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Perseidas Cía. Dos Proposiciones Danza Teatro (Sevilla) y La declamación muda Cía. Melania Olcina (Madrid) inauguraron una nueva edición del ciclo Ahora Danza! en el CICUS Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla. Así que atención porque cada jueves durante todo el mes de mayo habrá danza contemporánea en Sevilla.

 

 

Perseidas de Dos Proposiciones Danza- Teatro

Intérpretes: Raquel Madrid, Sandra Ortega y Anna París.

 

Es tan grande lo que se genera cuando estas profesionales coinciden en escena, que me atrevería a afirmar que el que esta pieza se llame “Perseidas”, no es más que una metáfora de lo que han compartido y están por compartir mientras sus caminos continúen por trayectos similares.

Ya su directora, Raquel Madrid, me comentó en una entrevista que le hice hace unos meses a través de este medio, que Perseidas es una suerte de homenaje a toda la vida en común que fueron desarrollando a la par que giraban con Pacto de Fuga. En esta línea, estas profesionales se propusieron montar una creación en la que pudiesen celebrar su amistad; una forma de entender la danza después de años de machaque corporal, y otras contradicciones por la que pasan las personas que se aventuran a esta disciplina profesionalmente…

Piénsese que, si nos ponemos a “jugar a los astrónomos” con esta pieza, intuimos que están operando una serie de patrones que determinan los cambios de ciclo a lo que está determinada. Ejemplo de ello, está en pequeños gestos que recogen o desencadenan movimientos, o qué decir de cuando retoman otros, como indicio de que está empezando/finalizando una “nueva era” del “cosmos” que constituye a Perseidas. Haciendo que ésta se proyecte hasta el fin de los tiempos.

 

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

 

Mientras tanto, corrían en círculos, redirigían ese dibujo por otras trayectorias… Quizás uno precise observarla numerosas veces y materializar “experimentos empíricos” para descifrar la hermosa y elegante sencillez que caracteriza la danza de estas “perseidas”. Sin embargo, cuando uno se presta como público a contemplar a estos fenómenos, dichos ejercicios propios del estudio de las ciencias naturales, se deberían quedar entre paréntesis. Distinguiendo que hay momentos para la investigación y otros para el goce de lo que nos excede.

En esta medida, Raquel Madrid, Sandra Ortega y Anna París tuvieron la perspicacia de representarnos este fenómeno que asociamos con veranos de nuestra juventud, como eso mismo: como algo que cultiva un lindo recuerdo que, esta vez, lo compartiremos con estas profesionales. Lo demás, respondía al despliegue de una compleja lógica interna que dio lugar a un movimiento estilizado y ligero. Sí, de esos que causan resonancias en los cuerpos de muchos de sus espectadores.

En fin, Perseidas es un trabajo precioso lleno de detalles y, no menos importante, hecho con un cariño y madurez, que a uno le actualiza las ganas de seguir viendo danza.

 

 

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

 

La declamación muda de Cía. Melania Olcina

Intérpretes: Melania Olcina y Jorge Moreno

 

Es muy lindo como la exploración escénica conduce a profesionales de la música y la danza a enfrentarse a retos provenientes de “voltear” el cómo su relación se ha desarrollado hasta ahora, incluyendo situar su dialogo en un sitio que, aunque no sea del todo novedoso, si que está a la espera de que se llegue más lejos, es decir: El formato de una bailarina interactuando con un músico de mil y una formas es algo que ya se ha trabajado, pero una vez que uno se reencuentra con ello cabe preguntarse si los profesionales en juego, nos están contando algo que otros no han atendido lo suficiente (por así decirlo), o no.

Lo cual no desacredita de ningún modo la calidad técnica y creativa de Melania Olcina y Jorge Moreno ya que, al fin al cabo, ellos hicieron pasar un rato maravilloso al público entre sus travesuras y su valía como artistas. Tanto fue así, que una vez que abrí lo anterior en mi “foro interno”, decidí abordarlo para más adelante, porque es un hecho que es un privilegio que ambos se hayan juntado para sacar algo en conjunto, esto es: En ocasiones, las personas que estamos familiarizadas con las artes escénicas vivimos en una permanente tensión que nos jala hacía el deleite de lo que estamos viendo y hacía la evaluación sobre su grado de consistencia, al mismo tiempo. Claro está, si conseguimos conectar/ estar de acuerdo con que se está representando.

 

Foto: Rafa Núñez Ollero

 

 

Por tanto, presiento que es difícil observar una pieza sin antes adoptar una postura (siendo conscientes o no) que, por otra parte, es susceptible de que uno la cambie si los intérpretes alcanzan a “descarrilarnos”. Personalmente, ellos con su espíritu lúdico y carisma, consiguieron que “bajase la guardia” y me limitase guardar en algún lugar de mis recuerdos esta experiencia: Si en el futuro vuelvo a ver a La declamación muda en vídeo o en un “mal pase”, es similar a haber “desechado” algo que a día de hoy no soy capaz de calcular su valor. A dónde quiero llegar, es que madurar como espectador, persona que analiza estéticamente las piezas escénicas y demás cosas por estilo, supone asumir que quizás haya “techos” que muy pocos superarán dialécticamente.

Lo anterior, no lo digo como una “maldición” o algo “discapacitante”, sino en realidad, con el afán de introducirnos sobre cuáles son lo límites y las articulaciones en las que se desenvuelven los espectadores de las artes escénicas. De cualquier modo, celebro que haya sido escogida esta pieza en la Red Acieloabierto, y que quepa la posibilidad de otras personas se levanten de sus asientos sosteniendo una sonrisa de oreja a oreja.

 

 

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