La programación de la última jornada de la edición del 2024 del Festival Danza Trayectos fue: Presentación del libro El rastro de la danza tras de sí, False Memories de Hang Tho Creative / Tu Hoang & Hiro Murata, El Corazón del Agua de Elisa Montañez, Kalopsia de Peace of Mind, Latente de Ana F. Melero, Metamorfosis 2.0 de Yeinner Chicas / Colectivo Las Mañas, En Cuclillas de Colectivo Premohs y False Memories de Hang Tho Creative / Tu Hoang & Hiro Murata
Presentación del Libro EL RASTRO DE LA DANZA TRAS DE SÍ
Una de las finalidades de este libro es dejar un vestigio tangible de lo que ha sido el Festival Danza Trayectos a lo largo de su historia. Por lo que el equipo de profesionales y colaboradores del festival han recopilado diecisiete testimonios de personas que, de un modo u otro, le hemos brindado a este festival una devolución que pone de manifiesto que nuestras vidas serían otras, si no fuese por la huella que nos ha dejado Danza Trayectos.
En El rastro de la danza tras sí figuran textos de profesionales del mundo de la danza, espectadores asiduos… En fin, personas que nos hemos reencontrado con espacios de Zaragoza que, cuando se baila en ellos, se resignifican y uno siente que éstos son más nuestros. Lo cual nos invita a pensar que todos los que hemos pasado por allí en algún momento, lo hemos hecho posible.
En esta presentación, Nati Buil (directora del festival), no tardó en ceder la palabra a tres de los que hemos dejado nuestro testimonio en El rastro tras de sí (Iguázel Elhombre, Félix A. Rivas y Raquel Buil), quienes leyeron algunas líneas de sus textos en calidad de representantes de lo que allí está recogido. Una vez más la danza saca a relucir sentimientos, imágenes, pensamientos…, que, como mucho, apenas habrán quedado en forma de sugerencia. Lo demás estará en las manos de sus espectadores y, en este caso, también de sus lectores.
False Memories – Hang Tho Creative / Tu Hoang & Hiro Murata (dos pases)
Llegar a un punto de sublimación en una pieza de danza supone, entre otras cosas, que lo que podría ser su superficie, es decir, lo más “bailado” de la misma es lo que, precisamente, se apropia de la atención de nosotros los espectadores. Entonces, ¿Qué es lo que hace más especial a esta obra de otras buenas composiciones coreográficas? Pues, que mientras la interpretaron Tu Hoang & Hiro Murata, ellos habitaron una dimensión paralela a la de nosotros, a pesar de que estábamos a escasos metros de distancia.
Este es de los pocos casos en la que he sentido que, cuanto más hable de la obra en juego más puedo desorientar a los lectores a la hora de contribuir a darla a conocer y hacer pedagogía a través de ella. Y no es que descarte que haya una conexión entre lo que nos representaron estos profesionales y lo que ellos estaban interpretando, lo que pasa es que se hizo inalcanzable el contenido de False Memories, y ello no importó para que la disfrutásemos.
Por supuesto, que habrá quien se haya hecho sus lecturas personales de lo que habrá visto pero, ¿qué sucede cuando uno es capaz de identificar sus virtudes técnicas, y todavía no comprende cómo es posible que en este caso 2 + 2 dé más que 4? ¿Qué sucede cuando a uno le cuesta creer que han pasado apenas unos pocos minutos, dado que se quedó con la sensación de que ha asistido a la vida entera de los personajes de la obra en juego?…
Confiaba que conseguiría superar el impacto que me causó en la edición del presente año del ciclo Ahora Danza! (Sevilla), recogiendo algo más de su contenido o lo que fuere, pero no. False Memories me tiene totalmente paralizado: No puedo hacer otra cosa que intentar levantarme para concederles la gran ovación que merecen estos dos profesionales.
El Corazón del Agua – Elisa Montañez
Práctica artística del Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza (especialidad danza contemporánea)
¿Cómo evitar imitar la idea que compartimos de las cualidades del agua? ¿Qué diferencias hay entre bailar con el agua con bailar como si uno estuviese compuesto de agua? Preguntas de este tipo, son las que se ha enfrentado Elisa Montañez a lo largo de la representación de El Corazón del Agua. Una pieza en la que se nota que ella no se conforma con lo que otros ya han alcanzado, mientras va recorriendo su propio camino. Un ejemplo: varias de las transiciones de un paso a otro, fueron tan bien elaboradas en lo formal (aunque en lo dramatúrgico, quedan cosas por ajustar), que uno apenas se daba cuenta cuando empezó a interactuar con el agua, así como cuando ella estaba por adoptar el carácter del agua para expresar lo que brotaba dentro de sí. Y justo este debe de ser el espíritu de quién persigue asentar las bases de su propio lenguaje e imaginario propio.
Por lo que, yo me limité a disfrutar de El Corazón del Agua gracias al marco que nos trazó la colaboración entre el Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza y el Festival Danza Trayectos, en el que, nosotros espectadores, no tenemos por qué mantener la expectativa de que lo que se muestra en escena sea la “respuesta definitiva y absoluta”. Sí es que sí se ahonda con este tipo de iniciativas, es posible que los programadores, personas que escribimos sobre artes escénicas y el resto de los espectadores aprendamos a poner de verdad en contexto lo que fuere que se represente en escena. Favoreciendo mayores lazos entre todos los agentes que conformamos el entramado que hay detrás de un acto escénico.
Personalmente, El Corazón del Agua consiguió que “bajará la guardia”, y eso para mí debe ser más que suficiente para que yo esté seguro de que en esta pieza se ha estado gestando algo muy grande. Basta seguirle la pista a Elisa Montañez para comprobar qué apariencia tendrá el “rostro” que precederá a todo esto.
Kalopsia – Peace of Mind (estreno)
Intérpretes: Carmina Gimeno y Paula Pérez Pinilla
Si uno procura fundamentar a través de una obra escénica, un estadio en la que se entremezclan cosas de diversas dimensiones en cuestión de segundos, se ha de exponer cómo operan las “Leyes de la Naturaleza” de la mismo. He allí que uno ha de ser coherente hasta las últimas consecuencias, de lo contrario lo que le llegará al espectador es una yuxtaposición de “refritos”, en vez de abrir la ventana a un multiverso representable en escena.
En este desafío se embarcaron las integrantes de Peace of Mind, desde un lenguaje y una forma de estar que nos remitía a dibujos animados clásicos y a videoclips de los años noventa del siglo pasado. Así, muchos recursos del teatro físico y gestual le fueron útiles para hacer factible lo impracticable en nuestro cotidiano. Sin embargo, Carmina Gimeno y Paula Pérez Pinilla no se establecieron en un único estado, sino que iban dando saltos de uno a otro gracias a su mejor aliado, un marco, esto es: los legados que nos han dejado disciplinas como el clown y el mimo han permito al intérprete hacer presente lo que no se ve a simple vista. De todos modos, la intencionalidad, un arduo trabajo corporal y una dramaturgia que deje en claro cuál es el conflicto y cómo se llegó a su resolución, son capitales si se pretende alcanzar que el los espectadores sigan el hilo de lo que se está contando. Como si esto fuese poco, uno no debe anunciar lo que se va a hacer, sino ello se representa haciéndolo…
No es para menos, pues, para que Kalopsia sea representable había que buscar una fórmula en la que se hiciese alusión a tantas cosas fuesen necesarias, ya que el objeto de la misma es que un simple cambio de punto de vista, hace que las cosas se transformen en otras, mientras sus personajes tratan de mantener la compostura ante algo que, puede que amerite ir a un ritmo mayor del estimado. Y justo ese carácter efímero, ese correr tantos riesgos casi que por diversión es lo que atrapa de esta pieza. Eso sí, si ellas hubieran tenido un fallo evidente todo se hubiera desmoronado, porque las “Leyes de la Naturaleza” que tratan de explicar los paradigmas vigentes de las ciencias naturales, nunca se suspenden. No les voy a negar, mi especial debilidad por este tipo de trabajos en los que, digamos, los profesionales se complican más la vida de lo común, pero de no ser esto así, no sería posible distinguir a esta obra de una concatenación de ejercicios de teatro físico y textual.
Ahora bien, aún pienso que esta obra multidisciplinar está en su fase de construcción, no sólo porque nunca se debe tomar nada por hecho a la hora de afinar las partituras de movimientos y los enlaces que componen a creaciones de estas características, sino que además, intuyo que del “Proyecto Kalopsia” emergerá una versión de más de cuarenta cinco minutos, seguida de una trilogía y luego… A dónde quiero llegar, es que Carmina Gimeno y Paula Pérez Pinilla disponen de una “caja de herramientas” con la que pueden hacer realidad lo que deseen.
Latente – Ana F. Melero
Latente me recordó a un fragmento contenido en Entre el pasado y el futuro de Hannah Arendt, en donde ella cita una parábola de Franz Kafka que se llama Él, y dice así:
Él tiene dos adversarios: el primero desde atrás, desde su origen. El segundo le bloquea el camino hacia adelante. Lucha contra ambos. En realidad, el primero lo apoya en su lucha contra el segundo, pues lo quiere empujar hacia adelante e, igualmente, el segundo le presta su apoyo en su lucha contra el primero, ya que lo presiona desde atrás. Pero esto es sólo teóricamente es así. Pues ahí no están sólo los dos adversarios, sino él mismo también, ¿y quién no conoce sus intenciones? Siempre sueña que, en un momento de descuido –y esto, debe admitirse, requeriría una noche impensablemente oscura-, puede evadirse del frente de batalla y ser elevado, gracias a su experiencia de lucha, por encima de los combatientes como el árbitro.
Según Hannah Arendt esta es “la metáfora perfecta de la actividad del pensamiento”, y en esta medida se ha de aclarar que, de ninguna manera esto valdría como una representación de una realidad tangible. Haciendo que dicho “frente de batalla” no sea habitable para “él”, y mucho menos, sea el presente tal y como lo conocemos. Sino más bien, como una “brecha” que se da en el tiempo histórico que detona la linealidad, con la que van ambas fuerzas en juego.
En este sentido, el sitio en dónde colisiona las fuerzas se genera una tensión por la lucha por la que pasa “él”, por resistirse a las emanaciones de las fuerzas. Y una vez que chocan las mismas, se genera una tercera fuerza, que tendría su origen justo en el punto de impacto. Y aunque esta diagonal apunte hacia el infinito, se fija en el presente mientras se vincula a “él”. De tal manera que, tiene la oportunidad de caer en consciencia de la de posibilidades albergadas en el espacio-tiempo configurado por las fuerzas. Así, “él” encontraría un lugar en el que se podría alejar lo suficiente de dicho espacio-tiempo para, a continuación, juzgar lo que está presenciando.
Desconozco si Ana F. Melero tuvo en mente estos textos a la hora de ir configurando el marco conceptual de Latente, pero no me sorprendería que ella, como ser humano que se piensa a sí misma en tanto sujeto que se desenvuelve en el espacio-tiempo, haya transitado por cosas parecidas. Esto es: durante la interpretación de Latente vemos a esta profesional andaluza como un personaje desdibujado, que precisa encontrar un lugar en dónde posar sus pies para entender qué le ha sucedido para llegar a semejante estado. Ahora bien, resulta irrelevante descifrar con exactitud si ella siente tal cosa o la otra, dado que yo me centraría en cómo su cuerpo manifiesta tan complejo tránsito.
Complejo en tanto y cuanto que no le permite encontrar un equilibrio sino es moviéndose a través de una danza. Desde luego que, bajo estas premisas entraría el campo de las emociones y el cómo éstas afectarían a la ejecución de sus movimientos (los voluntarios y los involuntarios). De cualquier modo, a ella aún le queda margen de maniobra para escoger hacía donde apunta su horizonte, pues, el personaje que interpreta Ana F. Melero tiene el suficiente sentido del humor, inteligencia y creatividad como entretejer con su danza una manera de autoafirmarse.
Piénsese que, si de experiencias personales y de los años de formación especializada Franz Kafka y Hannah Arendt nos ofrecieron semejantes textos, no entendería por qué no hacer una equivalencia con una creación de danza contemporánea, sobre todo, si tenemos en claro que una creación escénica no suele procurar emitir sentencias que se erigen como persuasivas tras una serie de argumentaciones y demás cosas por el estilo (algo propio de la filosofía occidental). En fin, Latente lo veo como un trabajo que puede dar cabida a una línea de investigación teórica, en la que la sugerencia y el sentido del humor serían sus principales basas para con su público.
Metamorfosis 2.0 – Yeinner Chicas / Colectivo Las Mañas
Intérprete: Yeinner Chicas
Sospecho que las transformaciones corporales por las que transita el personaje protagonista de esta pieza, no son más que una suerte de metáfora de que sea de lo que fuere que uno disponga, ello no implica que se sepa sacarle el máximo partido, o bien que el uso y el valor que le damos a ello se corresponde con la lectura que habremos hecho de la etapa en la que nos encontremos en lo personal, lo profesional y demás cosas por el estilo.
Por tanto, los movimientos que componen a Metamorfosis 2.0 los he entendido como una abstracción de cómo uno va mutando en relación a cómo reacciona a su entorno y, por extensión, a cómo a uno le condiciona hacerse una serie de preguntas. A la par, el sujeto en juego va explorando las posibilidades de movilidad de su cuerpo: un ir más allá de sus hábitos.
Por si queda alguna duda, no es tanto un salir del “espacio de confort”, sino en realidad, de localizar articulaciones donde, previamente, habían “barreras”. Y qué mejor vehículo para expresarlo que a través de un cuerpo formado y entrenado en una de las artes del movimiento, como lo es la danza contemporánea o, dicho de otro modo: probablemente, Yeinner Chicas no hubiese llegado tan lejos en este proyecto si hubiese apostado por otros formatos. De ser esto cierto, este profesional amplío el conocimiento y las vivencias al respecto de sus espectadores a través de una experiencia estética que, de un modo u otro, contribuye a un crecimiento colectivo e individual de todos desde diversos puntos de vista.
Por otra parte, Metamorfosis 2.0 está tan bien montada y ejecutada, que hasta daba lugar a dejar entre paréntesis durante su representación lo que les he aproximado/sugerido, con el fin de dejarse a hacer por la presencia escénica y entrega de un profesional de incalculable potencial. De verdad, que me hubiese quedado un par de horas viendo una y otra vez Metamorfosis 2.0, por su plasticidad estética y lo bien fundamentado que está su contenido: A saber, qué de cosas descubriremos sobre Yeinner Chicas a poco que le sigamos la pista a partir del día de hoy.
En Cuclillas – Colectivo Premohs
Intérpretes: Paloma Ramos, Marta Reguera Valera, Isaac Suárez y Antonio León Moreno.
Anónimas Raíces puso la “vara” muy alta para aquellos que cogimos con entusiasmo conocer una nueva creación de esta compañía andaluza. Personalmente, me hicieron vibrar sus carismáticas interpretaciones, la inteligente forma en la que combinaron lenguajes tan diversos como el teatro físico, la danza contemporánea o las danzas urbanas, y, como no, por su puesta en valor de “lo andaluz”. Desmarcándose de “tópicos” que, con frecuencia, han sido instrumentalizados para menospreciar a una región tan rica como desconocida en lo cultural.
En una línea similar se fue desarrollando En Cuclillas, poniendo en valor cosas como el acento andaluz o lo que llamaron “el alma de sus gentes”. El caso es que, en esta ocasión, sentí que estos profesionales estaban intentando alargar o reforzar lo que nos habían planteado en Anónimas Raíces, en vez de seguir “cavando” en la misma dirección hasta volverse a topar con algo igual de sólido. He allí que en mi crítica de su pase en la edición de este año del ciclo Ahora Danza! (Sevilla), me quedase con la sensación de que esta pieza aún necesitaba más horas de sala de ensayo.
Sin embargo, creo que el que la hayan rodado más en los últimos dos meses, sumado al ambiente de apoyo colectivo desencadenado por la lluvia que estuvo cayendo durante casi toda la representación, creo que En Cuclillas ganó mayor tonificación en su interior y definición en sus acciones. Sin olvidar que, el sentido del humor de Paloma Ramos, Marta Reguera Valera, Isaac Suárez y Antonio León Moreno dejó en un segundo plano a la mayoría de las cuestiones formales y de contenido que aquí les he apuntado, es decir: primó el hecho de que la pieza no se suspendiese, mientras ellos supieron incorporar a En Cuclillas con templanza y picardía a la lluvia.
Tanto fue así, que sentí que la “versión” que se vio en Ahora Danza! fue un ensayo. Indicio de que aunque uno como persona que escribe sobre artes escénicas, señalaría ciertas cuestiones de la estructura y la gestión del contenido de la pieza en juego, es evidente que dicha pieza crecerá si es sostenida por unos buenos profesionales y personas de preciosos valores.