El próximo 17 de octubre se representará en el Teatro Maestranza (Sevilla), La Pastoral, de la mano de Malandain Ballet Biarritz. Desde luego que hay cosas que podrían ser de otra manera, pero no hay duda de que este es un ejemplo del por qué Sevilla es una de las ciudades de referencia en lo que se refiere a la programación en danza.
Dijo Thierry Malandain al respecto de la pieza La Pastoral: “Se trata naturalmente de la 6ª Sinfonía de Ludwig van Beethoven, cuyo manuscrito reza lo siguiente en su epígrafe: «Sinfonía pastoral, o Memoria de la vida rústica, más una expresión de emoción que pintura descriptiva». Traslada un amor apasionado del compositor por la naturaleza: «¡Soy realmente feliz el momento en que puedo pasear a través del bosque, los montes bajos, los árboles, las rocas! No hay hombre que pueda amar el campo tanto como yo» (Carta a Thérèse Malfatti, 1807). Efectivamente, más allá del canto de los pájaros y la tormenta, la Sinfonía pastoral expresa sentimiento, y no tanto una imitación de las cosas. Imbuida de serenidad y profundamente idealista, se pueden contemplar los senderos floridos de la pastoral antigua, la inocencia y la tranquilidad de los primeros tiempos. O aún, planeando como una aureola, las partículas sagradas de polvo de Atenas, ciudad venerada a través de los tiempos por la imaginación de poetas y artistas por haber creado la Belleza. Compuesta al mismo tiempo que la 5ª Sinfonía, que muestra a un ser humano reñido con su destino, abandonando sus remordimientos en la naturaleza, Beethoven resucita a nuestro parecer la Arcadia de la Edad de Oro, «la tierra pastoril donde se vivía felizmente con amor», ¿pero se puede uno distanciar de la realidad? Ligada a algunos motivos de las Ruinas de Atenas y a la Cantata opus 112, titulada Mar sereno y feliz viaje, siguiendo los pasos de un compañero errante, una suerte de héroe romántico, La pastoral evocará la antigüedad helénica, como lugar de nostalgia y perfección artística, del dolor por un deseo sin fin al bienestar de la luz original”.
Habría que añadir que esta pieza fue montada en el contexto del 250º aniversario del cumpleaños de Ludwig van Beethoven, lo cual es un indicio de que si no estuviéramos ante uno de los trabajos de unos de los coreógrafos más reputados Francia, no se le hubiese dado la confianza y el altavoz para el desarrollo de esta pieza, que ha sido un éxito a donde se ha representado.
Claro, les estoy hablando de un profesional que aunque tiene un férrea trayectoria clásica (como intérprete y coreógrafo), siempre ha sabido mantenerse en los márgenes, para así enriquecer trabajos que muestran una danza renovada que no deja de derrochar en gran belleza. y reconocimiento a una herencia digna de sentirse orgulloso. Desde luego su palmares es amplísimo, pero si tan sólo nos acercamos a un par de hechos desde el 2019, nos podemos hacer una idea de quien estamos hablando. Así se expone en la web Thierry Mulandain: “En 2019, Thierry Malandain fue nombrado miembro de la Académie des beaux-arts en la sección coreografía, junto con Blanca Li y Angelin Prejlocaj. Cuatro escaños estaban vacantes, tres estuvieron ocupados. Por su parte, el coreógrafo checo Jiří Kylián se unió a la Académie des beaux-arts en marzo en la sección de los miembros asociados extranjeros. En 2020, Thierry Malandain recibe el Premio Coreografía de la SACD”.