Hace poco estuve charlando con el actor, docente y creador, Piermario Salerno. Este profesional italiano asentado en la ciudad de Sevilla, es de esos ejemplos de que el tomarse a las artes escénicas como una profesión sin caer en dinámicas “castrenses”, son un camino seguro para dignificarlas y comprenderlas.
Esta entrevista está dividida en dos partes. Esto es: en la primera parte, nos habíamos acercado a su faceta como docente de artes escénicas, y la creación que quizás mejor ejemplifica todos sus conocimientos, “Amor en Guerra”. Asimismo, hemos reservado un lugar especial a su trayectoria compartida con la compañía Salamandra Cía. Teatro Social, con la que ha estado involucrado en piezas como Amor y Niña dá la luh. En esta segunda parte, nos detendremos en otras creaciones que ha dirigido él, como Loquequieretodoelmundo y “Mi Vecindario. Una mujer de nueve cabezas”; en su última obra personal, Demasiada Libertad Sexual os Convertirá en Terroristas; y sin olvidar, su experiencia en tres montajes del Teatro Clásico de Sevilla.
Sin más que añadir, les dejo con la última parte de lo que fue mi conversación con Piermario Salerno:
– Loquequieretodoelmundo paso de ser una especie de “fin de curso” de uno de tus laboratorios de teatro gestual y físico, a un trabajo que consiguió constituir a un grupo de personas de lo más dispar (en procedencias, en intenciones para con esta formación, etc.…). Configurando esa absoluta “locura” que es dicha obra, dado que reflejaba el mundo tan caótico, absurdo…, en el que estamos viviendo cada día.
Y en realidad, estamos allí “arrojados” mientras no sabemos qué es lo que queremos, o quizás, confundimos lo que queremos con lo que nos identificamos…
La verdad, es que nosotros no sabemos lo que quiere todo el mundo.
-Bueno, el personaje que interpretó Gema Abad dijo: “follar”.
Así es. La idea es que se viese lo que quería cada uno.
Esta fue una experiencia espectacular. Además, se profundizó tanto en lo técnico, que se formaron unas capas que pasaban por el personaje, el personaje del “yo mismo”, luego “lo que yo quiero que se diga”… Todas esas capas estuvieron encima del escenario.
Siempre hubo un entrenamiento actoral brutal, que se llevaba a cabo en cada una de las sesiones de aquél laboratorio. Lo cual fue lo que hizo que todas estas personas tan distintas trabajasen juntas, porque había un lenguaje técnico común.
-Fuiste capaz de plantear esta formación de tal manera que, ello se vivió como algo colectivo entre los que estuvimos involucrados. Tanto fue así, que todos terminamos subiendo nuestro nivel muchísimo a lo largo de este proceso.
El resultado que se alcanzó aquél día de junio de 2017 en el Espacios ZM (Sevilla), dio mucho más sentido a esos abdominales donde cantábamos canciones absurdas, el hacer “las memorias” cada semana, abordar el trabajo de forma disciplinada y respetuosa, etc.…
Sí. Además la pauta que os di para que vosotros trabajarais en vuestros solos, dúos…, fue “mi punto de vista”, que eso es, básicamente, nada. Por tanto, cada uno expresó lo que quiso y lo que necesitaba hablar.
-Sino te hubieses propuesto colocar cada una de estos solos, dúos, etc.…, en una única obra, no hubiera aparecido la escena de “las bolleras”.
Claro. En la escena anterior, del dúo de Ana Fernández y Nuria Merino, se estaba abordando el tema de la sororidad y en la siguiente escena hablamos sobre la invisibilización del lesbianismo.
El de Pedro Pozo suelta que estaba claro que ellas eran «bolleras», luego el resto de los chicos se unen a él diciendo: «yo soy bollera porque me gustan las camisas de cuadros; yo soy bollera porque tengo el pelo corto; y yo soy bollera porque me gustan los camiones». Estereotipos que nos demuestran lo poco que nos esforzamos en entender los movimientos sociales.
Entonces se sitúa una transición en la que una persona habla de esto, luego lo saco de contexto, luego le añado otro contexto, luego se forma una manifestación.
-Esas cosas son de sobra conocidas por todos, sea porque hemos hablado sobre ellas con nuestros amigos, están presentes en las series y películas que hemos visto, etc.… Pero si uno en tanto director, no posee las herramientas y la capacidad de organización de lo que se tiene a mano, casi que al final se terminan mostrando una secuencia de “sketches” más o menos justificada en su orden de exposición. No estás planteando una obra que aunque no sea narrativa, sí que es un trabajo con cierta consistencia al estar sujeto a un nexo común, como los es Loquequieretodoelmundo.
Una vez más, emerge el valor de conocer el cómo funcionan las estructuras internas de una pieza. Y quizás en el caso de una obra de teatro contemporáneo esto se acentúa, siendo que sus estructuras no están tan codificadas como las de una tragedia escrita en el Antigua Grecia. De lo contrario, se corre el riesgo que la totalidad del público no se entere de lo que está pasando en escena.
A mí lo que me interesaba en esa obra, era el transitar de un lenguaje a otro, de una temática a otra…, sin que ello se queda en algo “raro”. Como esto está relacionado con lo que hablábamos antes sobre la lógica.
-En nuestro cotidiano no suele haber una persona leyendo ante su audiencia, como aquellos viejos “magisters” de las universidades de la Edad Media. Ya que en realidad, estamos lidiando con un permanente vaivén.
Eso es.
-Si nos aproximamos a Mi Vecindario. Una mujer de nueve cabezas, nos encontramos con un trabajo en el que el texto y la interpretación estuvieron a cargo de Mari Luz Domínguez, y tú te encargaste de la dirección ¿Cómo nació este montaje?
Ella tenía una idea en la que había un vecindario compuesto por vecinas que resolvían una serie de conflictos colectivamente. Sin embargo, el texto se creó a base de improvisaciones.
En esta línea, trabajamos con eso de que cada vecina representaba una voz interior. Por ejemplo: una representaba los patrones antiguos, otra el miedo, otra la superficialidad… La clave era expresar que uno es capaz de tomar sus propias decisiones, aunque no sean las que normalmente te empuje la sociedad en general: Un romper con “cánones” que se nos imponen, en donde cada uno ha de tener una casa, un trabajo estable, etc.
Lo que nos llevó a tratar la lucha interna entre todas estas voces.
-En este barullo de cosas y de voces que están hablando al mismo tiempo, se pone en juego la salud mental del personaje que interpreta Mari Luz Domínguez. Ya no sólo es cuestión de visibilizar la compleja dicotomía entre seguir con un trabajo estable que garantiza la subsistencia de uno mismo, o bien “arrojarse” a la creación de una obra, dado que a uno se le concedido una clara oportunidad de disfrutar de una subvención (como le sucede a dicho personaje). Sino que también, el cómo gestionar esta situación.
O en aquella conversación telefónica con su madre, en la que en un principio le decía que no podía ir a comer el domingo por esto y lu otro, y al final ésta le convence que ha de ir. Este tipo de cosas nos ayudan a reconocernos en las obras que vemos sobre un escenario, puesto que todos sorteamos la vida en medio de esta vulnerabilidad.
Así es. El personaje que creó Mari Luz Domínguez es muy humano. Y todas estas ansiedades que se muestran, las pasamos todos.
-Al plantear todos estos temas a través de diversos chascarrillos, en clave de humor…, ayudaba a que estos contenidos “entrasen mejor” a los espectadores. En vez de tratar todo esto en forma de tragedia.
Desde luego, la situación de este personaje es tragi-cómica.
El chocolate con el chocolate nunca está bueno, porque empalaga. De cualquier modo, a Mari Luz y a mí nos gusta trabajar con lo cómico; también, es mucho más fácil representar a la tragedia humana si se hace desde lo cómico.
-Lo que dices ¿garantiza que el espectador al volver a casa reflexione sobre estos contenidos, o simplemente, favorece a que “surfee” esa trágica condición que todos vivimos en carne propia de un modo u otro?
Yo creo que de esta manera el espectador puede reflexionar con mayor profundidad. De todas formas, la “tragedia pura y dura” no existe. Incluso en la Tragedia Griega, hay momentos que me parecen cómicos. Es decir: basta ver el cómo se tratan entre sí los personajes, que terminan yendo al límite.
-Otra de las cosas que seducen de “Mi Vecindario. Una mujer de nueve cabezas” , es el cómo Mari Luz Domínguez interpreta a tantos personajes en tan poco tiempo. Y que con un leve giro y un cambio de postura corporal, entra en un registro absolutamente distinto. Incluso hasta pasar en menos de un minuto por tres personajes.
Ella es una actriz increíble. Por otra parte, lo que “trae de fábrica” es su capacidad de crear personajes muy diferentes y muy claros, y aguantarlos.
Lo que yo puse en esta obra, fue meterle el teatro gestual. Piensa que “Mi Vecindario. Una mujer de nueve cabezas” se montó a lo largo de un año. Después de mucho entrenamiento se dio paso a las improvisaciones, al esbozo de la obra, hasta que se fuese perfilando poco a poco.
-Este es un buen ejemplo de que si uno no hace las cosas con una técnica depurada, terminas haciendo el mamarracho, y encima, pierdes credibilidad ante el público.
Claro. Sí es que hay que ser rigurosos en lo más pequeño y en lo más grande. De hecho un trabajo como el que hizo Mari Luz Domínguez en este espectáculo, no es posible sin haberte formado durante un tiempo pensando en algo como “Mi Vecindario. Una mujer de nueve cabezas”.
Tal vez este sea un ejemplo muy grande, pero esto del rigor lo puedes encontrar en cuestiones más sencillas. Porque sino terminarás haciendo igualmente el ridículo.
-En Mari Luz Domínguez hubo mucho compromiso, mucha entrega por lo que hacía sobre el escenario. Y no menos importante, se notó que ella se estaba divirtiendo. Lo cual propicia a que la obra llegue más al público. Es decir: si uno no cree en lo que se está haciendo no es sostenible (aunque la obra en juego, en un momento determinado, pueda tener algunas carencias, cosas por pulirse, uno es un “novato”, etc).
O peor aún, estás “reproduciendo” o “marcando” lo que quieres comunicar al público. En vez de interpretarlo, o si se prefiere, “no se está bailando”.
Así es.
-Por supuesto, que hemos de hablar de “Demasiada Libertad Sexual os Convertirá en Terroristas”. Una de tus piezas personales con la que vuelves a estar sobre un escenario.
Este trabajo surgió de la necesidad de hablar de la comunidad de hombres gais, aunque esto se pueda extender a todo el mundo. En concreto, en el cómo somos parte del mercado y encima nos prestamos “gratis”.
Por otro lado, el título proviene de un ensayo homónimo de Pier Paolo Passolini. En el que se habla de la libertad sexual de las mujeres de principios de los años sesenta, y como en nombre de la libertad sexual, se habían hecho verdaderas barbaridades.
En dicho ensayo, se expresó que la “libertad” que disfrutaban mujeres no supieron cómo enfocar. Así, se veía que estaba desapareciendo la prostitución, al haber chicas de catorce, quince y dieciséis años, siendo utilizadas por un montón de hombres.
-Lo anterior lo trasladas al contexto actual, haciendo también mención a cuestiones que también suceden en aplicaciones de citas como Tinder o Grindr.
Exactamente. Y cómo al final estas aplicaciones actúan como las drogas, dándote una ilusión de libertad, en donde podemos hacer lo que queramos y tener todo el sexo que deseemos. Conllevando toda una serie de consecuencias psicológicas, emocionales y sociales que estas aplicaciones no toman en cuenta.
-Por eso uno de los pilares en los que se sostiene esta pieza es, el hablar de la responsabilidad afectiva. Incluyendo con aquellas personas que nos son “totales desconocidas”.
Claro. La responsabilidad afectiva es algo que es necesario aprender.
En este contexto, primero uno es objeto del “terrorismo”, y en medio de esta dinámica, uno se termina convirtiendo en “terrorista”.
-Se llega a un extremo, en el que se confunde quién es el “objeto” de quién.
Claro. Uno intenta hacer las cosas como para tener responsabilidad emocional, pero a veces terminas haciendo todo lo contrario.
-Y si esa persona carece de habilidades sociales y ha sido machacada por todos lados, se enfrenta a una sociedad que, bajo estas condiciones, es muy difícil que dicha persona saqué la mejor versión de sí misma.
Además, vamos siempre de “personas abiertas”, y luego resulta que las cosas son bastante distintas.
-¿Qué hace que te decantes por abordar este tema sobre la tarima de un teatro? En vez de dejarlo en el ámbito de tus conversaciones con tus amigos y demás.
Porque hay mucha gente que ha pasado por esto. Sin embargo, de esto no se habla.
Se habla de la comunidad gay de una manera muy “fancy”. Como si nosotros fuésemos los vecinos perfectos, o que somos graciosos, etc.
A veces ni los propios integrantes de esta comunidad, quieren hablar de esto. Ya que hay quien no lo ve como un problema.
Hay una historia con el “chemseax”, o con los “chills”. Mientras hay mucha gente que se está perdiendo. Incluso, hay personas que son incapaces de tener relaciones sexuales sin drogas.
Dentro de la sociedad capitalista en la que estamos, la droga se puede convertir en un problema importante. O sea, no se usan las drogas de un modo “espiritual”, o “abrir puertas de uno mismo que sino uno no accedería”. Ya que hay quien las usa de una manera mecánica e invasiva.
Una vez que entras en todo esto, es muy difícil salir. Es decir: estas aplicaciones de citas podrían actuar como una metáfora de la droga. Al darte un estímulo similar que te dan estas sustancias.
-En la escena en la que tu personaje de “Demasiada Libertad Sexual os Convertirá en Terroristas” está pidiendo consejo y desahogándose ante un amigo, y éste está tan “atrapado” en esta dinámica, parece que ambos se están comunicando en otro idioma: Ambos están tan lejanos, que no valdría el “mejor consejo del mundo”.
Si uno está con mucha gente, “eres guay”; si follas mucho, “eres guay”; si todos te dicen qué guapo que eres, “eres guay”… Como siempre, se sigue percibiendo a la belleza como un valor, o el tener la capacidad de que todos estén detrás de ti, como un valor. Esto es una cosa profundamente machista.
Entonces, si esa persona dice que “no para de follar” y demás, saldrá uno que le pregunte: “¿De qué te quejas?”. Yo planteo esta situación al extremo, para, precisamente, para llevarla a un teatro.
-Tengo la sensación de que si uno no se embarca en proyectos de esta naturaleza, resulta improbable reflexionar a fondo sobre los temas que toca. Para mí esta obra, es como si tú hubiesen escrito un libro, aunque el formato de esta obra esté pensado para ser representada.
Además, me ha llegado la noticia de que recogiste un montón de testimonios que, posteriormente, les diste forma en este texto.
Sí. Hice entrevistas, pasé un cuestionario por internet… Mientras hablaba con gente que está metida en todo esto.
-Si de un modo u otro, “Amor en Guerra” fue para muchos “tu carta de presentación”, en esta obra vemos tu versión después de haber pasado unos cuantos años de más formación, de más experiencia, etc…
Lo que sí puedo decir, es que “Demasiada Libertad Sexual os Convertirá en Terroristas” es la suma de todo. Es decir: “Amor en Guerra” la creé antes de llegar a Sevilla, y esta obra es el resultado de mí recorrido ocho años después.
Por tanto, después de “Amor en Guerra” ,“Demasiada Libertad Sexual os Convertirá en Terroristas” ¡claro!
-Así es. Por ejemplo: cuando yo te vi manipular aquellos colchones de la escenografía, entendí que, como mínimo, estaba operando la misma filosofía que el trabajo que se desarrolló con las luces en “Niña dá la luh”. Dado que éstos, entraban en diálogo con las estupendas proyecciones audiovisuales que estuvieron a cargo de Julián Canelo. Por eso en mi crítica a través de este medio, destaqué que estas proyecciones complementaban a lo que estaba sucediendo en escena, no “decoraban”.
Sin duda, las proyecciones son parte fundamental de la dramaturgia.
Julián Canelo es un artista plástico increíble.
-Justo por su trabajo, ustedes consiguieron una nominación a los Premios Lorca de este año ¿no?
Sí.
-¿Tienes previstas más funciones de “Demasiada Libertad Sexual os convertirá en Terroristas” en los próximos meses?
De momento no. También es que ahora estoy trabajando mucho con el Teatro Clásico de Sevilla.
-Hablemos, precisamente, de Teatro Clásico de Sevilla: Una de las compañías con más peso e historia de Andalucía en los últimos años. De verdad, que poco habría que añadir que no se sepa, sobre este proyecto dirigido por Alfonso Zurro.
Cuando estaba viendo “La Odisea de Magallanes- Elcano” la puse en diálogo con “Romeo y Julieta” (ambos montajes de dicha compañía), en el sentido de que estas obras de teatro transmiten el mensaje de: “estas cosas les son familiares a todo el mundo. Y tras ver estos espectáculos, vosotros se quedarán con la ganas de aproximaros más a la obra de Shakespeare, y a las aventuras marítimas de Magallanes”.
Y encima, en ambas obras, vosotros los intérpretes, teníais el pretexto de “volver a jugar” siendo adultos. Lo digo más que nada, porque ambos montajes os divertís como niños chicos.
En primer lugar, en “Romeo y Julieta” yo sustituí yo entré a sustituir a uno de los actores durante algunas funciones. Mientras en “La Odisea de Magallanes- Elcano”, si que he estado desde el inicio de su proceso de creación.
“La Odisea de Magallanes- Elcano” sí que es una pieza divertida de hacer. Porque no paras nunca de cambiar de personajes, de mover la tarima, de ir de un lado a otro… Por otra parte, esta obra es más física que “Romeo y Julieta”.
-Aún así, Alfonso Zurro le dio dinamismo y frescura a “Romeo y Julieta”.
Por supuesto. Lo digo más porque en “Romeo y Julieta” predomina más el diálogo.
-Mientras en “La Odisea de Magallanes- Elcano”, uno como espectador, tiene que estar atento para saber en qué barco ahora están pasando las cosas que se están representando. Y si uno pierde el hilo, ésta se desmerece en su proceso de disfrute.
Claro.
-Pero ello no es responsabilidad del director, es, simplemente, uno de esos momentos en artes escénicas en los que, nosotros los espectadores, hemos de dar más de nosotros mismos, para que este intercambio entre intérpretes y espectadores fluya.
Esto es similar a cuando lees un libro de historia. Ya que a veces te vas perdiendo detalles, aunque al final darás con lo más importante.
-Este tipo de trabajos te hacen reencontrarte con la historia desde un lugar donde uno se pregunta, si realmente pasaron todos estas” locuras” en la vida real, que se relatan en esta pieza.
Casi como para olvidarse de las “crisis creativas” por la que uno pueda pasar, de cara a materializar un nuevo montaje.
Además, en “La Odisea de Magallanes- Elcano” ellos se encontraron con mundos que no se imaginaban. He allí que se hayan hecho comparaciones con la “Odisea” de Homero, porque se narran casi leyendas.
-Los integrantes del elenco estáis súper cohesionados, porque al final vemos a un grupo de muchachos “jugando a los marineros”. Es decir: Teníais el pretexto de “volver a jugar” siendo adultos. Lo digo más que nada, porque en este montaje os divertís como niños chicos
Por eso pienso que esta obra debería ser representada para estudiantes de institutos y demás, ya que hay muchos más formatos de acercarse a la historia.
En esta línea, es una obra que puede gustar a todo el mundo. Es decir: a quien le gusta ver teatro, pues se encontrará con un trabajo de calidad; y quien no esté familiarizado con esta disciplina, pero le interesa la historia, este es un buen ejemplo para introducirse en el mismo.
¿Tenéis más funciones programadas de esta obra?
Sí. Los próximos 26, 27 y 28 de mayo estaremos en el Teatro Lope de Vega (Sevilla).
La verdad, que llevamos unos dos años a tope.
-A día de hoy, estáis representando “El Público” de Lorca en El Matadero/ Naves del Español (Madrid) hasta el próximo 14 de mayo.
¿Qué tal es trabajar esta obra que tanto se ha dicho que es “irrepresentable”?
Ha sido estar en un proceso de ir montándola, mientras poco a poco ir entendiéndola. Es decir: Al principio, uno capta cositas (que es lo mismo que le pasa al espectador). Pero una vez que estás dentro y la representas varias veces, ya entiendes que hay trama.
No es una obra de teatro contemporáneo en un sentido “post dramático”, al haber un desarrollo del drama.
-Si te enfrentas a “Antígona” de Sófocles, basta que repases tus notas de tu formación teatral, y de ahí a ponerte con el papel que te habrán asignado.
Este texto por sí solo, es como si fuera una poesía inmensa. En cuanto lo pones en escena y le das cuerpo, las cosas se empiezan a ir clarificando.
-Por más que ustedes se valgan de unos grandes medios de la producción de «El Público», pero sin ustedes los intérpretes, esta obra habría sido puros “fuegos artificiales”.
Aquí ha habido un trabajo actoral brutal de todo el equipo. De hecho, Luis Alberto Domínguez ha ganado el premio a mejor actor en los Premios Lorca de este año.
-Hasta hace unos pocos años, estabas con tus propias creaciones, o bien colaborando con otros profesionales. Parece que has subido unos escalones en tu carrera, estando dentro de las producciones del Teatro Clásico de Sevilla.
Ahora mismo me interesa trabajar con ellos, porque es bonito estar con ellos. También me interesa la filosofía con la que trabajan; el tipo de espectáculos que hacen, que es clásico, pero también es “revisitado” .
Por otro lado, estoy aprendiendo mucho en una compañía en la que se mueven profesionales de alto nivel.
-¿Tienes más proyectos propios o colaboraciones con otros profesionales, de aquí al próximo verano?
En junio se estrenará una pieza que estoy dirigiendo en Reus (provincia de Tarragona), llamada “Somniu”.