La bailarina y coreógrafa Manuela Nogales celebra 30 años de su compañía de danza estrenando SUMMA el jueves 11 de julio en Teatro de la Maestranza. Tomando como nexo la espiritualidad y sencillez en las composiciones del músico estonio Arvo Pärt, Manuela Nogales involucra en este proceso creativo a dos figuras esenciales: Fernando Romero -Premio Benois de la Danse- y Lucía Vázquez -Premio Lorca y Premio Escenarios de Sevilla a la mejor bailarina-.

 

 

En su libro El ruido eterno, Alex Ross cuenta que para algunos, la extraña pureza espiritual de Arvo Pärt satisface una necesidad más desesperada y brinda un oasis de reposo en una cultura tecnológicamente sobresaturada. Considerado un gigante de la composición contemporánea, es reverenciado y representado como pocos compositores vivos de la actualidad. Su lenguaje tonal minimalista expresa una gran profundidad e introspección, una nueva aproximación a la música espiritual que reduce el material sonoro a lo esencial.

La palabra summa tiene en su origen etimológico el significado de totalidad, que es la que inspira este proyecto. Una evocación hacia la Naturaleza como ese espacio primigenio, sustancial, como conocimiento supremo o compendio de realidades. Naturaleza sentida también como la propia tierra de cada uno, como dicha que no es transmundana, que no anhela nada, espaciosamente corporal, que se sale de tensiones y fuerzas, con la necesidad de ser parte de la sobreabundancia de la luz de la naturaleza. Como sistema de relaciones, ritmos que fluyen y se entrecruzan, múltiples rutas, que a veces no conducen necesariamente a ningún lugar.

El lenguaje de la danza llama a un estado mental específico que invoca a un cuerpo impresivo, siempre haciéndose, ubicado en las antípodas de la complejidad del arte y vida actuales. Aparentemente no solo de respuesta a unas necesidades psicosociales de calma y reflexión, sino también de actitudes existenciales y éticas, como expresión que nos ayuda a crear una perspectiva de trascendencia inscriptiva, aseverando con fuerza esa frontera entre el barro y el polvo de estrellas que somos.

 

Manuela Nogales

 

Arvo Pärt: “…el silencio debe ser abordado con un sentimiento de asombro»

El silencio para un compositor es como un lienzo limpio para un pintor o una hoja de papel blanca limpia para un poeta. Tabula rasa. Por un lado, el silencio es como el suelo fértil, que, por así decirlo, espera nuestro acto creativo, nuestra semilla. Pero por otro lado, el silencio debe abordarse con un sentimiento de asombro. Y cuando hablamos de silencio, debemos tener en cuenta que tiene dos alas diferentes, por así decirlo ‒ el silencio puede ser tanto lo que está fuera de nosotros como lo que está dentro de una persona. El silencio de nuestra alma, que ni siquiera se ve afectado por las distracciones externas, es en realidad más crucial pero más difícil de lograr.