Hace poco estuve charlando con la bailarina, actriz, docente y creadora, Raquel Madrid. Esta profesional andaluza, es una persona que irradia vitalidad, sentido del humor y experiencia en cada una de sus palabras y creaciones. Pues, qué menos que ponerla en valor, dado que una de las cosas que dotan de sentido y significado a mis entrevistas es que quede documentado con quién he tenido la oportunidad de cruzarme y de conocer su trabajo.
He de recordarles, que esta entrevista está dividida en dos partes, esto es: en la primera parte, conversamos sobre el origen de su compañía, Dos Proposiciones Danza Teatro; piezas como Colgada de ti, Japiverdy¡¡ y P de Partida; luego, intercambiamos impresiones sobre la actual situación de la danza contemporánea en Sevilla. En esta la segunda parte, ella hablará de su labor como representante de la marca DANCE FROM SPAIN a través de la FECED (Federación estatal de compañías y empresas de la danza), como también, en calidad de representante de la PAD (Asociación andaluza de profesionales de la danza) para asuntos institucionales y asistencia en feria internacionales. A continuación, nos aproximaremos a montajes en las que ha sido intérprete en sus primeros años de profesional; posteriormente, analizaremos otras creaciones de Dos Proposiciones Danza Teatro (Hay cuerpos que se olvidan, Tratado de sueños de andar por casa, El Soberao, Pacto de Fuga y Perseidas), dando lugar a un pequeño adelanto antes del estreno de Still? (Tiento de la ruina futura).
Sin más que añadir, les doy paso al resto de lo que fue mi conversación con Raquel Madrid:
-En “Una café con Raquel Madrid” de Anna París (conversación que aparece en una edición especial en conmemoración del décimo aniversario de este medio), ustedes hablaron, entre cosas, que la gente, por lo general, no está bien informada sobre cómo mover sus creaciones fuera de España. Todo ello, tomando en cuenta, tú amplia experiencia como representante de la marca DANCE FROM SPAIN a través de la FECED, como también, representante de la PAD para asuntos institucionales y asistencia en feria internacionales.
En que te cojan tu pieza, no hay verdades absolutas.
-¿Cómo hacer ese ejercicio de pedagogía en un entorno caracterizado por un baja autoestima generalizada?
Eso es parte del trabajo, es decir: afirmar sin tapujos que lo que se hace en Andalucía es brutal.
De hecho, cada vez que vuelvo de una feria internacional reconozco que fuera tienen mejores condiciones, pero lo que se hace aquí te toca toda la entraña: yo soy muy fan del trabajo de mis compañeros y compañeras.
Eso sí, cero oportunidades.
Sin olvidar que, tenemos un aeropuerto en Sevilla divino. Así que falta incluir el caché del avión, y ser feliz.
Es genial bailar en casa. Aún así, me acuerdo que la primera vez que baile fuera fue con Colgada de ti en Praga, abriendo un festival llamado Transteatral. Puesto que tenía un enfoque iberoamericano, yo fui como representante de España. La verdad, que yo estaba inquieta por el qué pensarán de mi trabajo…
He estado en Asia, en Nueva York, en Latinoamérica. Recuerdo que en Venezuela me llamaban “maestra”, y yo mirando para atrás buscando a quién le hablaban…
En fin, me he encontrado con gran respeto hacía el artista que, cada vez que he vuelto de fuera, regreso con la energía renovada. De cualquier modo, sigo pensando que vivo en una ciudad y un país espectaculares.
-El caso de Carlota Berzal es un buen ejemplo de que es posible mover las cosas de uno por todo el mundo.
Si, claro. Carlota Berzal es una muchacha super inteligente y que ha sabido tener el toque de picaresca que hace falta en estos casos.
Estuve con ella hablando un par de veces, y es muy guay que le vaya tan bien. Si es que es su trabajo es muy lindo y ella es una tía divina.
-Viviste algo de eso cuando estuviste en unos montajes de La Cuadra de Sevilla de Salvador Távora.
Eso fue diferente, porque no sabía cómo se gestionaba nada.
-Qué curioso que eso te sucediese siendo tú una joven intérprete, y ahora estés orientando a la gente en cómo internacionalizar sus piezas, ¿no?
Nunca he llegado al nivel de La Cuadra de Sevilla, en el que llegabas al camerino y el vestuario estaba preparadito y perfecto. Cuando entraba en el teatro, todo ya estaba dispuesto para actuar, teníamos una gira cerrada con esquís meses de antelación, etc.… Todo eso lo he vivido.
Todos estábamos con nómina a fin de mes.
-¿Eso es real?
Sí. Todo esto antes de llegar a los treinta años. Incluso pensé que cuando tenga cuarenta lo iba a “petar”: nada que ver.
-Si no me equivoco, estuviste como cuerpo de baile en “Yerma Mater” y “Carmina Burana” de La Cuadra de Sevilla.
Si. En realidad, empecé con Mayorales en la que hacía telas aéreas, es decir: la cosa empezó con que estábamos montando algo para Diego Garrido para una gala, y dos compañeras que estaban en La Cuadra, me dijeron que ellos estaban en la búsqueda de alguien que hiciese telas aéreas en Sevilla.
Así, que fui yo quien llamó por teléfono con toda mi ingenuidad, a La Cuadra de Sevilla diciendo: “Soy Raquel Madrid y me he enterado que estáis buscando gente que haga telas aéreas”. A lo que Evaristo y José Luis Palomino me fueron a ver a la sala Endanza, luego me vio Salvador Távora, y de allí a la Feria del Toro que se hacía aquí en Sevilla y en Portugal. Luego Salvador Távora me preguntó si bailaba, y dije sí.
Una compañera, Anabel, la cogieron para una producción de la Imperdible, y así fue como me quedé como una bailarina de La Cuadra. Posteriormente, estuve en Yerma Mater y en Carmina Burana.
-Tiempo después, estuviste bajo la dirección de Fernando Lima en “Sobre el peso de la luz”.
Sí, Fernando Lima me cogió tras una audición: creo que ha sido la única en la que me han cogido
Tuvimos más de cincuenta bolos de Sobre el peso de la luz con: Juschka Weigel, Chloé Brûlé, Marco Vargas, Carmen Martínez, Roberto Martínez, Judith Mata…, por ahí pasamos muchísimas personas.
Eso fue un aprendizaje brutal.
-Menudo ambientazo crearon ustedes con la pieza, en donde el contenido no es lo más importante…
Fernando es una máquina del ritmo y sabe dónde debe mirar el espectador en cada momento.
-Esa pieza pudo haber durado media hora más, sin ningún problema…
Él tenía todo super claro en su cabeza, y funcionaba perfecto.
-Me resultó muy llamativo que todo sucediese en penumbra, y de repente se activan esas luces tipo de ambulancia, es decir: irrumpió la iluminación en función de cómo van cambiando los “tercios” de la pieza… Está todo tan bien hecho.
Al tiempo, te montaste tu propia “película”.
No. Como te he dicho, yo me he puesto a crear para saber cuál era mi lenguaje. Piensa, que yo monto Colgada de ti a la vez que estaba en La Cuadra de Sevilla.
Yo cantaba en bodas, hacía telas… También ha habido veces en que si no tenía trabajo, me lo inventaba. Tampoco me voy a quedar quieta en mi casa esperando a que “suene la flauta”.
Después fueron surgiendo los encargos y la cosa se torna del tipo laboral, pero el origen fue netamente artístico. Para mí, por ejemplo, formar parte de Una playlist memoria de lo cantado, me ha parecido un regalo. También cuando me llamó Elena Bolaño para hacer La felicidad con deseo de repetir… ¡Qué maravilla! No hay cosa que más me guste que trabajar para otros: en cierta medida, son vacaciones.
-También has dado tus clases en la ESAD de Málaga, ¿no?
Así es. Y, actualmente, imparto clases en la ESAD de Sevilla.
-Tú en realidad, no paras, es decir: hay una imagen de que si no vemos anunciados unos talleres o que se está girando tal pieza, parece que cabe preguntarse “en qué estará este bailarín”.
Un día me preguntó mi sobrina cuántos trabajos tengo, y determinamos que son ocho.
-Volvamos al repertorio de Dos Proposiciones Danza Teatro: Cuando me acerqué a Hay cuerpos que se olvidan, caí en la cuenta de que esta pieza deriva de que tú has vivido un duelo. Sin embargo, el mismo podría nacer por una persona, por algo más abstracto, etc.…
Hay cuerpos que se olvidan viene de una época en la que dije: “bueno, hago este solo (porque hay que hacer un solo en esta vida) y dejo la profesión”.
-¡Vaya! Pero esta pieza se estrenó en 2015: han pasado unas cuantas cosas desde entonces.
Sí, sí: yo siempre estoy cerca de dejar la profesión.
Partiendo de cosas como: “esto ha sido bonito, pero estoy agotada y es hora de reciclarse en otra cosa”.
Hasta con Still? (Tientos de una ruina futura) me lo planteo, porque somos ocho personas en el proyecto, va a ser difícil girarlo, etc.…
Ahora sé que yo soy así, pero cuando yo estaba por estrenar Hay cuerpos que se olvidan, yo estaba haciendo una especie de “funeral” a mi profesión y a mi trabajo.
-Por otra parte, lo llevas a cabo con una estética que parece un cuadro de Ignacio Zuloaga…
Sí, además todo para mí tenía su simbología, por ejemplo: la alfombra era de mi abuela.
-Al igual que en Japiverdy¡¡, esta pieza no necesita ningún “gran monólogo”, porque hay una cosa que me encanta de ti como intérprete, que es que aunque no tengas un movimiento super estilizado, el caso es que tu cuerpo en escena ya es bastante expresivo por sí mismo. Y justo en Hay cuerpos que se olvidan, ello se luce al cien por cien.
¡Qué bonito!
Hay cuerpos que se olvidan fue un viaje precioso, e incluso la he llegado a bailar en Nueva York: al final, este trabajo me ha regalado momentos espectaculares.
-Ahora que ustedes están “rematando” el montaje de Still? (Tientos de una ruina futura), y además tú me has comentado que la misma es un “remember” del repertorio de tu compañía, ¿Qué lugar ocupa Hay cuerpos que se olvidan en el marco conceptual de Still??
Es el papel que tiene Sandra Ortega.
-Ok, ya lo entenderé mejor el día del estreno.
El revisitar está muy bien, y de hecho me pregunto si hoy haría lo mismo con Hay cuerpos que se olvidan. En paralelo, pienso que conviene meterse en un estudio a cada equis tiempo, para comprobar cómo va una.
Lo que pasa es que es tan duro trabajar sola, que en lo emocional hay que estar muy bien.
-En paralelo, la forma en cómo dispones tu cuerpo en el espacio y en la manera en que esta pieza está estructurada, he llegado a pensar que tiene algo de videodanza, ¿esta impresión mía es una locura?
No, la verdad que yo quería hacer un videodanza de Hay Cuerpos que se olvidan. Esto está hablado, es decir: tenía todo un equipo montado para hacer un corto, y en cuanto nos pusimos a pedir la primera subvención a partir del guion, nos dijeron que no.
De todas formas, ese proyecto sigue en mi cabeza.
-Yo creo que junto a Japyverdi¡¡, es la pieza con el mejor ritmo escénico de tu repertorio….
Estuvimos el José Ortuño y yo acotando el tiempo para cada acción es escena. Pero esto son cosas que se estudian cuando se trabaja con el guion de lo que fuere.
-Incluso cuando la cosa se estaba poniendo muy sombría, tú terminas enrollada dentro de una alfombra matándote de risa de ti misma, de la vida en general…, y yo penaba, si Raquel Madrid contiene un “toque clown”, allí está en su máximo apogeo.
¡Esta pieza es increíble!
Otra pieza que también es muy cinematográfica, es Tratado de sueños de andar por casa que has representado junto a Cipri López, que, sinceramente, yo no tengo claro si es un videodanza en vivo y en directo, o es un trabajo de danza teatro itinerante. Y que conste, que la vi en vídeo.
Eso pasa porque en la codirección estaba Javier Vila, que es un video artista.
Por otro lado, venía con la influencia de la obra Sleep no more que vi en Brodway, que fue inspirada en Macbeth de Shakespeare. Entonces, en el Mckittrich Hotel en el barrio de Chelsea, tú pagas tu entrada, dejas tu móvil y demás objetos personales en una taquilla, te colocas una máscara al estilo Eyes wide shut de Stanley Kubrick, te subes a un ascensor, después empiezas un viaje de tres horas sola por las diversas estancias de ese hotel, en el que te van guiando para ver Macbeth.
Ello estaba interpretado por actores-bailarines: parecía que yo estaba metida en una película. En un momento me da la sensación de que era muy “libre”, pero en realidad todo estaba muy guiado.
Entonces, me vine loquísima con aquello, que seguro costó mucho dinero. Así que sabía que quería una pieza itinerante en el Monasterio de San Jerónimo (Sevilla). A la vez Javier Vila y yo, ya habíamos tenido la experiencia del Tratado abreviado de sueños de andar por casa que habíamos hecho en el 2011 en el Mes de Danza. Posteriormente, en Tratado de sueños de andar por casa como tal, fue cuando se incorporaría al equipo Cipri López.
Nos acercamos a la literatura del tardo-medieval sobre los viajes iniciáticos, para tener un trabajo bibliográfico potente con el que combinar todo lo que te he dicho. También incorporamos gente dentro del público, precisamente, para evitar estar diciendo: “pasad por aquí”.
-Me encanta de esta pieza que nosotros no somos espectadores, sino testigos de lo que está pasando.
Justo esa era la idea.
-Entonces, al ser nosotros “testigos”, ustedes nos ponen en un plano muy cercano al de los propios personajes que ustedes interpretan. Lo cual nos introduce aún más adentro de la pieza, es decir: había y no había una “cuarta pared”.
Eso lo trabajamos mucho.
Justo esa fue una las cosas que las tuve que pelear, me decían: “¿cómo la gente va a saber por dónde ir?” Y los integrantes del público lo supieron.
Yo fui muy feliz por hacerlo en 2017 en el Festival de Itálica (provincia de Sevilla) y con dinero: trabajar en unas condiciones económicas buenas, debe suceder al menos una vez en la vida, que digo, siempre. Al mismo tiempo, es un “caramelito” porque te crees que las cosas van a ser así a partir de ese momento.
-A diferencia de otras piezas, las proyecciones de Tratado de sueños de andar por casa estaban totalmente conectadas con lo que ustedes nos estaban contando, es decir: no era un “telón de fondo”.
Aunque en realidad, uno tenga la mejor de las intenciones, hay proyecciones que se ponen en el fondo del escenario como un “jarrón que pones en una esquina de la sala”.
Javier Vila marca la diferencia. Además, es una persona muy sesuda, por lo que él siempre le da muchas vueltas a cada cosa. Lo cual me ayuda a pensar mucho: ha sido una gran experiencia trabajar con él.
Esto provino de cuando María González me llamó para el encargo de Tratado abreviado de sueños de andar por casa para el Mes de Danza (en un principio, yo no sabía muy bien qué hacer). A lo que una amiga me comentó que conocía a un video artista que quería trabajar con una bailarina. Y de allí empezamos a currar.
-Al margen de todo lo que te he comentado, Cipri López y tú hacéis un buen equipo.
Sí, además estuvimos montando en el monasterio, y al tiempo de la actuación, él se iba a Suiza vivir: fue todo muy bonito.
-Con otro que haces un gran dúo es Arturo Parrilla…
Arturo Parrilla es mi hermano.
-Uno de los mejores ejemplos es El Soberao: Una pieza en la que ustedes nos demuestran que se pueden crear “portales” entre la ficción y la realidad, en cuestión de segundos.
El Soberao fue un proyecto de Arturo.
La estructura es de su padre, Emilio Parrilla Muñoz, puesto que Arturo quería trabajar con alguna obra de su padre. Así, fue como él me abrió las puertas de su familia y de su vida.
Las maderas de la estructura son del soberao que hay en casa de los padres de Arturo. En esta pieza tiene todo su sentido.
Sin olvidar, la maravillosa música del hermano de Arturo, Emilio Parrilla.
–Cuando vi El Soberao me quedé “atrapado” y con la mente en blanco. Ya sabes, como niño pequeño que sólo está atendiendo a la pantalla de la televisión.
Ello responde, entre otras cosas, a que está montada con tal templanza, que la obra no se hace predecible, a pesar de que su dramaturgia sea sencilla, es decir: “entras” en la “estructura”, empieza a desarrollarse vuestra relación a la par de una música que, contribuye a que nada se quede estancando…
Siento que El Soberao se ha confeccionado a mano.
Es que Arturo es un artesano.
De hecho, toda su familia está compuesta de artistas.
-El Soberao es una pieza super bonita, en la que uno piensa que está ante dos “niños jugando” y conociéndose.
La idea representar el momento en que vuelves a casa, y te pones a jugar sobre el soberao.
-¿Qué tanto ha podido girar El Soberao?
Muchísimo. Encima, teníamos el hashtag: niunpueblosinsoberao.
Llegue a decir: “yo no sé actuar si no veo a una señora con bambito, que ha venido a vernos a bailar, estando al lado un niño sobre su bici…”.
-¿El Soberao tiene alguna relación con la pieza En Vano de Danza Mobile?
Bueno, a partir de allí Arturo la empezó a trabajar, además la estructura de En Vano, la hizo también su padre.
-El Soberao fue la primera vez que vi a Arturo Parrilla y a ti bailar en persona, sin estar escribiendo ni cosa parecida.
¡Qué guay!
-Por otro lado, está el “eterno” Pacto de Fuga…
Pacto de Fuga nació de un encargo de Bailar mi barrio (programa nacido a partir de la colaboración del ICAS y la Asociación Trans- Forma, en dónde los vecinos de Sevilla mostraban las peculiaridades de sus barrios, a través de videodanzas coreografiados por profesionales andaluces).
-¿Qué vino primero: el videodanza para Bailar mi barrio o la pieza en sí?
María González (quien dirigía también este proyecto), fue quien me propuso como primera compañía/ coreógrafa que iba a realizar una pieza. Entonces, tuve que primero montar Pacto de Fuga para preparar el videodanza.
En el elenco originario estaban Laura Lizcano y Laura Morales, pero luego Laura Morales ganó el Certamen Coreográfico de Madrid y a Laura Lizcano, por fin, la llamaron de la bolsa de las oposiciones para dar clases de conservatorio. Lo cierto es que me quedé sin bailarinas.
-He escuchado a María González bromear sobre que Pacto de Fuga la han bailado “todas las bailarinas de Andalucía”.
Así es. Luego la han bailado Sandra Ortega y Anna París. Cuando Sandra tuvo una lesión, la sustituyó Inés Mallaina. Y cuando Anna estuvo trabajando en Bruselas, entró María José Villar (en enero del año pasado).
Yo he sido la única que no han sustituido…
Mi prima, Lucía Vázquez Madrid, estuvo a punto de hacerla en Marruecos, pero por no tener todas las vacunas de la COVID 19 que pedían, no fue posible. A pesar de que ella tenía una que valía por dos. Al final, tuvimos que hacer una versión de dos, Anna París y yo.
Hasta Alvaro Copado se ha aprendido Pacto de Fuga, que vino de una versión grupal en la Universidad Pablo de Olavide (Dos Hermana, provincia de Sevilla), en la que, sí estuvo Lucía Vázquez Madrid.
-Muchos de los que te seguimos en redes sociales nos “enganchamos” a otra “telenovela”, en verano del 2022. En el que ustedes superaron la “yincana” de la burocracia, para conseguir representar Pacto de Fuga en Nueva York.
Sí, era tal el estrés que yo tenía, que decidí soltarlo todo.
De todas formas, siempre tenemos “culebrón”.
-Luego, afortunadamente, salieron con buenas sensaciones tras vuestros bolos y unas fotos preciosas.
Sí, nosotros pudimos estar en el Battery Dance Festival (Nueva York).
Ya que estamos, aclaro que yo no me aproveché de ir a las ferias de la APAP (Association of Performing Arts Professionals) de Nueva York, representando a la PAD y la FECED con la marca DANCE FROM SPAIN, porque este festival lo conocí a través de La Intrusa (compañía de quien soy muy fan, desde hace muchos años), es decir: de repente, vi por sus redes una fotazas, y como yo soy como soy, dije: “si ellos van, yo también quiero”.
Y como cualquier persona que aplica, me he pegado unos diez o doce años intentando que me cogiesen. Por tanto, yo no conocía a quienes organizan ese festival, ni nada.
-Ya teniendo claro cuáles han sido varios de los contextos que han envuelto a Pacto de fuga, toca hablar de ella, ¿no?
¿Cómo desarraigarse de una lógica que ha hecho posible que seamos como somos a través de una pieza escénica?
Cuando María González me hace este encargo, me pregunté de qué puñetas hablo. No obstante, ello coincidió con lo de los titiriteros de Granada que los habían detenido por ese eslogan “Gora Alka-ETA”: cosa que me hizo muchísima gracia.
Toma en cuenta que desde siempre las copleras han dicho brutalidades en sus canciones, y nunca ha pasado nada. Al tiempo de investigar, me encuentro con Concha Piquer (que conste que en esto no tengo la verdad), y lo pongo en contraste con que el reguetón de ahora, que dice cosas como: “te pego, te maltrato, etc.”… Y todos: “¡qué machista!”, pero ¿habéis oído a la Concha Piquer diciendo: “un cuchillo le clave, por celos, encima me decía la guapa y tal” en 1948?
¿Qué hacemos con esto?, porque parece que aquí hay muchas cosas de qué hablar, ¿no?
Eso lo decía Concha Piquer con esa voz, portando sus perlas y esos trajes elegantes… Entonces, ¿según cuál sea tu estética o raza puedes hablar?
En esa época se cosificaba tanto a la mujer que hasta se le quitaba el nombre, diciendo cosas como: guapa, niña, etc.…
¿Hasta qué punto la femineidad nos ata o nos libera?
-Mientras tanto, ustedes están operando en esa tensión entre las cosas en temas de género tal y como han sido entendidos hasta ahora, con que en este momento no se tengan las soluciones de todo. Es decir: en el primer bloque de la pieza, está claro que la venganza no es el camino; en el segundo, la competencia entre compañeras, tampoco…
También en el segundo bloque, quería hacer pensar lo poco convincente que es eso de: “si estamos juntas podremos con todo”.
-Totalmente.
Y justo eso es lo que hace que esta pieza no sea un “panfleto barato”, porque no es unidireccional, en el final hay cosas que no quedan claras sobre el qué hacer, etc… Por ello, les animé en mi crítica, a que representen Pacto de fuga en institutos.
Ya lo hemos hecho.
-¡Qué bueno!
Pasa algo parecido en P de Partida, porque yo no suelo dar verdades: a mí me interesa lanzar preguntas.
-De esa manera es cómo estas piezas no envejecen.
Claro, pero yo he llegado a un punto que dije que toca montar otra, y nos pusimos con Perseidas.
-Hay “teorías” que aseguran que el pase que tuvisteis el año pasado en Cádiz en Danza, no fue el último. ¿Qué les dirías a las personas que “teorizan” con eso?
Pues que Perseidas es super bonita, y que quiero bailarla muchísimo. Y que toca dar paso a otra cosa.
-Es verdad, Perseidas es una pieza super bonita…
Nosotras nos dijimos: “¿Nos pegamos un baile?”
En todos los bolos que hemos hecho de Pacto de fuga hemos vivido muchas cosas juntas. A lo que hemos concluido, que ir a representar Pacto de fuga era similar a ir a terapia, es decir: en un fin de semana, hacíamos nuestros bolos, nos contábamos nuestras vidas, etc.… Además, en nuestras vidas han pasado muchas cosas en todos estos años en el que ha estado de gira.
Por eso, Perseidas es como el homenaje a ese empuje cuando una no puede. Entonces, tira la otra, y seguimos girando, e insistiendo…
-En Perseidas habéis plasmado eso de una forma muy gráfica, porque aunque Anna París, Sandra Ortega y tú estén todo el rato recorriendo el espacio en círculos, nunca retornáis al mismo movimiento, porque el ciclo va a más y a más.
Sí, y no va a tener fin.
-Perseidas les hace lucirse a ustedes mucho. Por otra parte, ustedes la pueden alargar, acortar o lo que fuere: está muy bien montada.
Gente en Bruselas nos dijeron que parecía el principio de algo.
Sin embargo, ella tiene un tiempo natural. Y Bernardo Parrilla nos preparó un musicón increíble.
-Tiene un toquecito naif, que viene bien después de conocer los “dramones” en los que te has metido a lo largo de tu trayectoria.
A mí me “refrescó la mirada”, y estoy convencido de que puede ser del gusto de cualquier persona.
Esta pieza no pretende generar una emoción en concreto. Ya que Perseidas tiene un compromiso con el disfrute, la hermandad, el continuar… Como suelo decir: Perseidas va a “velocidad crucero”.
-Se nota que ustedes tres están disfrutando en cada movimiento, porque está diseñada para que ejecutar cada acción sea gustoso.
Sí.
Piensa que tenemos ya una edad, y vete tú a saber si esto lo podremos volver a repetirlo bailando a ese nivel de intensidad.
-¿Tenéis más bolos de Perseidas?
Ya he cerrado un par de ellos, y espero que se confirmen otros en los que estoy pendiente.
-Para terminar, ¿Qué nos puedes adelantar antes del estreno de Still? (Tientos de la ruina futura), que será en los próximos 23 y 24 de febrero en el Teatro Central (Sevilla)?
Otra vez, voy a cumplir uno de mis deseos, al meter a todo el mundo en una misma pieza.
En un principio, José Ortuño iba a encargarse de la dramaturgia, pero a él le han salido unas cuantas cosas con Netflix, Disney y anda ganando premios por el mundo. Sin embargo, la que “traerá el hielo a esta fiesta” será Ruth Rubio (la frase anterior es de ella), quien conocí dentro del proyecto Center Stage. Programa que se hizo desde la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales para la internacionalización de artistas andaluzas (entre las seleccionadas de distintos ámbitos, estuvimos Ruth y yo). Ello fue posible gracias a fondos europeos, así que hubo gente de Suecia, Irlanda y Andalucía figuraba como el «tercer país».
El caso es que nos caímos muy bien, y le dije que quería trabajar con ella. Acto seguido, nos intercambiamos nuestras cosas para conocer cómo trabaja la una y la otra. Al final, nos gustamos.
Mi problema inicial es que no tenía el tema de Still? (Tientos de la ruina futura), y no me venía. Así que nos pusimos Ruth y yo a hablar mucho hasta encontrar qué era lo que queríamos contar.
Still? (Tientos de la ruina futura) va de una compañía que está en el Pabellón del Futuro de la Expo del 92. Por tanto, abordaremos todo aquello que nos prometieron en el año noventa dos, es decir: a todos los artistas nos dijeron que esto iba a ser jauja, pero tal y como lo hemos comentado, cuando empecé yo tenía una nómina; cuando estaba con Colgada de ti tenía gira dentro de la red andaluza…; y ahora, ¿Dónde está todo eso?
¿Dónde está Endanza? ¿Dónde está el Mes de Danza? ¿Dónde está el CAS? ¿Dónde está esa nómina que tuve? ¿Dónde está ese futuro laboral? ¿Qué pasó con eso de: “si te formas y tienes todos los títulos del mundo, entonces…? ¿Dónde está la igualdad entre hombres y mujeres? ¿Hasta dónde vamos a llegar usando la esperanza como obligación?…
-¿Vale la pena seguir esperando?
La resistencia no es romántica.
El “a pesar de todo, sigo”, ¿es guay?
¿La violencia burocrática es interesante?