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En esta segunda parte de la entrevista que le hice a Sandra Ortega, iremos más allá de los que fueron los primeros años de la trayectoria profesional de esta bailarina, creadora y docente andaluza. Pues, conviene poner esto en diálogo con lo que ella ha ido constituyendo en sí misma y su entorno, gracias (entre otras cosas) a su firme apuesta por la promoción y el impartir lecciones del Método Feldenkrais en Sevilla.

Lo anterior, hace referencia a una filosofía que debería servirnos de base para reivindicar que los profesionales de lo escénico, no sólo son creadores, intérpretes, programadores, etc.…, sino personas con la capacidad y la responsabilidad de aportar sus reflexiones y conocimientos. Les hablo de una persona que es presente, y que ni nosotros ni ella, sabemos qué de cosas nos está por ofrecer en el futuro en favor del crecimiento de la danza. Sin olvidar, que Sandra Ortega no ha dejado de lado su faceta como intérprete y creadora, basta acercarse a los dos montajes que ha interpretado bajo la dirección de Raquel Madrid en Dos Proposiciones Danza-Teatro, o S.P.A.C.E. Esta última, fue un dúo con Seifeddine Manai, que aún le espera tener mucho más recorrido del que ha conseguido hasta ahora.

Desde luego, el Método Feldenkrais ha sido decisivo para que cuando ella habla de un sano trato al cuerpo, sin posible separación de la mente, en todos los ámbitos de la vida de un ser humano; de la búsqueda de la calidad y eficiencia de movimiento no solo en disciplinas albergadas en las artes escénicas, las artes marciales o el deporte, también en la vida cotidiana; una forma diferente de ganar autonomía con nosotros mismos… Estos son varios de los principales beneficios, que tenemos a nuestro acceso a través de la práctica de esta metodología llamada Feldenkrais.

Por tanto, les dejo con lo que fue mí primera entrevista de la temporada 2022-23 en ACHTUNG!:

-Al tiempo dejas la compañía Rosas, y de repente aparece la pieza Pacto de Fuga (2017) de Dos Proposiciones Danza-Teatro/ Raquel Madrid, lo cual supone un salto hacía un nuevo contexto en que esta pieza se dirige al público diferente, y se trabaja con un formato diferente. Es decir: pasas de una compañía que pertenece a la elite, a una creación de una profesional conocida en España y que ha tenido varias proyecciones a nivel internacional.

Yo me incorporé a este proyecto haciendo una sustitución (en un principio estaban junto a Raquel Madrid, Laura Lizcano y Laura Morales). Por otro lado, Pacto de Fuga supuso un cambio que necesitaba dado que me inclinaba a no seguir “quemando la mecha”, que correspondía al lugar de donde había estado trabajando hasta aquel momento.

Me vino muy bien cambiar el ritmo, el contexto, el país, la directora… y encima me ha encantado bailar para veinte personas en una localidad como Umbrete (provincia de Sevilla). Personas que en muchos casos, no conocen y no entienden que se está representando, pero te están mirando a los ojos a dos metros de distancia. A diferencia de esos cuatro mil pares de ojos a los que nos enfrentamos en Rosas, en Taiwán en un teatro en Taipei. Momento en el que sólo veía cabecitas súper pequeñas, aplausos al final…, hechos que fueron mi rutina durante los años que estuve en compañía grandes.

Esto me ha llenado espacios que se habían vaciado después de tantos años. Empezando por la cerveza que te tomas después de bailar, pasando por un “felicidades” de personas que no saben muy bien cómo hablarte después de lo que vieron sobre el escenario.

Sin olvidar tras su profesionalismo, la calidad humana que tienen los componentes de esta compañía, mis compañeras Raquel Madrid y Anna Paris.

-Asimismo, en Dos Proposiciones Danza-Teatro has interpretado P de Partida (2020). Hecho que me ha hecho preguntarme, que aunque no seas una profesional con una edad avanzada, tu trayectoria es lo suficientemente amplia, como para reflexionar sobre el contenido de esta pieza desde el lugar de una persona ya veterana.

Hablo de esa sensación de que día tras día, se repite el contexto (más no lo que sucede en el mismo) de estar tras bambalinas para representar un trabajo de artes escénicas en un teatro. Esa dinámica planteada de manera tan inteligente por Raquel Madrid, donde uno pudo haber abordado dicho contexto de otro modo, pero uno se sigue comportando como si no hubiese mucho más en ese mismo “carril” en el que uno se desenvuelve.

¿Qué reflexiones te han venido al enfrentarte a una pieza en la que se hace alusión directamente, a un contexto en el que has estado incontables veces? Lo digo porque ya han pasado una serie de años, de cuando estabas dentro de esas enormes giras en Rosas y demás.

Yo me lo he planteado sintiéndome bastante ajena a lo que comentas. A lo mejor he pasado por ciertos ciclos, pero ese cansancio que se procura transmitir en P de Partida, donde intentas avanzar pero parece que estás en el mismo sitio, o si una avanza ello en realidad no está bajo nuestro control.

A mí me gusta vivir las experiencias en el “aquí y en el ahora”, lo cual las hace únicas. Aunque entres en una rutina de verte poniéndote de nuevo en un lugar que te hace hacer los mismos pasos, los encuentros nunca son iguales. A veces las compañeras de elenco no son las mismas, éstas no tienen el mismo físico, la misma energía, la capacidad de concentración no está como el día anterior, la escucha que recibes del público es diferente… no siempre existe el mismo punto de partida.

S.P.A.C.E. Foto. Lolo Vasco

S.P.A.C.E. Foto. Lolo Vasco

 

-Para finalizar esta parte de la entrevista, he de preguntarte por S.P.A.C.E (2021), pieza que hiciste hombro a hombro con Seifeddine Manai, en el contexto de la inauguración de una exposición de pinturas de Juan Carmona Vargas (junto a la representación de Jairo de Álvaro Frutos y Será Paisaje de Natalia Jiménez Gallardo), en las que las mismas plasmaron en este formato, fotos de varios espectáculos de danza contemporánea que fueron programados en Sevilla.

S.P.A.C.E no da margen a pensar que es un trabajo cerrado, dado que aún ustedes pueden hacer muchas más cosas sin que ello signifique echar para atrás nada, y dejar un “borrón”. De hecho, ustedes dos se complementaban muy bien, no sólo a nivel de presencia escénica; sino que además, en lo que fue la composición del espacio por la que ustedes se desenvolvieron durante el desarrollo de S.P.A.C.E.

La clave fue dejarlo todo en su justa medida, crear una energía al límite de estallar su recipiente y mantenerla contenida todo lo que fuera necesario, generando un ambiente donde el espectador no pudiera ni quisiera predecir lo que iba a pasar y se sintiera parte del proceso de transformación y equilibrio del espacio.

-¿Qué planes tienen ustedes con esta pieza?

La verdad que por ahora la hemos movido poco. Empezando porque yo he estado intentando construir aquí en Sevilla mi proyecto en torno al Método Feldenkrais, ya que no dudo que hay mucho potencial en ello y mi inclinación por compartirlo es enorme, es donde me veo en el futuro.

Y en el caso de Seifeddine Manai, él ha estado atendiendo ciertas cosas en el extranjero. No obstante, nos hemos vuelto reunir para interpretar la pieza e incluso hemos recopilado el material de la pieza y del proceso de creación para hacer una pieza de una hora de duración. Asimismo, estamos trabajando para mover esta versión corta de la obra, sobre todo, en museos.

-Ya que sacas el tema del Método Feldenkrais ¿Qué hace que tú te decantes por recibir una formación especializada de este método? En vez de acudir a un par de cursos intensivos porque esto te llamó la atención, o algo por el estilo.

La primera persona que me introdujo en la práctica de este método fue Chrysa Parkinson, que nos dio durante cuatro años clases de técnica, y varios talleres de investigación en P.A.R.T.S. Y siempre me llamaba la atención lo diferentes que eran los formatos con los que impartía sus contenidos, donde no era lo típico en el que hacía un calentamiento, luego unos pliés, etc.…, sino que sus clases eran más parecidas a un laboratorio en donde aprendíamos a observarnos en movimiento, por más que eran clases de técnica de danza. He allí que nos planteaba clases de la técnica Alexander, Klein o del Método Feldenkrais.

Cuando decido dejar de trabajar a un ritmo que te expone a mucho desgaste y muchas lesiones, me puse a buscar la manera de poder lidiar con todas esas dificultades y molestias a nivel físico, sin tener que recurrir siempre a un especialista. Reflexionando al respecto, me di cuenta que este tipo de trabajos me entusiasmaron en su momento, me dieron mucha curiosidad, y me apetecía profundizar en ello. Y así empezar a entender quién soy, el cómo funciono y qué hacer para estar mejor cuando tengo problemas o dificultades.

-Ya dentro de la formación especializada de este método, supongo que pasaste por un proceso de reencuentro con tu cuerpo, y con tu persona en consecuencia…

Claro. Aprendes a reconocer lo que haces y sobre todo cómo lo haces. Primero dentro de tus recursos y competencias, y poco a poco mejorando y encontrando nuevas fórmulas, puesto que reconoces qué opciones están por investigar y te puedes lanzar sin miedo al error. El error no es un mal paso, es un aliciente para buscar alternativas y nuevas opciones.

Al mismo tiempo, esta formación te lleva por un proceso que nos sirve de base para, si luego quieres dar clases, puedas guiar y favorecer que tu alumno recorra ese desarrollo personal. Por eso considero que esos cuatro años de formación especializada son imprescindibles, dado que vas transitando por muchos cambios y retos, y también muchos momentos donde dices “Eureka”, dándote cuenta de la importancia del proceso y del llegar ahí por uno mismo. Llegando a conclusiones, no porque te lo hayan dicho y ya, sino porque una ha conseguido comprenderlas por sí misma.

“22:22” Documental dirigido por Charlotte Ginsborg. Coreografía Kirill Burlov

“22:22” Documental dirigido por Charlotte Ginsborg. Coreografía Kirill Burlov

 

-Me imagino que te habrás encontrado algún alumno que te haya dicho cosas como: “yo ya llevo unas dos o tres sesiones del método Feldenkrais, y no termino de sentirme cómodo” ¿Qué le dirías a esa persona?

Te encuentras a personas que les resulta muy extraño y poco familiar el tipo de ritmo y escucha o atención que requiere este método. Por ello, lo primero que le diría es que comparta conmigo qué son esas cosas, esas sensaciones que están haciéndole sentir incómodo, para así conocerlos un poco más y buscar soluciones juntos.

Esto forma parte del proceso de aprendizaje regular, es decir: hay momentos en que vas más rápido, y otros en los que te quedas desorientado. El método Feldenkrais simplemente te pone en esa situación en la que puedes reconocer si la dificultad la genera el entendimiento del movimiento o es porque tienes alguna duda, sensación o emoción desconocida. Independientemente de esto, esta situación conducida con respeto hacia las necesidades de uno mismo, es muy constructiva. Como digo, ahí es donde buscas alternativas y enriqueces el proceso.

Cuando lees las clases de Moshe Feldenkrais (el creador de este método), destaca que el baremo de lo que estás haciendo, o un primordial, es tu comodidad, tu placer, tu satisfacción personal de lo que estás haciendo. Si en algún momento te has sentido incómodo, sé consciente que en este espacio generado en clase, puedes ser autónomo y tienes toda la libertad de decir “por aquí no”, “por aquí sí”, o “por aquí no, pero le voy a buscar otro camino”.

Es curioso que esta metodología parece ser muy extraña, porque te da lo que se podría definir como “tiempo mental”, en la que no se invierte mucho esfuerzo, solo el trabajo necesario (cosa que parece ser norma a día de hoy para conseguir algo: nada es suficiente si no te esfuerzas al máximo).

-Como has mencionado, en los tiempo que corre, sacar a relucir métodos como el Feldenkrais resulta un tanto intempestivo, siendo que estamos en un contexto en el que toda solución ha de ser directa, en la que se han de acelerar procesos… que si esto es llevado a todos los ámbitos, te conduce a reproducir lógicas en las que uno termine consumiendo su propia vida. Es decir: percibir la vida de uno como si fuese un objeto de consumo.

Eso que dices, responde a la pedagogía que tenemos hoy en día en las escuelas. Estas metodologías están basadas en cumplir una serie de objetivos (que en muchos casos, no son los tuyos, sino son los de personas externas). Es cierto que esto te da un propósito, mientras el Método Feldenkrais está orientado hacia el proceso, dado que lo interesante en por dónde pasas, el cómo pasas, cómo vas encontrando alternativas al problema en cuestión, etc… Quizás el propósito cuando te aventuras en este método es la propia mejora del potencial personal, que no tiene límite cuando te enfocas en la calidad del proceso, en mantenerte en la curiosidad por dicha aventura.

Retomando el tema de la incomodidad, o quizás la frustración que te puede llegar a la hora de buscar conseguir algo… , todos esos mecanismos están funcionando, digamos, “comportamientos parásitos”. Comportamientos que no te llevan a dónde quieres ir, ya que te están limitando y encima desviando tu energía mientras lidias con ellos. Ejemplos como la timidez, la frustración, la ambición…, no te dejan estar realmente en el momento en el que estás como quieres estar.

-En un mundo tan competitivo como lo es el de danza, este tipo de lógicas no pertenecen al camino “más eficaz” para alcanzar el objetivo que uno se ha marcado. Por ejemplo: superar esa audición, montar una pieza en pocos meses porque se tiene un tiempo limitado de residencia… Y de repente viene alguien, te dice que esto además repercute en tu relación con tu cuerpo, quizás piense: “esta persona de qué me está hablando, si yo llevo más de veinte años en el mundo de la danza”.

Claro. Y yo llevo desde los cuatro años estudiando el movimiento, y en el camino me he dado cuenta que esto ha de ir en paralelo, o terminas jubilándote antes de tiempo.

Para un bailarín es bonita esa idea de encontrar tus límites y superarlos, y si “el otro puede, pues yo más; aunque yo me esté reventando el pie”. Por supuesto, hay traumas más o menos cruciales, pero qué pena que no haya tenido antes la visión que tengo ahora, porque a mí no me han educado en el mantenimiento de mi salud.

P de Partida. Foto Rafa Núñez Ollero

P de Partida. Foto Rafa Núñez Ollero

 

-¿Cómo introducirías este tipo de formación en los conservatorios profesionales?

En realidad lo introduciría desde la guardería, desde que tenemos pocos meses de vida. De allí viene que esté haciendo una colaboración con el espacio socioeducativo Avanti Kids (Sevilla), que trabaja con pequeños de hasta 3 años a los que acompaño para mejorar sus habilidades en sus propios procesos de desarrollo neuromotor.

Por ejemplo, están estas familias con niños a los que se les aconseja una atención temprana porque no se considera que estén logrando cumplir una serie de cánones o pilares del desarrollo en las franjas de edad en las que se ha resuelto que deben ocurrir, por lo que se estima que llevan un retraso en su proceso. Respecto a esto, el método Feldenkrais aporta un proceso muy constructivo y efectivo para desarrollar sus habilidades desde muy temprano.

-¿Y en los casos en los que a uno le encomiendan, a “reproducir fielmente”, un ejercicio en una clase de danza? Incluyendo los momentos en que la profesora te dice: “ahora haced los pliés que hemos estado trabajando estos días”. Sin que la misma se detenga cuál es el modo que integre cosas como la prevención de lesiones, una correcta ejecución de movimiento, entre otras cosas.

Al Método Feldenkrais le veo claramente potencial para trabajarlo en paralelo con cualquier otra cosa que te apetezca, que te apasione. Moshe Feldenkrais nos indica que su método te puede dar más libertad al acercarte a encontrar más maneras de realizar una misma cosa. Mas la madurez que te puede dar este trabajo desde muy temprano, ello ayuda a tener más claridad y eficiencia a la hora de afrontar un ejercicio de tendú en una clase de ballet, que tienes que resolver rápido. Sabrías sentirte haciéndolo y reconocer la manera más eficiente en cada ejecución.

Con este trabajo se consigue hacer más y mejor con menos esfuerzo, llegas a saltar mejor, a sentir las piernas y los brazos más livianos, a respirar con más fluidez y que realmente sirva de apoyo a la acción, a elongar los músculos aprendiendo a soltar tensiones innecesarias…

-Suena paradójico lo que dices, porque con la práctica de la danza clásica uno va quitándose vicios del cuerpo, siendo que uno no ha incorporado adecuadamente ciertas cosas. Sin embargo, si se llegan a confundir los medios con los fines en danza clásica, ello sólo te convierte en un “buen ejecutor” (en el mejor de los casos), perdiéndose el sentido y el significado de incorporar un batido de pies después de un ensemblé.

Con lo que comentas, parece que este tipo de filosofía ayuda a comprender mejor la práctica de la danza clásica.

Yo localizó en varios bailarines de danza contemporánea (dejando a un lado sus respectivas historias personales con esta disciplina) una falta de comprensión de lo que es danza clásica, o mejor dicho, de la gran diversidad de maneras en cómo se puede enfocar. Quizás la práctica del Método Feldenkrais es un recurso para “redimirse” (si se me permite la expresión) de algunas malas experiencias con la danza clásica.

Claro. Aquí podemos hablar de prevención de lesiones, como de dar paso a hacer algo más complejo. Por ejemplo: si se quiere ir más rápido haciendo una batería en los saltos, teniendo tensión en las manos o reteniendo la respiración, uno termina entorpeciéndose. Por ello es preciso reducir al máximo las tensiones que no se necesitan, con la finalidad de que a la larga, se apunte a incrementar la dificultad y el refinamiento en los ejercicios que se hagan.

Al final, lo que aporta calidad al proceso de aprendizaje es, el darse el tiempo suficiente para explorar un paso antes de ir al siguiente nivel, y hacerlo más complejo, o darse la oportunidad de volver a ese paso anterior para reafirmarlo cuantas veces sea necesario. Además, todas esas tensiones innecesarias, esa energía que uno lleva dónde no tiene que ir, la mayoría de las veces se queda y se disipa en forma de daño y de dolor en las zonas que estaban haciendo ese esfuerzo, sin que fuese realmente útil (estoy hablando desde la visión del Método Feldenkrais).

Este método se basa en hacer menos para conseguir más, o dicho de otra manera: ir más despacio para poder sentir más. Así se baja el “ruido” con la idea de agudizar la atención de cada uno y entender realmente como se está haciendo lo que se está haciendo

La clave es encontrar el cómo te organizas y llegar a experimentar algo que es obvio, somos un Todo, un “sistema” dice el doctor Feldenkrais. La dicotomía mente/cuerpo no es concebible, porque no sólo estamos hablando de partes relacionadas de algún modo entre sí; sino que esto es un Todo que está en funcionamiento. En donde estaría incluida tú forma de moverte, tú forma de pensar, tú forma de sentir, y lo que genera en el campo de tus emociones: Es tú accionar en el mundo, tu acción con todo esto por delante.

Bolero. Los Ballets C de la B MonkeyMind Company

Bolero. Los Ballets C de la B MonkeyMind Company

 

-¿Esta antropología que está albergada en el interior del Método Feldenkrais, vino antes de que Moshe Feldenkrais fuese desarrollando este método, o es posterior a la elaboración de un marco teórico determinado?

Como decimos cuando me junto con mis colegas de estudio, no hay teoría en este método sin su práctica.

-Entonces ¿Cuáles son sus pilares?

De varias de las cosas que hemos hablado, podemos retomar la importancia del “cómo” haces lo que haces, no tanto el “qué” estás haciendo (poniendo el foco en el sentido kinestésico: un percibirse durante la ejecución del movimiento). Por otra parte, está el volver a una etapa anterior del proceso en el que se está inmerso, cuando se encuentra alguna dificultad o se quiere reafirmar y explorar aún más algo ya familiar…

-¿Estás hablando de un “reaprender” ese movimiento, o te refieres a los momentos en que te quedas “atascado” en su proceso de aprendizaje?

Imagínate a un niño pequeño que está aprendiendo a ponerse de pie. En un momento determinado se agarra a algo y se pone de pie, e incluso puede permanecer en ese estado sin sujetarse a nada. Pero no deja de gatear porque ya caminé, y lo sigue haciendo muchísimo a pesar de que la familia le incentive a caminar sobre sus pies ya que le vieron hacerlo.

En lo que aquí hay que fijarse es que ese niño está volviendo atrás por algo, que aún no se sentirá con la confianza suficiente para dejar de lado ese paso previo, que quiere tenerlo más consolidado, dándole todas las vueltas que tenga que darle.

Si volvemos a la danza clásica, no se puede hacer un doble batido en un salto si hay que mejorar el plié (Esto sería uno de los pilares de la filosofía de este método).

Asimismo, está esa idea de integrar todas las partes y los planos que parece que transciende a algo más allá de lo que se está haciendo. También está el movimiento reversible, es decir: el que se tenga la capacidad de hacer un mismo movimiento tanto hacia adelante, como hacia atrás (incluso poder pararse y cambiar la dirección, desviarse en cualquier momento).

Sin olvidar que también está el “juego” y la curiosidad. Esto está relacionado con la investigación de las etapas más tempranas de nuestro desarrollo. Por ejemplo: un niño que “de repente” se pone de pie, no estaba pensando en que “me tengo que poner a caminar” (como si hubiese un objetivo concreto por delante suyo), este niño está inmerso en sus vivencias, o sea, que está explorando si está o no en el camino correcto según sus propias sensaciones, y lo que va considerando útil o no para llegar a satisfacer su intención de coger algo o llegar a algún lugar.

En definitiva, la clave está en estar en las etapas de manera íntegra, con la finalidad de hacer accesibles todas las opciones y alternativas.

-¿Este método está codificado a la hora de impartirlo, o por el contrario, existe un margen a personalizarlo a modo en cómo lo entienda quien facilite las sesiones de formación?

Está abierto a ser adaptado siguiendo unos principios.

Colaboración con Avanti Kids

Colaboración con Avanti Kids

 

-De cualquier forma, Moshe Feldenkrais dejó disponibles una serie de “manuales” (por llamarlos de alguna manera) que están compuestos por numerosos ejercicios, para una correcta práctica de este método.

Lo que se encuentra en los mismos, es una metodología de trabajo. Hay practicantes y profesores del método que comentan que “Moshe sabía muy bien lo que estaba haciendo”. Y es verdad que cuando te pones a hacer una y otra vez la misma clase, te das cuenta que hay un montón de capas. Es que sin que apenas puedas caer en la cuenta, Moshe Feldenkrais en ocasiones te está llevando a pensar en cosas muy transcendentales, y otras muy tangibles.

Desde mi punto de vista, Moshe elegía a conciencia sus palabras al dar sus clases. Y al mismo tiempo, pienso que este método está hecho para adaptarlo al espacio de aprendizaje y a aquel que viene a él buscando una mejora. Lo cual está relacionado, con nuestra capacidad innata de amoldarnos al medio de acuerdo a lo que necesitemos.

Por tanto, siempre que se actúe acorde a estos principios básicos, una puede adaptarlos hacia un camino concreto al cual una se dirija.

-A lo largo de la historia de nuestra cultura occidental, el cuerpo se ha dejado en un segundo plano, hasta el punto de que se le ve como algo que nos “entorpece”, en el ejercicio de alcanzar nuestros propios propósitos.

Así se fue constituyendo una suerte de imaginario en el que lo, aparentemente intelectual, está por encima. Por ejemplo: hay que mover así la rodilla para que este movimiento se haga de un modo realmente eficiente. Pero en realidad, como hemos hablado, somos un Todo.

Lo anterior, hace que el levantarse de una silla (como llegó a sugerir Moshe Feldenkrais, en alguno de sus textos) sea algo “misterioso”. Afirmación que sería más propia de un ingeniero que está estudiando el cuerpo humano, entendiendo a éste como si fuese una máquina diseñada desde un absoluto refinamiento.

Yo te hablaría acerca de lo que he empezado a comprender a raíz de estudiar este método, que hay muchas maneras de organizar un sistema y que no todas son eficientes.

Nuestro sistema nervioso lleva desarrollándose unos quinientos millones de años, o sea, imagínate la inteligencia que tiene el mismo a nivel biológico. A dónde quiero llegar, es que éste nos resuelve problemas muy importantes para garantizar nuestra propia supervivencia, Por ejemplo: si ves que está a punto de caerte encima un piano, tú no piensas con qué pierna empezarás a moverte. Tú cuerpo reacciona en correspondencia a una asimetría o un uso asimétrico de nuestra estructura y que tiene una funcionalidad, como lo es acudir más a tu mano o tu pierna dominante.

Asimetrías que en ocasiones, parece que estamos intentando borrar, con la idea de hacernos totalmente iguales de un lado y del otro: no digo que no se deba explorar esta idea de simetría, pero que todo esto tiene su propia razón de ser.

A lo largo de nuestras vidas, nosotros vamos lidiando con nuestros traumas y accidentes, dificultades, hábitos (los cuales algún día nos sirvieron, pero no tienen por qué seguir sirviéndonos ahora a pesar de seguir siendo nuestra forma de proceder)… Todo esto al final, hace que uno mismo aquí y ahora, en realidad, no funcione de manera tan eficiente como podría.

Por tanto, menos mal que el sistema nervioso es tan inteligente que te permite sobrevivir para llegar a una edad avanzada. Lo interesante de todo esto, es comprobar cómo de eficiente se puede ser para hacer algo. Digamos que al igual que el sistema nervioso es así de inteligente para responder ante un peligro, también éste está construido de tal manera que uno puede seguir adaptándose, seguir mejorando (en el sentido de tener más salud) y aprendiendo hasta que uno se muere.

Pacto de Fuga. Foto: Steven Pisano

Pacto de Fuga. Foto: Steven Pisano

 

-Esto me conduce a hablar de la rehabilitación. Es decir: un cuerpo que lleva unos cincuenta, sesenta años…, se puede asociar con un cuerpo que más que estar en sus últimas, ya no está en las misma condiciones de cuando éste tenía veinte o treinta años. Tiene a su disposición un camino para regenerarse.

En esta línea, comenta Moshe Feldenkrais que el llegar a una edad muy avanzada, no quiere decir que perdamos nuestra capacidad de mejora, el caso es que hasta ese momento de madurez hemos ido adquirido muchas herramientas y aún seguimos teniendo la capacidad de reorganizarlas para hacer un uso mejor de nosotros mismos.

Me parece una visión muy esperanzadora y un aliciente para disfrutar del proceso de la vida.

-¿Hasta qué punto rehabilitar una parte de nuestro cuerpo a través de este método, está más allá de superar una dolencia o pérdida de facultades de la misma?

En mi experiencia con la evolución de mis lesiones y la práctica de este método, he reconocido zonas de mí que estaban haciendo más de lo necesario para ciertos movimientos, o zonas que estaban a “oscuras”, o que sentía que estaban “dormidas” y que por esa falta de sensibilidad o atención, no estaban siendo útiles. A este despertar le han acompañado emociones muy satisfactorias, llegando a experimentar como sensaciones que hasta entonces quedaban “dormidas” estaban haciendo que aquellos movimientos que eran difíciles e incluso dolorosos se hicieran más fáciles y agradables de llevar a cabo. Así también se reconoce la sensación de capacidad, de vitalidad (como que se tiene más ganas de hacer, actuar, de pensar sobre nosotros mismos de una manera diferente) Esta ha sido mi experiencia hasta ahora.

-¿Hasta qué punto este método es conocido y utilizado por fisioterapeutas, neurólogos y demás profesionales del campo de la salud?

Varios compañeros que se han formado conmigo en el Método Feldenkrais e incluso profesores formadores del método que son fisioterapeutas, neurólogos o psicólogos. Al mismo tiempo, he de decir que hay investigaciones científicas que lo han estudiado, hay especialistas que lo aplican, hay especialistas que lo recomiendan a modo de rehabilitación o mantenimiento… Además creo que en Israel (donde Moshe Feldenkrais desarrollo gran parte de su trayectoria), se usa para la rehabilitación.

Este método no se considera como una terapia (aunque puede llegar a ser terapéutico), sino como un sistema de aprendizaje.

-A pesar de que resulte más intuitivo que este método esté dirigido a profesionales que trabajan con sus cuerpos (bailarines, deportistas, gente que se dedica a las artes marciales, etc…), esto es de interés general.

Este método está dirigido a todo aquél que se mueve o que es capaz de pensarse y visualizarse en movimiento.

Hay anécdotas que te van contando los formadores (sea de ellos mismos, de Moshe Feldenkrais, o alguno de sus alumnos directos), que te hablan de mejoras en personas que habían perdido gran parte de su capacidad motriz. He ahí que Moshe aplicara su método a personas que habían padecido algún trauma o parálisis cerebral, y que a día de hoy se siga reconociendo su aporte positivo en estos casos.

 

-En junio de este año emprendiste y fuiste la facilitadora, en el I Encuentro Feldenkrais Sevilla ¿Has hecho algún balance de dicha experiencia?

Es maravilloso poder dar un poco más de tiempo a las sesiones grupales (dado que normalmente, he facilitado sesiones de una hora o sesiones individuales, aquellas que se hacen sobre una camilla y a las que llamamos “Integración Funcional”). También fue muy enriquecedor el hecho de dar la oportunidad a mis alumnos habituales y a la gente nueva que venía a probar, de tener una experiencia del proceso más profunda. Es decir: es interesante dejar varios días entre una clase y otra, porque se van notando e integrando los cambios percibidos. Al mismo tiempo, al dar varias lecciones de algo más de una hora en un periodo corto de tiempo, revela otras cualidades del proceso y se da la oportunidad de pasar por varios lugares, en lo que se refiere en cómo uno se organiza en lo físico y lo mental. Se comienza a descifrar que esa porción del movimiento a la que se focalizó la atención durante una lección, te da pistas para la siguiente lección, y te resuelve alguna duda de la anterior. Vas viendo como estas pequeñas aproximaciones a un movimiento, forman parte de uno más grande, y es algo en lo que todo lo que te hace a ti, está involucrado.

-¿Cómo se te presenta la temporada 2022-2023 con respecto a tus sesiones del Método de Feldenkrais?

Yo estoy muy motivada. Desde hace unos años le estoy dando forma a este proyecto de Feldenkrais Sevilla, lo cual hace que a día de hoy, siga impartiendo las clases regulares entre semana en diversos centros de educación en danza de Sevilla y de rehabilitación, que hay interés por varias instituciones relacionadas con el estudio de las Artes Escénicas de crear algún proyecto paralelo a sus actividades académicas, y veo que cada semana están viniendo personas nuevas a mis sesiones, y lo bonito de esto, es que el que viene se está quedando.

Seguir con las sesiones privadas de Integración Funcional, las cuales son más personalizadas y en las que se enfoca la lección a la petición del alumno, que le sea un aprendizaje significativo según sus intereses y necesidades.

-¿Quizás te pueda venir una persona a una de esas lecciones individuales, diciéndote que tiene un problema con su espalda?

Ahí podríamos observar juntos cómo se mueve esa persona y esclarecer algo que le haga comprender cómo moverse mejor.

También he de dejar claro, que no es imprescindible acudir a las lecciones de Feldenkrais con algún tipo de dolencia, lesión, etc… Porque este método se basa en mejorar la manera en que haces lo que haces, por eso que haya compañeros de mi formación que están trabajando con deportistas de élite para mejorar su juego y sus marcas. Queremos dirigirnos a ese margen de mejora en la persona, lo que hace que una sesión de aprendizaje no tenga como finalidad llegar a un lugar concreto (como sería el propósito de quitarse un dolor). Puedes ver así, que buscar la mejora no tiene límite, y si lo hay, parece que mientras más se mejora, más se aleja el límite. A dónde quiero llegar es que, desde mi entendimiento de la mejora, si te pones objetivos concretos es posible que te estés quedando a medias de lo que eres capaz de hacer por limitarte en cumplir ese propósito.

Las clases grupales el alumno va prestando atención a lo que va haciendo y va explorando que es lo que más le puede interesar o puede encontrar útil de la propuesta que se ofrece.

Clase grupal

Clase grupal

 

-Dejando de lado tus clases regulares o algún curso intensivo del Método Feldenkrais ¿Tienes programado realizar otro tipo de proyectos en esta nueva temporada?

Tengo en mente lanzar el II Encuentro Feldenkrais Sevilla, también tengo unas colaboraciones que están en proceso con practicantes de yoga, que conozco su enfoque (el yoga lo he practicado desde los veinte años y recurro a él muy a menudo), para hacer un proyecto común. Por otro lado, me gustaría continuar con mis lecciones en el espacio de Avanti Kids, lo que me lleva a decir que tengo la idea de especializarme en trabajar este método con bebés (alumnos que me generan mucha curiosidad por el movimiento, y me produce mucha satisfacción

cuando veo sus carcajadas de alegría cuando descubren cómo hacer algo que llevaban un rato buscando, como ese “eureka” repentino del que hablaba al principio)…

Asimismo, busco entretejer el bagaje de Moshe Feldenkrais con alguna práctica de artes marciales. El mismo Moshe fue discípulo del fundador del judo, el maestro japonés Jigoro Kano, y fue el primer occidental en aprender el judo para difundirlo. Está claro para mí que podría aportar mucho aplicar esta metodología con personas de estas disciplinas. En conceptos como la integridad y eficiencia en el uso de uno mismo y en referencia al oponente… son cosas que me resultan muy atractivas.

En lo que tiene que ver con la danza. Seguirán las clases de danza y Feldenkrais, continuaremos trabajando junto a Seifeddine Manai en la propuesta escénica de S.P.A.C.E. y en otros proyectos, como también, estamos maquinando algo nuevo junto a Anna París y Raquel Madrid.

-¿Quieres decir que están montando algo nuevo aparte de estar con la continuidad de Pacto de Fuga con Dos Proposiciones Danza- Teatro?

Sí, Pacto de Fuga, y P de Partida siguen adelante. Y sería muy feliz si con el equipo de P de Partida nacieran nuevos proyectos.

 

 

Sandra Ortega: “A raíz de actuar muchas veces, se hace difusa esa sensación de que hay una ‘barrera’ con el público”.

 

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