El próximo 22 de marzo se representará en el Teatro Auditorio Riberas del Guadaira (Alcalá de Guadaira, provincia de Sevilla), Niña Dá la Luh, de la mano de Salamandra Cía Teatro Social. Esta pieza que fue dirigida por Piermario Salerno, y es interpretada por Patricia Trujillo y Lola Hernández; está dentro de las programaciones especiales de este mes dedicado a las mujeres.
Lo que he conocido del trabajo de Salamandra Cía Teatro Social, me invita a pensar que nos ofrecerán en escena un trabajo lleno de imágenes poéticas, a veces traviesas, pero no menos frontales con los aspectos de nuestra realidad que les preocupa a sus integrantes. Este es uno de tantos ejemplos disponibles, de cómo desde las artes escénicas se ofrece un servicio público en tanto y cuanto, las cosas que se abordan son de interés general, y asistir a este tipo de trabajos, nos induce a repensar nuestro cotidiano.
En la sinopsis de esta pieza se nos avisa que serán citables todas aquellas personas que entre estereotipos y otras formas de deshumanización, cobrarán dichas vidas otros sentidos y significados (al menos en la conversación de las dos mujeres que protagonizarán esta pieza). Desde luego el tema de la mujer y el cómo se han desarrollado los diversos discursos que la han situado como la alteridad, ha ido cobrando mayor peso en los últimos años. No tanto porque sea una novedad, sino más bien porque una parte de la sociedad ha caído en la cuenta, que estamos en medio de una guerra cultural por la hegemonía discursiva contra los sectores más reaccionarios. El caso es que trabajos como este se perfilan como un ir más allá, de un «simple panfleto» de inspiración feminista.
Como bien queda plasmado en el dossier de Niña Dá la Luh, este espectáculo de Teatro Documental emerge tras un proceso de recopilación de testimonios y experiencias en numerosos talleres y otras actividades emprendidas por esta compañía andaluza, en torno a lo que le ha deparado a la mujer. Eso sí, partiendo de casos particulares para así localizar patrones que nos conduzcan a reflexionar desde lo que tenemos mano. O dicho de otra manera: una suerte de dignificar a las vidas comunes, a las de las personas cuya historia ha sido planteada como sustituible e insípida.
Sin más que añadir, les dejo con un adelanto de Niña Dá la Luh:
Dos mujeres se encuentran en un punto ciego de la historia. Comiendo pipas, al fresco, bajo una luz moribunda. Pero a poco que añaden candela las luces empiezan a emerger… Desde todos los lugares del mundo y todos los momentos de la historia. Siempre están ahí. Ellas, las protagonistas.
Artistas, actrices, novelistas, poetas, filosofas, científicas, deportistas, aventureras, políticas, mujeres racializadas, empobrecidas, precarias, de pueblo, bolleras, madres y abuelas, putas (pero madre y puta nunca a la vez), pucheros con hierbabuena, mesa camilla, anís, silencio. Gente sin dinero, sin casa, sin título, los ná, la gente «rara», la gente, sin más. Hombres con brilli brilli, con turbante, niños sin piernas, niñas sin lazos… Desde todos los lugares del mundo, y en todos los momentos de la historia.
Obra de teatro documental acerca de mujeres debajo de una farola …
Como lagartijas en las noches de verano, arrimándose a la caló de la luh a comer moscas y hacer a mi madre correr para cerrar las ventanas, que no entren bichos.