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Los próximos 12 y 14 de junio se representará en los Teatros del Canal (Madrid), Story, Story, die. De la mano de Alan Lucien Øyen/Winter Guests . Una de las varias citas que nos está ofreciendo la 37º edición del Festival Madrid en Danza, tentándonos a que dejemos para más tarde cualquiera de algunas de nuestras ocupaciones pendientes.

Según la información que está disponible en la red de Alan Lucien Øyen, él es un coreógrafo, escritor y director noruego que ha conseguido que su compañía Winter Guests, haya alcanzado fama internacional. La trayectoria de dicha compañía se lleva desarrollando desde el año 2006, habiendo actuado en alrededor de quince países. Sus montajes contienen un carácter multidisciplinar que reúne actores, bailarines, escritores, escenógrafos y técnicos, recorriendo obras teatrales en inglés para el escenario internacional. Desde 2009, sus obras han sido escritas y desarrolladas junto con el dramaturgo y director británico Andrew Wale.

Alan Lucien Øyen ha ganado varios premios, tanto por sus trabajos coreográficos como por sus producciones teatrales. Su obra de seis horas de duración, “Coelacanth”, (coescrita con Andrew Wale), le valió el prestigioso premio HEDDA, ​​(Premios de Teatro de Noruega), a la Mejor Obra Original, así como otras tres nominaciones, incluyendo Mejor Director y Mejor Obra. Asimismo, el mismo recibió el premio Wilhelmsens Opera og Ballettpris (2018) por desafiar el contexto tradicional de la ópera y el ballet con sus obras de teatro originales.

En paralelo, Alan Lucien Øyen ha figurado como coreógrafo invitado en compañías del nivel de Tanztheater Wuppertal Pina Bausch, que se estrenó en junio de 2018 y actualmente está de gira por todo el mundo. Así que se pueden imaginar que estamos ante uno de esos coreógrafos a los cuales nuestro mayor o menor conocimiento sobre ellos, no ha de ser, necesariamente un motivo para dejar pasar como si nada una oportunidad de ver uno de sus trabajos.

En lo que se corresponde con  lo que se nos introduce en la sinopsis de esta pieza, pues cabe decir que va en la línea de lo que está reflejado en su trayectoria como creador, siendo que esta pieza es producto de sus indagaciones sobre las contradicciones con la que lidiamos en nuestra edad contemporánea. Más en concreto, en el cómo nos vendemos como un producto ante los demás como una forma de demostrar que hemos sabido gestionar todos los recursos a nuestra disposición para desarrollar la “mejor versión” de nosotros mismos. Es irrelevante que sea verdad o no, es irrelevante si la gente piensa si lo que está plasmado en nuestras redes sociales es verdad o no. La clave es que nuestras vidas sean presentadas tal y como si viviésemos en un continuo anuncio televisivo, donde el ser como somos retroalimenta esa imagen de éxito en cada uno de los ámbitos de nuestras vidas. Desde luego, va de suyo que las artes escénicas reaccionen a los numerosos fenómenos que nos rodean en nuestro cotidiano, pero afortunadamente, no para ser complacientes o cosa parecida, con sus espectadores. Sino que a través de una representación abstracta podamos identificar con mayor claridad cuál ha sido hasta ahora nuestro hábitat, como un modo de que pensemos sobre cuál es nuestra ontología del presente.  Sin más que añadir, les dejo con un adelanto de Story, story, die:

Alan Lucien Øyen y su compañía winter guests narran historias del mundo contemporáneo. Sus innovadoras obras multidisciplinares de danza y teatro, basadas en experiencias reales, han sido alabadas por la crítica y han captado la atención internacional.

Su nuevo espectáculo, Story, story, die. no es una excepción. A través de sus siete extraordinarios bailarines, Story, story, die. analiza la interdependencia entre la mentira y el amor, que se manifiesta en las cosas que hacemos para gustar.

Explora cómo reorganizamos constantemente la vida cotidiana en un intento de mostrarnos deseables; cómo “mentimos” sobre nosotros mismos y escenificamos la realidad para los demás, en la vida real o en las redes sociales, buscando de manera implacable la aprobación, un amor “condicional” rápido, dependiente del éxito y la felicidad.

El montaje se apoya en una coreografía visceral, entrelazada con un texto emotivo y la reconocida puesta en escena cinematográfica de Øyen, que ha trabajado, como es habitual en sus espectáculos, en colaboración con los intérpretes para desarrollar la coreografía, el tema y el texto. De esta manera, estos han incorporado sus propias historias personales para que su actuación hable desde la verdad.

 

Story, story, die de Alan Lucien Øyen/ Winter Guests es otro gran ejemplo de cómo hacer filosofía a través de las artes escénicas contemporáneas

 

 

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