverse en el espacio se lea como una danza.
Por esto y muchas más cosas, Vacío Espiritual me parece un trabajo absolutamente impredecible, divertido, magnético, inteligente…, en que la interpretación de Richard Mascherin y la música en directo de Alejandro Da Rocha pudo haber tenido a su público “comiendo de la mano”, tanto tiempo como ellos hubiesen querido.
La declamación muda –CÍA. MELANIA OLCINA
- Intérpretes: Melania Olcina y Jorge Moreno
Es muy lindo como la exploración escénica conduce a profesionales de la música y la danza a enfrentarse a retos provenientes de “voltear” el cómo su relación se ha desarrollado hasta ahora, incluyendo situar su dialogo en un sitio que, aunque no sea del todo novedoso, sí que está a la espera de que se llegue más lejos, es decir: El formato de una bailarina interactuando con un músico de mil y una formas es algo que ya se ha trabajado, pero una vez que uno se reencuentra con ello cabe preguntarse si los profesionales en juego, nos están contando algo que otros no han atendido lo suficiente (por así decirlo), o no.
Lo cual no desacredita de ningún modo la calidad técnica y creativa de Melania Olcina y Jorge Moreno ya que, al fin al cabo, ellos hicieron pasar un rato maravilloso al público entre sus travesuras y su valía como artistas. Tanto fue así, que una vez que abrí lo anterior en mi “foro interno”, decidí abordarlo para más adelante, porque es un hecho que es un privilegio que ambos se hayan juntado para sacar algo en conjunto, esto es: En ocasiones, las personas que estamos familiarizadas con las artes escénicas vivimos en una permanente tensión que nos jala hacía el deleite de lo que estamos viendo y hacía la evaluación sobre su grado de consistencia, al mismo tiempo. Claro está, si conseguimos conectar/ estar de acuerdo con que se está representando.
Por tanto, presiento que es difícil observar una pieza sin antes adoptar una postura (siendo conscientes o no) que, por otra parte, es susceptible de que uno la cambie si los intérpretes alcanzan a “descarrilarnos”. Personalmente, ellos con su espíritu lúdico y carisma, consiguieron que “bajase la guardia” y me limitase guardar en algún lugar de mis recuerdos esta experiencia: Si en el futuro vuelvo a ver a La declamación muda en vídeo o en un “mal pase”, es similar a haber “desechado” algo que a día de hoy no soy capaz de calcular su valor. A dónde quiero llegar, es que madurar como espectador, persona que analiza estéticamente las piezas escénicas y demás cosas por estilo, supone asumir que quizás haya “techos” que muy pocos superarán dialécticamente.
Lo anterior, no lo digo como una “maldición” o algo “discapacitante”, sino en realidad, con el afán de introducirnos sobre cuáles son los límites y las articulaciones en las que se desenvuelven los espectadores de las artes escénicas. De cualquier modo, celebro que haya sido escogida esta pieza en la Red Acieloabierto, y que quepa la posibilidad de otras personas se levanten de sus asientos sosteniendo una sonrisa de oreja a oreja.
Solas – CANDELA CAPITÁN
- Intérpretes: Rocío Begines, Laia Camps, Mariona Moranta, Vera Palomino y Julia Romero
Sin apenas darnos cuenta, Solas nos va caldeando a una dimensión en la que ver un espectáculo erótico de cinco mujeres siendo transmitido a tiempo real a través de una web, nos consume, no es consumido. Es decir: Si bien es cierto que se presupone que todos los que integramos al público asistimos con plena consciencia de lo que íbamos a ver, Solas nos emplaza en un lugar en dónde nos enfrentamos a todas nuestras contradicciones, en lo que se refiere a la relación que hemos constituido en nosotros hacía los cuerpos femeninos de “belleza hegemónica”.
Yo parto de la base de que hay fantasías que se han ido “homologando” con la pornografía mainstream, a la vez que se han presentado como determinantes a la hora de simplificar y objetivizar a unos cuerpos femeninos sobre otros. Y no es que no haya lugar a incontables filias en lo mainstream; sin embargo, ello responde a una capitalización de los cuerpos de cara a cubrir a todas las demandas de este “mercado”, sin que ello haya desplazado el papel protagónico a los cuerpos más normativizados. De tal manera que, se juega con los deseos legítimos/naturales de cualquier individuo, hasta el punto de que han sido tan “intoxicados” los sujetos que son incapaces de disimular con eficacia sus inclinaciones interiores, que éstos quedan como los únicos “depravados”, no como unos “habitantes” más de una sociedad que lee como una potencial mercancía lo que fuere que se le ponga por delante.
No se trata de reducir responsabilidades a nadie ni de desprestigiar la belleza de esos “cuerpos hegemónicos”, quizás la clave esté en la deshumanización a la que se someten esas mujeres que tratan de monetizar de forma fácil y rápida su atractivo, respondiendo a las carencias de unos individuos que a saber qué es lo que les ha abocado interactuar con esas imágenes, como si no fuesen humanas. Dicho lo anterior, cabe reconocer que este no es formato idóneo para exponer un análisis completo de Solas, dada su profundidad y la cantidad de problemáticas que saca a relucir.
Por ejemplo, si nos detenemos en el vestuario ajustado y el tipo de peinado que portaban las intérpretes; las secuencias de movimientos sensuales que repetían una y otra vez; o la siluetas que dibujaban sus cuerpos en el espacio, comprobaremos que ellas terminaron homogenizadas y, en consecuencia, despersonificadas. En esta línea, el diseño de sonido a cargo de Slim Soledad nos guío durante una experiencia sensorial en la que no era posible apartar la mirada de los cuerpos de las bailarinas (sea viendo el escenario o siguiendo el espectáculo a través de la web), derivando lo que antes era sugerente a algo que “engancha” hasta los niveles más perturbadores. He allí que la labor de montaje y dirección de Candela Capitán ha sido impecable y minuciosa, porque supo hacer llegar los contenidos de Solas a través de sensaciones, no emitiendo un discurso verbal en el que muchos se hubiesen quedado a mitad del camino.